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¿Puede quebrar un Banco Central? |
Esa es la pregunta que se hace Willem Buiter en un controvertido análisis publicado por el Centre for Economic Policy Research. La propuesta de partida es extraordinariamente interesante y parte de una evidencia (los entrecomillados son citas literales): con objeto de aliviar la actual crisis financiera, los principales bancos centrales del mundo (FED, Banco de Inglaterra y BCE) han aumentado, en sus balances, la exposición a activos privados con riesgo de crédito que resultarían, en algunos casos, “dudosos e ilíquidos” en las circunstancias actuales del mercado. Y, “aunque se hayan podido valorar adecuadamente ex ante, a través de penalizaciones y descuentos, si dicho riesgo se materializara ex post, el agujero en los balances de las instituciones tenedoras de los mismos podría ser considerable, llegando incluso a devorar su capital”. Una invitación a la lectura irrechazable. A partir de ahí, Buiter lanza tres cuestiones al aire: ¿realmente importa si un banco central sufre una pérdida significativa?, ¿puede llegar a ser insolvente un banco central? Y, por último, ¿cómo y a quién corresponde la responsabilidad de su recapitalización?
Bien, a partir de ahí el autor realiza un recorrido sobre los balances de las principales instituciones monetarias a nivel mundial en un análisis muy reduccionista que, no obstante, sirve a los efectos del estudio que quiere acometer. Lo primero que sorprende es la escasa profundidad del balance de la Reserva Federal norteamericana que contaría con 900.000 millones de dólares en activos para unos recursos propios de 40.000 o alrededor del 6,4% de su PIB nacional. “Sería un banco mediano en el universo de los bancos comerciales estadounidenses con exposición internacional”, pero con mucho más apalancamiento ya que, si la relación entre activos y equity en éstos es de 9 a 1, según se desprende del propio artículo, en el caso de la FED el ratio se dispararía a 22,5 a 1. No cambia mucho el panorama en el caso del Banco de Inglaterra, con 100.000 millones de libras en activos (un 20% menos que los de Northern Rock cuando fue intervenido) para sólo 2.000 millones de recursos propios. En palabras de Buiter “un tamaño insuficiente en comparación con su posible exposición al riesgo de crédito que se deriva de su condición de prestamista y -esta afirmación es curiosa pero de total aplicación- market maker de último recurso cuando no cabe otra solución" (afirmación que se deriva, claramente, de la decisión de nacionalizar la propia Northern Rock). Para el autor, la situación del Eurosistema es más benigna, en términos de riesgo incurrido y apalancamiento, luego veremos por qué, mientras que destaca el peso del Banco de Japón sobre el conjunto de la economía, superior al 20% de su Producto Interior Bruto, como consecuencia de la particular política monetaria ejercida en los últimos años en el país.
Sobre esta base, ¿puede declararse un banco central insolvente? Bien, la respuesta es no si de lo que se parte es de un estudio contable convencional de los activos y pasivos que integran su balance, ya que “son una guía poco fidedigna de la salud financiera y la fortaleza de la institución” que puede, si así fuera necesario, expandir tanto los unos como los otros prácticamente de forma ilimitada. Entonces, ¿cabe una respuesta afirmativa? Sí, referida a la posibilidad de que el banco central suspenda sus pagos corrientes: los propios de su funcionamiento diario (sueldos, proveedores, instalaciones) y los debidos a otras entidades que actúan, de facto, como sus principales accionistas. Las transferencias periódicas acordadas al Tesoro “no dejan de ser un impuesto sobre el banco central que pueden actuar en una doble dirección permitiendo la recapitalización de la autoridad monetaria si así se aconsejara”. Sin el apoyo del Tesoro, en mi modesta opinión impensable, la única manera que tendría el banco central de restituir su deteriorado capital sería emitiendo moneda, lo que podría traer consigo tensiones inflacionistas que chocaran contra su mandato principal de velar por la estabilidad de precios. Contestación que sirve para matar dos pájaros de un tiro.
O no, porque, ¿quién sería el “recapitalizador” de último recurso en Europa? “Desde luego no la Unión Europea y su minúsculo presupuesto, ni ninguna autoridad fiscal regional que tenga una cierta capacidad de financiación”. Y aunque fuera la UE, ¿qué pasa con los doce miembros que aún no son parte de la zona euro? Cuestión que queda abierta. ¿Es ésta la causa de la mayor prudencia del Banco Central Europeo, frente a sus comparables anglosajones, a la hora de ejercer el riesgo moral que se derivaría de su potencial condición de prestamista o market maker de último recurso? Probablemente. Pero les voy a confesar una cosa. A estas horas de la noche, ya no me da la cabeza más de sí. Hasta mañana. Sean buenos y temerosos de Dios.
S.McCoy

Etiquetas: conocimiento, inteligencia, monopolios, multitud, politica.
Brujo-genio… ¡menuda idiotez! Un dotado músico convertido en economista mediocre como máximo, pero con capacidad de lameculos cortesano a los presidentes de EEUU, desde Reagan hasta Bush Hijo. Un prestidigitador con labia suave de critica; un acuñador de palabritas para situaciones funestas por él creadas; un engañador con números inapropiados y jerigonza… Greenspan no fue el genio económico que los líderes del gobierno o de Wall Street nos describían… sino todo lo contrario. Más que un trae-lluvia para nuestra sequía, fue un charlatán con varita mágica. Pongámoslo así: tan inhumana y genocida como ha sido la política exterior de Bush hacia Palestina y el Oriente Medio, la política económica de este ex-músico de saxofón ha probado ser tan destructiva, algo que el ciudadano norteamericano está empezando a darse cuenta ahora. ¡Y eso que apenas han salido los leones de sus jaulas en el Coliseo!
Con seis a nueve meses ya de recesión, el gobierno continúa diciéndonos que simplemente estamos pasando por un periodo de bajo crecimiento, una parada en boxes en esa carrera económica que vamos a ganar, así que a no preocuparnos. Eso nos explica los “números basura” que el gobierno usa para que veamos de color de rosa el estado de la economía en cuanto a crecimiento, desempleo e inflación. Probablemente seamos en EEUU la ciudadanía mas mentida por un gobierno, por lo menos entre los países desarrollados. ¡Si seremos crédulos!
No importa lo que Bernanke, el sucesor de Greenspan en el Banco Central, o el Ministro del Tesoro Paulson digan, ya hemos entrado a un mercado global bajista de proporciones épicas como el que no se ha visto por tres generaciones. Pero en aquel entonces la Segunda Guerra Mundial nos sacó del atolladero desde que nuestra economía representaba la mitad de la economía mundial, y éramos los creadores de riqueza y crédito en el ámbito internacional, nuestra economía y bienestar social por entonces basadas en el ahorro y no el consumo, como ahora. Hoy día nuestro país produce armamento, y poco mas, en un planeta que es lo que menos necesita… y en una economía global donde cada día nuestra influencia es menor. Nos dicen que pasarán meses antes de que la economía dé media vuelta. ¿Podríamos llamar a lo que esto dicen optimistas? Mejor que los llamemos por su nombre: mentirosos.
Y por favor, no apuntemos el dedo tan solo a las hipotecas sub-prime y vergonzosos especuladores de la vivienda. Ellos han sido tan solo el catalizador de que este escarnio económico ocurriera, ya que la economía carecía de controles apropiados. Ser propietario de vivienda, convertido en parte del sueño americano, siempre fue una política cuestionable, y ahora que hemos adoptado la globalización, una política nociva. Claro que los viven de la industria de la vivienda, y los políticos, ganan proclamando tal idiotez, pero la realidad es muy diferente, ya que la redistribución de riqueza se hace mediante refugio fiscal de carácter regresivo; ayuda a crear una sociedad sedentaria, con un posible mayor desempleo; y pone los frenos al crecimiento económico. Al pueblo se le ha lavado el seso para que pueda pensar que un simple tejado sea lo que determine su ahorro e inversión de manera desproporcionada; y esa es la mentalidad que nos ha traído aquí hoy, al borde del abismo. Y no son solo las viviendas con hipotecas ejecutadas el problema, ya que todavía tenemos una supervalorización de varios billones en la vivienda “normal”, una riqueza inexistente, que dada la psicología inflexible de sus dueños en la “perdida de riqueza” será erosionada poco a poco por la inflación, o perdida bruscamente si dueños son forzados a vender por cualquier razón.
Hasta el Reino Unido ha retirado paulatinamente durante dos décadas ese refugio tributario en la vivienda… y ahora aparentamos estar entre los pocos que quedan aceptando su concepto regresivo. Veamos las cosas como son, esto de una “sociedad de propietarios” o un “capitalismo popular” no son sino lemas usados por los poderosos para confundir y esclavizar a una sociedad servil y dócil… relaciones publicas baratas.
Hemos sido unos cuantos los que en la ultima década cuestionamos la sensatez económica de Greenspan al irse por la borda con crédito fácil para estimular una economía basada casi exclusivamente en la vivienda; una buena parte de esos fondos proviniendo del interés sin realizar de los ahorros de la gente mayor (y jubilada) que fielmente lo fue acumulando durante sus vidas; personas de tercera edad que de hecho “donaron” a una industria que terminó siendo obscenamente codiciosa y rapaz.
Espero que esta sea la última vez que escriba sobre Greenspan quien ha resultado ser todas las cosas negativas que siempre escribí de él. Eso no me hace un visionario… pero si le hace a él un tonto de remate, o un practicante en decepción; o quizás ambas cosas.
¿Le cabe a nadie pensar que se puedan cometer errores más garrafales que los cometidos por Paul Bremer y Alan Greenspan? El primero cuando como gobernador de Irak Ocupado desbandó al ejército iraquí, ayudando a prolongar una guerra sin ton ni son… y Greenspan presidiendo el Banco Central en sus últimos cinco años y su política monetaria. Bueno, pues si a estos dos se les otorgó la Medalla de la Libertad… deben existir baúles llenos de estas medallitas esperando su reparto en el Kennedy Center de Washington… por el otorgamedallas-en-jefe, George W. Bush.
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