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Encarcelan colaborador de "Red Voltaire" |
Jurgen Cain Kulbel acaba de ser encarcelado en Berlín. Las artimañas legales utilizadas para condenarlo no dejan de esconder la intención política de esa decisión.
Jurgen había demostrado que el jefe de la misión investigadora de la ONU sobre el asesinato de Rafik Hariri tenía vínculos financieros con los asesinos y que su principal asistente es un agente de la CIA implicado en varios secuestros cometidos en Europa.
Jurgen Cain Kulbel, colaborador de la Red Voltaire, ha sido encarcelado en Berlín. Se le acusa de haber violado la decisión de un tribunal al mantener activo un vínculo de su sitio en Internet que conduce a un artículo de Voltairenet.org
Este truculento asunto es una maquinación más de la CIA para intimidar a Jurgen Cain Kulbel y a los colaboradores de la Red Voltaire. Veamos el mecanismo de la operación:
El ex investigador de la policía de Alemania Oriental Jurguen Cain Kulbel realizó como periodista una investigación independiente sobre el asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri. Publicó sus conclusiones en un libro editado en alemán y en árabe: El caso Hariri.
En ese libro retoma y profundiza elementos ya presentados por la Red Voltaire.
Thierry Meyssan había demostrado que una asociación de opositores libaneses en el exilio, el U.S. Committee for a Free Lebanon (USCFL), sabía del crimen de antemano y había lanzado inmediatamente una campaña de propaganda tendiente a desviar las sospechas hacia Siria.
La USCFL, destinada por la CIA a la formación de un gobierno títere en el Líbano en caso de intervención militar estadounidense, es por tanto cómplice del asesinato, por lo menos de forma pasiva. Talaat Ramih había demostrado que el ex fiscal alemán Detlev Mehlis, convertido en jefe de la misión investigadora de las Naciones Unidas, había sido empleado del Washington Institute for Near East Policy (WINEP).
Al subrayar que el USCFL es una emanación del WINEP, Jurgen Cain Kulbel mostró que el jefe de misión de la ONU era un ex empleado de personas implicadas en el asesinato cuya investigación le había sido confiada. Al mismo tiempo aclaró el papel del asistente principal de Detlev Mehlis, el comisario principal Gerhard Lehmann, en los secuestros que la CIA perpetró en Europa a partir de 2001. Une de las víctimas, Khaled El-Masri, identificó formalmente al señor Lehmann.
Varios elementos permiten pensar que el señor Lehmann pudiera estar implicado también en la «desaparición» en París del testigo clave del caso Hariri, Zuhair As-Siddik, desde el 13 de marzo pasado.
Desde el momento en que su libro se publicó en alemán, un individuo llamado Said Dudin, residente en Alemania y conocido como militante palestino, se acercó a Jurgen Cain Kulbel proponiéndole publicarlo en árabe y garantizar su promoción. Pero cuando el señor Kulbel estuvo a Damasco, para pronunciar una conferencia en la Biblioteca Nacional siria, invitado por Siria Alghad (instituto de investigación política miembro de la Red Voltaire), el señor Dudin hizo todo lo posible por desacreditar al autor. El editor exhortó al público a atacar las embajadas occidentales y se dedicó a hacer declaraciones incendiarias para desviar la atención de los medios de prensa.
Conférence de Jürgen Cain Külbel, le 8 mai 2006, à la Bibliothèque nationale syrienne (Damas).
De regreso en Alemania, Jurgen Cain Kulbel trató de investigar sobre aquel saboteador. Descubrió entonces que el supuesto militante de la causa palestina era hijo de Mustafa Dudin, agente secreto israelí que recibía órdenes directas del general Ariel Sharon. Durante sus investigaciones Jurgen Cain Kulbel descubrió en los archivos de la Stasi, la policía secreta de Alemania Oriental, varios documentos que prueban que el propio Said Dudin era desde hace mucho tiempo un agente de la CIA infiltrado en la izquierda radical alemana. Dichos documentos fueron publicados en Voltairenet.org.
Mediante una acción judicial, Said Dudin logró que el Tribunal de Berlín emplazara al señor Kulbel a no mencionar en forma alguna el incidente de Damasco, ni las funciones de su padre (Mustafa Dudin) en los servicios secretos israelíes o sus funciones personales al servicio de la CIA. Ateniéndose a la razón de Estado, el Tribunal solamente tuvo en cuenta los testimonios que presentó el señor Dudin y desechó los que presentó el señor Kulbel, inclusive el testimonio del príncipe Issa El-Ayoubi, vicepresidente de la Red Voltaire y sobrino-nieto del fundador de la República Árabe de Siria, que fue testigo personal del incidente de Damasco, donde él mismo se opuso a Dudin. El Tribunal desechó incluso los documentos de la Stasi en virtud de una ley alemana que prohíbe que estos se mencionen.
Sin embargo, como Jurgen Cain Kulbel mantuvo posteriormente en su sitio personal de Internet un vínculo activo hacia el sitio de la Red Voltaire que contiene los documentos de la Stasi ilegalmente publicados, el Tribunal lo condenó a 15 días de prisión por haber violado la orden.

Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, mentiras, multitud, politica.
Recientemente un colaborador de la Red Voltaire era encarcelado con oscuras excusas.
Copio la síntesis de este caso de mediados de julio:
En este caso es un colaborador de Voltairenet.org ha sido el damnificado, Jurgen Cain Kulbel acaba de ser encarcelado en Berlín. Las artimañas legales utilizadas para condenarlo no dejan de esconder la intención política de esa decisión.
Jurgen había demostrado que el jefe de la misión investigadora de la ONU sobre el asesinato de Rafik Hariri tenía vínculos financieros con los asesinos y que su principal asistente es un agente de la CIA implicado en varios secuestros cometidos en Europa.
En cambio ahora es la web completa la que ha quedado "KO".
¡Thierry Meyssan, buenos días! Propulsado al escenario mediático por poner en la picota la versión del gobierno de Estados Unidos sobre el desarrollo de los atentados del 11 de septiembre de 2001, además, usted es secretario general del Partido radical de izquierda de Francia (PRG) y preside la Asociación Red Voltaire, en la que milita desde 1994, por la libertad de expresión. En pocas palabras, ¿cómo definiría su acción? ¿Cuál es su principal aspiración?
Mis aspiraciones son, al mismo tiempo, comprender e influir. Soy un analista político y un militante. En contra de la visión actual de la profesión, sólo concibo el periodismo de esta manera. No me encasillo en la prensa de opinión que comenta la actualidad sin cuestionar los puntos de vista que nos vienen dados ni en la prensa dominante que, por su rechazo a tomar partido, defiende el desorden establecido.
Fui responsable del PRG desde 1994 a 2008. Pero actualmente no vivo en Francia y tuve que dejar esa función, aunque sigo muy vinculado a esta filosofía que tiene grandes aspiraciones y asume compromisos difíciles, tanto por realismo como por disciplina democrática.
Efectivamente, empecé a ser muy conocido en los medios de comunicación a raíz de mis estudios sobre los atentados del 11 de septiembre y la evolución política de Estados Unidos. Aunque fui objeto de una campaña denigratoria particularmente virulenta en los países anglosajones y en Francia, me beneficié de un gran reconocimiento, especialmente en los países mediterráneos y América Latina. De repente me encontré lanzado a la escena internacional y desde entonces tengo la oportunidad de que me consulten numerosos líderes políticos de todo el mundo que consideran importantes mis análisis. Siempre me sorprende ver el desfase entre mi actividad y el retrato poco favorable que presenta de mí la prensa francesa. ¿No se dice que nadie es profeta en su tierra?
Desde hace tres años, su sitio VoltaireNet.org se convirtió en «agencia de prensa no alineada». ¿Esta nueva fórmula es más seductora para los internautas? ¿Cuál es su audiencia? ¿Cómo financia su actividad?
Desde mi trabajo durante la guerra de Kosovo estoy preocupado por la dominación de algunas agencias de prensa (AP, Reuters, AFP) que imponen su visión de los hechos al conjunto del mundo. Eso me condujo a reanudar el combate con el Movimiento de los no alineados contra la dominación informativa, que antaño promovió la UNESCO. Convencidos de que los periodistas locales saben mejor lo que pasa sobre el terreno que las agencias de Nueva York, Londres y París, constituimos una red de agencias de prensa, diarios y revistas y comenzamos a «sindicar» nuestros artículos. Esta fórmula tiene un gran éxito en América Latina, donde nuestra red se convirtió en la primera fuente de información independiente. Ya nos movemos un poco en el mundo árabe y pretendemos seguir por todo el mundo.
No consideramos Internet como un medio de comunicación aparte. También nos apoyamos en muchas publicaciones de papel. Por mi parte publico libros, escribo artículos para grandes publicaciones políticas de Rusia, el mundo árabe y América Latina. Participo en numerosas emisiones de radio y televisión en todo el mundo y yo mismo pronto seré presentador. Sin embargo, de los medios de comunicación, Internet es el más ágil y el más barato.
Al principio, nuestra actividad se financiaba con mis derechos de autor ya que mis obras tuvieron un éxito mundial. Pero después de que mi editor se declarase en quiebra robándome los derechos que había recaudado en mi nombre, nos hemos encontrado con grandes dificultades. Actualmente, todos los gastos técnicos y algunos gastos de traducción se financian con las donaciones de los lectores. Pero a pesar de que son generosos, nuestro margen de maniobra es limitado.
Las averías observadas en las últimas semanas en VoltaireNet.org, ¿eran debidas al éxito de la llamada a los lectores o a las respuestas electrónicas de los opositores a la acción de la Red Voltaire? Según su opinión, ¿qué hay detrás de esos ataques?
En primer lugar fuimos víctimas de nuestro éxito. El servidor que utilizábamos no soportó el aumento del tráfico en nuestro sitio. En efecto, además de Voltairenet.org, nosotros editábamos en los sitios de nuestros socios y en las bases de datos documentales. Con esas perturbaciones, nuestro lugar principal, Voltairenet.org, perdió audiencia. Pero a pesar de todo ha vuelto a los 1,3 millones de visitas mensuales.
A eso se añadieron diversos ataques difíciles de interpretar hasta que llegamos a la conclusión de que existía un sabotaje interno. Pero nos encontramos con que más de 1.500 lectores respondieron a nuestra petición de ayuda económica y eso nos permitió agarrar el toro por los cuernos y cambiamos de alojamiento y de equipo técnico. Ahora disponemos de una maquinaria ultramoderna, una banda de transmisión muy amplia y un equipo técnico capaz de intervenir las 24 horas del día. Cambiaremos los DNS en los próximos días y reanudaremos progresivamente el ritmo de nuestras publicaciones.
Hemos sido objeto de numerosos ataques informáticos. No sólo los típicos ataques de mensajes múltiples para saturar el sitio, sino cosas más sofisticadas, por ejemplo la penetración en las bases de datos para cambiar el contenido. Sin hablar de los ataques físicos, como la destrucción de una de nuestras máquinas albergada en un centro de telecomunicaciones a pesar de que estaba protegida.
Al contrario de las prácticas en boga en la «blogsfera», su sitio no propone ninguna interactividad con los lectores. ¿Temen excesos por su parte? ¿Por qué no apostar por una forma de «colaboración» con los internautas?
Es algo que todos lamentamos mucho. Nuestros intentos de crear foros nos vacunaron. Inmediatamente nos invadieron elementos provocadores de todo tipo que desviaban los debates o enviaban mensajes racistas o extremistas para desacreditarnos.
Más allá de los problemas técnicos y económicos, ¿cree que Internet facilita la libertad de expresión de asociaciones como la suya o teme también el desarrollo de la censura sobre este nuevo medio de comunicación, incluso en Francia?
Por supuesto que Internet facilita el ejercicio de la libertad de expresión. Desde este punto de vista la generalización de Internet es una revolución política que trastorna a las instituciones. Pero esta libertad es relativa. En primer lugar tenemos que enfrentarnos a nuestras propias limitaciones intelectuales. En las sociedades modernas hemos perdido la capacidad de pensar por nosotros mismos y adoptamos el comportamiento gregario del consumidor de los grandes medios. Cuando nos liberamos de nuestros prejuicios, debemos hacer frente a toda clase de presiones. Y si la profesión periodística no brilla por su valentía, no hay razón que el resto de la sociedad sea mejor.
Históricamente, todos los nuevos medios de comunicación son bocanadas de aire fresco. Pero con el tiempo se enmarcan en normas legislativas y reglamentarias que los obstruyen. Ese será también, probablemente, el problema de Internet cuando encuentren los medios técnicos para controlarlo.
Más allá de la censura, que es un fenómeno nacional, Internet ya es un campo de batalla en el sentido militar del término. Estados Unidos destruyó miles de sitios durante la guerra de Kosovo. Israel hizo lo mismo durante la guerra de 2006 contra Líbano -y con ese motivo una unidad especializada del Tsahal consiguió bloquear temporalmente nuestro sitio a pesar de que en aquel momento estaba alojado en territorio francés-. De cara a los próximos conflictos, el ejército estadounidense acaba de invertir grandes sumas en materiales que le permitirán destruir decenas de miles de sitios en pocos días. Nadie está a salvo y no hay que pensar en el gobierno francés para que nos defienda si esos Estados atacan nuestros sitios.
Muchas gracias, señor Meyssan
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