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El escudo antimisiles que nunca funcionará |
El gobierno usamericano insiste en que los misiles interceptores, que serán instalados en la costa del mar Báltico, nada tienen que ver con Rusia: su objetivo es defender Europa y Estados Unidos contra misiles balísticos intercontinentales, que ni Irán ni Corea del Norte poseen. Ésta es la razón por la que están instalándolos en Polonia, un país que, como todo estudiante de geografía en Texas sabe, comparte sus fronteras con ambos estados canallas.
Todo ello nos permite adivinar un futuro brillante, en el cual los misiles de defensa, según el Pentágono, “defenderán a nuestra patria... y a nuestros amigos y aliados de un ataque con misiles balísticos”; al menos mientras los rusos se sientan a esperar a que el sistema funcione antes de bombardearnos con armas nucleares. La buena noticia es que, a la velocidad de desarrollo actual, sólo nos faltan 50 años para tener una defensa de misiles efectiva. La mala es que hemos estado 50 años por detrás de esa misma meta, y eso durante las últimas seis décadas.
El sistema, que ha estado en desarrollo desde 1946, lo único que ha conseguido hasta ahora es una gran cantidad de nada. Si fuera por las notas de prensa publicadas por la agencia de misiles de defensa del Pentágono no nos hubiéramos enterado de nada de lo anterior: la palabra “éxito” aparece más veces que cualquier otra. Es cierto que el programa ha conseguido interceptar a dos de los cinco misiles disparados en las pruebas de estos últimos cinco años de su componente principal, el sistema de misiles de defensa tierra-aire de medio alcance (GMD). Pero, por desgracia, estas pruebas no guardan ninguna relación con cualquier cosa que se parezca, ni de lejos, a un verdadero ataque nuclear.
Todas las pruebas realizadas hasta el momento -hayan obtenido éxito o cualquier otro resultado- han sido manipuladas. El objetivo, el tipo de misil, la trayectoria y el destino, son conocidos antes de que la prueba comience. En las pruebas se utilizó únicamente un misil enemigo, porque el sistema no tiene ni la más remota posibilidad de abatir dos o más. Cuando se han utilizado misiles-señuelo, éstos no han guardado ningún parecido al resto de misiles, y son identificados de antemano como señuelos. Buscando mejorar la apariencia de éxito, las pruebas han sido todavía menos realistas: la agencia ha dejado de utilizar señuelos junto con misiles reales en las pruebas de su sistema GMD.
Todo ello deja al descubierto una de los puntos débiles sin solución del escudo antimisiles, a saber: que es difícil ver cómo los misiles interceptores burlarán los intentos enemigos por confundirlos. Tal como ha señalado Philip Coyle -antiguo oficial de alto rango en el Pentágono, con responsabilidades en el desarrollo del escudo antimisiles-, existe una infinidad de medios por los cuales otro Estado puede engañar al sistema. Por cada misil real lanzado, podría enviar una gran cantidad de misiles falsos con las mismas características de radar e infrarrojos. Incluso los globos y las esquirlas de metal podrían hacer obsoleto cualquier sistema que se asemeje al actualmente ya obsoleto. Se puede reducir en un 90% las posibilidades de que un misil sea detectado por láser pintándolo de blanco. Esta sofisticada tecnología de camuflaje, a disposición de cualquiera en la ferretería de su barrio, deja fuera de combate otro de los componentes de este multimillonario programa. O podrían simplemente olvidarse de los misiles balísticos y atacar utilizando misiles de crucero, contra los cuales el actual sistema es inútil.
El escudo antimisiles es tan caro, y los sistemas para evadirlo tan baratos, que si EE.UU. se propusiera seriamente ponerlo en funcionamiento llevaría al país a la bancarrota, exactamente del mismo modo que la carrera armamentista llevó a su fin a la Unión Soviética. Gastándose unos dos mil millones de dólares en tecnología para misiles señuelo, Rusia podría llevar a EE.UU. a gastarse billones de dólares en medidas de respuesta. Los costes son tales que incluso Irán podría hacer que EE.UU. se gastase más de lo que tenía presupuestado.
EE.UU. se hn gastado entre 120 mil y 150 mil millones de dólares en este programa desde que Ronald Reagan lo relanzara en 1983. Con George W. Bush los costes se han disparado. El Pentágono ha pedido 62 mil millones de dólares para los siguientes cinco años, lo que significa que el coste total entre el 2003 y el 2013 se elevará a 110 mil millones de dólares. Y aún así no hay criterios claros para definir el éxito del programa o no. Como muestra un reciente informe del diario de Análisis de Defensa y Seguridad, el Pentágono ha inventado un nuevo sistema de inversiones que permite al programa del escudo antimisiles evadir los estándares contables habituales del gobierno. Se llama espiral de desarrollo, nombre muy apropiado, pues garantiza que los costes han entrado en una espiral fuera de control.
La espiral de desarrollo significa, en palabra de una directiva del Pentágono, que “los requisitos para poner fin al programa no son conocidos en el comienzo del mismo”. En cambio, al sistema se le permite desarrollarse de cualquier manera en que los oficiales crean que encajará con los requisitos. El resultado es que no hay nadie que tenga la más mínima idea de qué se supone que se tiene que lograr con el programa, y si se ha logrado o no. No hay fijadas ni fechas, ni costes fijos para cualquier componente del programa, ni penalizaciones para los retrasos o los fallos, ni norma alguna que establezca cómo puede juzgarse los resultados del sistema. Y este esquema monstruoso es aun incapaz de conseguir lo que un puñado de cientos de dólares invertidos en diplomacia resolvería en una tarde.
Así pues, ¿por qué invertir miles de millones a fondo perdido en un programa tan dispuesto a fallar? Os daré una pista: la respuesta está en la pregunta. Persiste porque no funciona.
La política estadounidense, a causa de los errores tanto de Republicanos como Demócratas para enfrentarse a los problemas de financiación de sus campañas electorales, está podrida hasta la médula. Pero con Bush la corrupción ha adquirido proporciones nigerianas. El gobierno federal es un vasto programa corporativo de asistencia social que premia a las empresas que donan millones de dólares con contratos valorados en miles de millones.
El escudo antimisiles es la mayor asignación de fondos estatales para un proyecto que beneficia a un grupo concreto, el pudding mágico que nunca desaparecerá, no importa cuánto comas. Las inversiones destinadas a las compañías aeroespaciales, las de defensa y las de otro tipo de manufacturas y servicios nunca se quedarán sin pedidos, porque el sistema nunca funcionará.
Para mantener la burbuja inflándose, la administración debe exagerar las amenazas de las naciones que no tienen ninguna intención de bombardear con armas nucleares a EE.UU. e ignorar las amenazas de aquellos que probablemente lo harían. Rusia no está exenta de sus propias influencias corruptoras. La semana pasada se podía ver la siniestra satisfacción de los generales y oficiales de defensa rusos, que han encontrado en este nuevo despliegue la excusa perfecta para ampliar su poder y pedir mayores presupuestos. La pobre vieja Polonia, lo mismo que la República Checa y el Reino Unido, se arman hasta los dientes sólo para convertirse en el cebo de EE.UU.
Si tratamos de entender la política exterior usamericana en términos de compromiso racional con los problemas internacionales, o incluso como una manera efectiva de proyectar su poder, nos estaremos equivocando. Los intereses del gobierno estadounidense siempre han sido provincianos. Lo que buscan es apaciguar a los cabilderos, distraer a la opinión pública de los momentos cruciales del ciclo político, dar cabida a las fantasías cristianas más enloquecidas y consentirle los caprichos a las compañías de televisión dirigidas por multimillonarios excéntricos. Los Estados Unidos no tienen realmente una política exterior. Tienen una serie de políticas nacionales que proyectan más allá de sus fronteras. Que amenacen al mundo 57 variedades diferentes de destrucción no es algo que preocupe a la actual administración. La única cuestión de interés es quién va a recibir el dinero y cómo serán los sobornos políticos.

Etiquetas: conocimiento, memoria, multitud, politica, violencia.
Rusia aseguró que el escudo antimisiles norteamericano es parte de la estrategia estadounidense de renunciar a los tratados de limitación de armamento estratégico y desarrollar armas de nueva generación para su despliegue en el espacio. La nota resalta que en el acuerdo entre Moscú y Varsovia hay un nuevo aspecto nunca antes mencionado: una base adicional para misiles Patriot. "No puede haber vinculación alguna entre esas instalaciones y la imaginaria amenaza de un ataque por parte iraní. Teherán no sólo carece de la intención, sino que en los próximos años no dispondrá de la capacidad tecnológica de atacar con misiles a Europa, no digamos a EE.UU.", señala.
Con todo, Rusia matiza que "incluso en una situación tan complicada, no piensa renunciar al diálogo y está dispuesta a continuar trabajando con todas las partes interesadas".
El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia ya amenazó hace unos días a Polonia que, en caso de firmar el acuerdo con EEUU, se convertiría en blanco de los misiles nucleares rusos. Mientras, el presidente ruso, Dmitri Medvédev, aseguró que "los cuentos sobre la necesidad de contener a 'países parias' ya no valen" y añadió que el acuerdo entre Polonia y Washington "no trae tranquilidad al mundo".
Rusia insiste en que los planes de Washington de desplegar misiles interceptores en Polonia y una base de radares en la República Checa representan una "amenaza directa" para su seguridad. En concreto, asegura que los radares en suelo checo permitirían al Pentágono controlar las bases de misiles estratégicos emplazadas en la parte europea de Rusia y de los submarinos nucleares de la Flota del mar del Norte.
Mientras que los misiles interceptores en suelo polaco podrían abatir cohetes rusos en la denominada fase activa, que comprende los primeros segundos tras el despegue, antes de que la ojiva llegue a la altura orbital y se oriente hacia su objetivo. Por su parte, EE.UU. mantiene que el escudo está destinado a defender el continente de europeo de la amenaza de un ataque con misiles de largo alcance por parte de regímenes denostados como Irán o Corea del Norte.
"En primer término, se trata de crear fuerzas de defensa antiaérea a partir de los sistemas DAE disponibles en Bielorrusia y en Rusia, incluido el enclave de Kaliningrado, formar un mando único para estas fuerzas, así como definir su composición y los métodos de defensa antiaérea", precisó el embajador.
Al mismo tiempo, admitió que los presidentes Dmitri Medvédev y Alexandr Lukashenko no debatieron este asunto en el encuentro del pasado 19 de agosto, y que previamente a la firma de tal convenio sería necesario acordar las cuestiones patrimoniales en el marco del Estado de Unión de Rusia y Bielorrusia.
Estos son los misiles rusos que hacen obsoletos los sistemas antimisiles AEGIS
Ésto es lo que está en juego
Y éste es un comentario muy interesante sobre la posibilidad muy real de "enterrar" en breve a marinos españoles en aguas del mar negro puestos allí como cebo:
"Según Yakhont / Onyx, P-800, SS-N-26 el Yakhont ha sido diseñado para destruir barcos protegidos por el sistema AEGIS estadounidense y sus equivalentes europeos.
It has been designed to defeat ships protected by the US AEGIS weapon system and its European counterparts.
Parece que EEUU va a usar el buque español como conejillo de indias y ver por primera vez esos misiles en acción. R.I.P.
El Sunburn (Moskit) ya supera todas las capacidades de defensa estadounidenses. El Yakhont es aún mas pequeño, mas ligero y mas letal, capaz de destruir a un grupo portaaviones antes de que el ataque sea detectable.
Un buque con AEGIS tendría un máximo de 20 segundos para detectar el ataque e inutilizar el misil. Tanto el Moskit como el Yakhont están especialmente diseñados para evadir contramedidas y son imparables. Las defensas que EEUU (o sus lacayos españoles) tienen son:
1) interferencias
2) derribo
3) defensa a corta distancia (Phalanx)
Son inmunes a las interferencias por su sistema inercial "fire and forget" (dispara y olvidate), una vez programado el objetivo el Moskit/Yakhont solo enciende el radar en los últimos 10 segundos de su viaje para precisar el objetivo.
Para derribar un misil que vuela a Mach 2.5 a ras del agua, suponiendo que de tiempo a detectarlo, se necesita otro misil de precisión extrema y capaz de seguir las maniobras evasivas del Moskit. Dicho de otra forma: es imposible. Tampoco hay manera de detectar el lanzamiento porque alcanzan su objetivo en apenas unos minutos.
El cañon Phalanx está preparado para misiles subsónicos con trayectorias previsibles (tipo Exocet) pero es inútil contra estos misiles hipersónicos de trayectoria sorpresa.
En resumen, la armada de EEUU está indefensa frente al Moskit y al Yakhont. El gobierno de EEUU intentó adquirir algún ejemplar para probarlo contra sus defensas pero no lo consiguió. Sin embargo pudieron probar uno de los misiles hipersónicos mas viejos desprovistos de las contramedidas del Moskit y la armada "se sorprendió" de los resultados".
Finalmente, el conflicto entre Rusia y Georgia, en el que el ejecutivo polaco tomó partido por la causa georgiana, aceleró el acuerdo e incluso hizo que la mayoría de la opinión pública polaca pasase de rechazar el escudo a apoyarlo.
En el documento hecho público, Washington y Varsovia subrayan que el acuerdo fue firmado "de acuerdo a las leyes internacionales" y a los pactos anteriores suscritos entre ambos países.
Las diez lanzaderas de misiles interceptadores que EEUU desplegará en Polonia estarán ubicadas en la localidad de Redzikow (norte del país), en una base cerrada, con acceso restringido, operada por militares norteamericanos pero sometida a la legislación polaca. Además, los estadounidenses serán los responsables de mantener el orden y la disciplina en el interior de la base, y las autoridades polacas asegurarán la seguridad del perímetro externo.
Uno de los puntos del acuerdo firmado más celebrados por el ejecutivo polaco es el compromiso que adquiere EEUU de defender a Polonia en caso de ataque proveniente de un tercer país.
Para Varsovia, ésta era una condición imprescindible para aceptar el despliegue del escudo, ya que acoger estas instalaciones militares situarán a Polonia en el ojo del huracán en caso un conflicto internacional.
Las lanzaderas de misiles estarán operativas a partir de 2012, y se completarán con un potente radar que se ubicará en la República Checa.
El sistema balístico, "de carácter completamente defensivo", como destacó la propia Rice durante la firma, formará una especie de escudo virtual capaz de detectar y derribar misiles de largo alcance lanzados desde países como Irán o Corea del Norte.
Por su parte, y a pesar de que la Casa Blanca defiende que sus lanzaderas "no apuntarán a nadie", Moscú critica el proyecto, que considera una auténtica amenaza y que motivó serias amenazas contra Polonia.
Moscú ya había manifestado su molestia por la presencia de buques de la OTAN en el Mar Negro al tiempo de expresar sospechas de que EE.UU. aproveche esas embarcaciones para transportar armas para el ejército georgiano.
Zonas de seguridad
Gatehouse indica que el destructor tuvo que anclar fuera del puerto comercial de Batumi, cuya envergadura no permite el ingreso de grandes buques de guerra.
Un puerto más apropiado hubiera sido el de Poti, pero el mando militar ruso decidió mantenerlo bajo control de una patrulla de su ejército que, según sostiene, cumple la función de fuerza para garantizar la paz.
Moscú sostiene que sus tropas cumplieron con lo estipulado por el acuerdo de alto el fuego que diseñara y promoviera Francia, habiendo replegado sus tropas a lo que llama "zonas de seguridad" en las regiones separatistas de Osetia del Sur y Abjasia.
De todos modos mantiene patrullas militares en el puerto de Batumi, importante por su terminal petrolera, así como en la ciudad de Senaki, sitio de la principal base aérea de Georgia.
Tiflis protestó por la presencia de las fuerzas rusas en estos puntos y cuestiona la interpretación que hace Moscú de los seis puntos del acuerdo de alto el fuego para el establecimiento de las "zonas de seguridad".
Explota un tren
Mientras tanto, un tren carguero que transportaba petróleo para los habitantes de Gori, explotó cerca de esa ciudad, al parecer como consecuencia de minas instaladas por las tropas rusas en las vías antes de su retirada.
El gobierno georgiano denunció que el estallido se produjo junto al poblado de Skra, donde las fuerzas rusas -dijo- desturyeron el viernes un almacén de municiones del ejército local.
Se estima que la guerra de cuatro días entre Rusia y Georgia dejó de cientos de muertos y decenas de miles de refugiados, mucho de los cuales comenzaron a regresar a sus hogares tras la retirada rusa.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), estima que -en base a cifras rusas- más de 30.000 personas de Osetia del Sur huyeron hacia Osetia del Norte, mientras otras 128.000 fueron desplazadas hacia el interior de Georgia.
El objetivo de la prueba era confirmar las características de vuelo de este tipo de misiles tras prolongárseles el plazo de vida útil y ensayar nuevos tipos de equipos de combate para los misiles balísticos de emplazamiento terrestre, explicó el portavoz. "La ojiva experimental del misil impactó con gran precisión en el blanco condicional situado en el polígono de Kamchatka y confirmó así su capacidad garantizada de abatir selectivamente objetivos con alto grado de protección", dijo Vovk, según la agencia RIA-Nóvosti.
Los misiles Tópol, que entraron en servicio de las Fuerzas Estratégicas de Misiles de la URSS en 1988, tienen tres etapas, funcionan con combustible sólido y pueden abatir blancos a distancias de hasta 10.000 kilómetros. La masa de misil en el momento del lanzamiento es de 45,1 toneladas y porta una carga monobloque de 550 kilotones de potencia.
Rusia dispone también de misiles modernizados Tópol-M que, según militares rusos, son los más veloces de su arsenal nuclear, pueden asimismo burlar los más modernos sistemas de defensa contra cohetes y portan una o varias ojivas nucleares, cada una de guiado autónomo.
Los misiles balísticos Tópol-M reemplazan los sistemas de cohetes RS-18 (SS-19 "Stiletto", según la clasificación de la OTAN), los RS-20 "Voyevoda" (SS-18 "Satán") y los RS-12M.
Rusia confía en que los Tópol y los Bulavá, que se emplazarán en submarinos nucleares, le permitan mantener la paridad nuclear con EEUU por lo menos durante el próximo medio siglo, ya que son capaces de burlar todos los sistemas de defensa hasta ahora conocidos, incluido el polémico escudo antimisiles que el Pentágono planea desplegar en Europa del Este pese a las protestas de Moscú.
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