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Expertos ya hablan de la recesión europea |
Los principales analistas están de acuerdo en que Europa se encuentra prácticamente en recesión, pero la mayoría cree que el fenómeno, en la peor crisis económico-financiera de Occidente desde la crisis de los años Treinta, será menos severa de lo que se temía.
Todos los días algún operador del mundo de los negocios asegura que "lo peor ha pasado", pero muchos temen que todavía no se vea el fondo del pozo, pese al descenso vigoroso del precio del petróleo y del euro con relación al dólar en las últimas semanas. Para oficializar la recesión es necesario que el Producto Interno Bruto de un país descienda por lo menos dos trimestres consecutivos.
El PBI de Eurolandia (los 15 países europeos, sin Gran Bretaña, que tienen una moneda única, el euro) ha caído 0,2% en el segundo trimestre del año. Lo más interesante es el descenso de los principales países del área: Alemania perdió medio punto, mientras que Francia e Italia bajaron un 0,3% entre abril y junio.
"La auténtica desaceleración ha comenzado", afirma el economista David Kohl. Grecia perdió el 0,6%, Austria y Portugal el 0,4%, Bélgica el 0,3%. El panorama general es deprimente. España creció un 0,1% pero el pesimismo ha ganado la Bolsa de Madrid. Canadá, Dinamarca y Nueva Zelanda están cayéndose por el precipicio y lanzando cuerdas de todo tipo para impedir un "flop" de sus economías. EE.UU., como siempre, sorprende: entre abril y junio creció un 0,5%. Rencorosos, algunos gobernantes europeos comentan a la prensa, sin dar sus nombres, que los norteamericanos "nos están descargando la crisis en las espaldas". Estancamiento o recesión, las perspectivas son siempre sombrías. Alemania, de lejos la principal economía europea, cabalga la incertidumbre. Walther Otremba, viceministro de Economía, reconoce que "no hay que descartar otra caída en el tercer trimestre". Geatrice Weder de Mauro, asesora del gobierno, dijo a la agencia Reuters que el sólido crecimiento de la actividad económica de los últimos años "quedó en el pasado". Pero "no veo una recesión severa", asegura.
En el banco central alemán sostienen que "la economía alemana deberá atravesar un período difícil en los próximos meses, pero no hay que tener un excesivo pesimismo". Los precios del barril de crudo han bajado en las últimas semanas y si los consumidores reciben buenos descuentos en el precio de nafta, gasoil y gas para sus coches, mejorará el optimismo. En la televisión germana se escuchan mensajes alentadores: "las presiones sobre los precios están cediendo". A los alemanes les preocupa más la inflación que al resto de los europeos y este tema produce debates encendidos en el Banco Central Europeo.
Los gobiernos piden tasas de interés más bajas para estimular la demanda, pero es cierto que la inflación ha llegado a sus niveles más altos en una década, con un 4,1% coyuntural en julio que promete un 3,6% anual cuando el límite debería ser del 2%.
El petróleo crudo Barent se cotiza en torno a los 112 dólares por barril de 167 litros, pero el precio podría ser retocado hacia arriba la semana que viene, cuando EE.UU. anuncie el estado de sus reservas. En Francia, las esperanzas de un crecimiento del 1,7% se han desinflado a un 1% tras la frenada del menos 0,3% del segundo trimestre.
La ministra de Economía, Christine Lagarde, insiste: "No estamos en recesión". Pero sí estancados. La discusión es un poco peregrina, madame.
En Italia echan las culpas del crecimiento cero (o menos 0,3% en abril-junio) al alza del petróleo y de los alimentos, pero la realidad general es de una flojera de la demanda que lleva demasiado tiempo.

Etiquetas: conocimiento, inteligencia, monopolios, multitud, politica.
La moneda de los Quince se ha depreciado un 7,25% desde que llegó a cambiarse a 1,6038 dólares el 15 de julio. El mercado le ha dado la vuelta a las expectativas de tipos: el mercado ha pasado de descontar un alza de tipos a esperar ahora que el BCE relaje la política monetaria hasta el 3,75% o el 3,5% frente al 4,25% actual. 'La preocupación del BCE por el crecimiento es mayor porque la economía está mostrando un debilitamiento mayor del esperado', expone Marián Fernández, responsable de estrategia de Inversis.
'Los indicios de una brusca desaceleración en el crecimiento del PIB de la eurozona evitarán que el BCE vuelva a subir los tipos este año', confirman desde Lloyds TSB Corporate Markets; esta firma pronostica que la moneda única 'se depreciará significativamente' durante los próximos 18 meses.
Los últimos datos de actividad han puesto negro sobre blanco la fragilidad de la eurozona. Las cifras adelantadas del PIB del segundo trimestre reflejan una contracción trimestral del 0,2%, es la primera vez que ocurre en la eurozona. La locomotora regional, Alemania, experimentó un crecimiento negativo del 0,5% y España tampoco puede presumir demasiado, pues la expansión fue de sólo un 0,1%.
Por contra, la expansión de EE UU en el mismo periodo es del 1,9%. 'La demanda de exportaciones de productos y servicios estadounidenses ha aumentado un 4% entre mayo y junio, el mayor incremento en cuatro años y medio, mientras que las importaciones han avanzado ligeramente. Las excelentes cifras de la balanza comercial han sorprendido al mercado' confirma el banco Pictet.
Distinta velocidad
Hay que recordar que los dos grandes bancos centrales actúan a un ritmo muy distinto. La autoridad monetaria europea ha empleado algo más de dos años y medio en llevar los tipos del 2% al 4,25%, mientras que en el mismo lapso de tiempo, la Fed ha conducido el precio del dinero del 3,5% al 5,25% primero y después lo ha rebajado hasta el 2%.
La tendencia a largo plazo apunta al alza del dólar, pero los expertos aconsejan no dejarse llevar por el entusiasmo en el corto plazo. 'El BCE no va a cambiar el sesgo inflacionario en las próximas semanas; un movimiento por debajo de 1,485 parece poco probable', avisa Michael Klaiwitter, de Dresdner Kleinwort. El cometido del BCE es anclar la inflación, para asegurar el crecimiento. El IPC de la eurozona es del 4%, el doble que el objetivo oficial.
La eurozona la integran Alemania, Austria, Bélgica, Chipre, Eslovenia, España, Finlandia, Francia, Grecia, Holanda, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Malta y Portugal.
Los expertos opinan
Adrian Schmidt. Royal Bank of Scotland
'La principal razón del descenso del euro es el cambio de expectativas sobre el BCE. El mercado está esperando ahora que el banco baje los tipos el año que viene y eso es algo con lo que nosotros también contamos. Nuestra previsión es que el tipo de cambio se sitúe en 1,35 dólares dentro de 12 meses'.
Michael Klaiwitter. Dresdner Kleinwort
'Las previsiones de inflación han empezado a bajar, la economía europea afronta el riesgo de una recesión y el potencial de decepción es mayor ahora que en EE UU. Con estos elementos, lo más previsible es que el euro se debilite considerablemente, con una proyección 1,35-1,3 dólares para dentro de un año'.
Marián Fernández. Inversis
'El dólar ha sido la divisa maldita y ahora recupera protagonismo: la expectativa sobre la Fed es hacia arriba y la del BCE es que baje tipos; la economía americana se está manteniendo e incluso mejora y en la UE la tendencia del crecimiento es a la baja... La perspectiva es que el fortalecimiento del dólar continúe'.
William Davies. Threadneedle
'Trichet ha reconocido que la economía se desacelera y ha indicado que han terminado las alzas de tipos. La inversión en la tendencia del euro da un respiro a los países europeos que han padecido una combinación del deterioro de rentabilidad empresarial y del telón de fondo económico'.
Ángel de Molina. Tressis
'El cambio de discurso abre la puerta a posibles bajadas de tipos. La desaceleración económica de la eurozona está bastante clara, pero todavía tienen que pasar muchas cosas para que ese descenso de tipos se materialice. En principio, la perspectiva es de más debilidad para el euro'.
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