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Jefe de partido de Uribe detenido por nexo con paramilitares |
El senador colombiano Carlos García, presidente del principal partido de la coalición del gobierno del presidente Álvaro Uribe, fue capturado este viernes por presuntos vínculos con grupos paramilitares de extrema derecha, informó la Fiscalía General de la Nación. García fue detenido por agentes del Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía (CTI), en un hotal del caribeño balneario de Santa Marta (95 km al norte de Bogotá), puntualizó ese organismo investigativo en un comunicado de prensa.
El mismo indicó que la captura del senador se produjo por decisión de la sala penal de la Corte Suprema de Justicia que lo investiga por el delito de concierto para delinquir agravado, debido a sus presuntos nexos con grupos paramilitares. García, ex presidente del Congreso, tras ser capturado dijo a periodistas que está dispuesto a responderle a la Corte "todas las dudas que tenga sobre mi comportamiento", y reafirmó su inocencia, asegurando que "no tengo ningún delito por el cual responder en Colombia".
El maximo tribunal de la justicia colombiana lleva a cabo desde diciembre de 2006 una amplia investigación sobre presuntos vínculos de congresistas con los paramilitares, que les reportaron dividendos electorales.
Esas investigaciones han involucrado hasta ahora a unos 65 legisladores, en su gran mayoría de la coalición partidaria oficialista.
Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, multitud, politica, violencia.
El general José Sardá, era un español de Navarra que había servido en las fuerzas de Napoleón en Italia. Cuando José Bonaparte fue proclamado rey de España, Sardá regresó a su país para enfrentar a los franceses. Estuvo preso en Francia, participó más tarde en la campaña napoleónica en Rusia, y caído en desgracia el famoso corso, se refugió en Inglaterra. Aburrido de una vida sin destino decidió venir al Nuevo Mundo; se unió a una expedición, junto con otros españoles para luchar por la independencia de México. Esta última decisión la considera la historiadora granadina Pilar Moreno de Angel de una felonía. Dice que Sardá traicionó así su patria, tal como lo haría años más tarde con el régimen constitucional que gobernaba la Nueva Granada".
De modo pues, que luchar contra la tiranía española, por ser él español, era traición a la patria. Qué modo de entender la historia, cuando más bien deberíamos estar altamente agradecidos de los servicios prestados a nuestra causa por el general Sardá. Si Sardá era traidor por ser español, ¿por qué entonces Santander permitió que fuera un militar activo de alto rango en las luchas por la Independencia donde por otro lado este general jamás dio la menor prueba de mala fe, de ineptitud, de querer perjudicar nuestra causa?
La verdad era que el país había quedado golpeado por haberse suprimido desde 1831 el escalafón militar a oficiales de alto rango. Como Márquez, o por su conducto, reincorporaron a ciertos oficiales que fueron "borrados" por Obando, Sardá quien trabajaba en una ferretería de la capital, decidió elevar un memorial al gobierno donde presentaba su derecho a disfrutar de los beneficios que como ciudadano y miembro del antiguo ejército libertador merecía. Esta solicitud que llegó a manos del presidente y del secretario de Guerra, el general Antonio Obando, fue negada con el argumento de que no se conocía si Sardá hubiere cooperado de modo notorio y eficaz en favor del restablecimiento del legitimo gobierno.
Es posible que Sardá, como buen español, ante esta contundente respuesta lanzara algunas imprecaciones, maldiciendo el día en que había venido a perder su tiempo en Colombia De inmediato (al igual que el caso del viejo Malpica asesinado en 1819), sus hirientes quejas fueron llevadas al bufete del Hombre de las Leyes.
A Santander le encantaba escuchar los chismes que se hacían sobre su gobierno; desde 1819 constituía su mejor pasatiempo. En ocasiones, la necesidad de tener que rebatir en regla a sus críticos, le llevaba a visitar iglesias, se metía en las reuniones de plazas y mercados, y le gustaba rebatir, sosteniendo el bastón de su alto mando, las críticas que se le hicieren al poder ejecutivo. A veces hasta disfrazado se paseaba por el pueblo para escuchar directamente cuanto sobre él se decía.
No creemos como se ha difundido tan grotescamente, que Sardá hubiere intentado derrocar al gobierno de Santander, porque esto entonces requería de grandes fuerzas militares; una inmensa opinión pública a su favor y un apoyo decidido entre los hombres más preparados de la nación; nada de esto, evidentemente, poseía el pobre Sardá, quien era apenas un dependiente de la Ferretería Pacho, en la capital.
Había, pese a cuanto hizo el presidente para castigar a estos "conspiradores", un sentimiento de honda frustración. Sardá se había burlado de las medidas para aprehenderle. Sobrevivió casi un año de persecuciones, requisas (de detenciones a sospechosos), sin resultados "positivos". El gobierno ordenaba imprimir avisos donde se ofrecían premios de mil pesos fuertes a quienes lo denunciasen, dos mil pesos al que lo aprehendiese y lo entregara a la justicia, prometiendo guardar en reserva el nombre de quien lo hiciere; no hubo cosa que no imaginara el gobierno para estimular a todo el mundo para buscarle, para aprehenderle como si se tratase de un monstruo. Se enviaron a Tunja y a Antioquia pelotones de soldados, armados hasta los dientes, especialmente entrenados para esta clase de búsquedas, desposeídos de todo escrúpulo y ciegamente fieles a Santander.
En octubre fue asesinado Sardá, y el mismo día por la tarde salió Santander satisfecho a pasear en coche; lo hizo con el capitán José Manuel Calle, el hombre que luego de haber sido herido París le descerrajó un trabucazo en la cabeza. Aquello llamó la atención, pues al parecer Santander sentíase tranquilo y seguro al lado de monstruos como este; se le notó sereno y parecía estar celebrando un triunfo, pues raramente se le veía pasear en coche.
El 1º de noviembre de 1834, Pedro Ortiz, el asesino de Sardá, fue ascendido a Alférez Primero.
"Desde entonces no se conoce nada sobre su paradero, ni se han recibido llamadas para hacer exigencias por su devolución", dijo Hernández, al declararse "preocupada" por los reportes que hizo sobre el narcotráfico en Santa Rosa de Cabal.
Álvarez, de 25 años y técnico en sistemas que fue designado recientemente como director del noticiero CNC, cubrió la grave situación de orden público en la turística Santa Rosa de Cabal tras el asentamiento de bandas dedicadas a la venta de alucinógenos, que libran una guerra por el control del mercado en la zona.
Durante 2007 fueron asesinados dos periodistas en Colombia, cifra inferior a otros años recientes, pero aumentaron casos de violaciones a la libertad de prensa, indicó un informe de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) en febrero pasado.
A todas las compañeras y compañeros de TeleSUR nuestra solidaridad e inclaudicable compromiso de luchar juntos contra amenazas y agresiones.
Por un periodismo libre, en Patrias Libres.
Fraternalmente.
Juan Carlos Camaño
Presidente de la FELAP
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