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El ladrillo lleva a la bolsa a mínimos |
La confirmación de la suspensión de pagos de Martinsa-Fadesa y los problemas en Wall Street han abierto la espita de las ventas entre los inversores ante la percepción de que lo peor de la crisis está por venir y con las principales inmobiliarias, lastradas por grandes volúmenes de deuda y un mercado estancado, cayendo con fuerza.
De hecho, el desplome de las empresas del ladrillo, que en lo que respecta a la primera línea de la Bolsa española significa hablar de las grandes constructoras, y los números rojos de la banca han llevado al principal indicador del parqué, el Ibex 35, a abrir con una caída del 1,8%. No obstante, a medida que avanzaba la sesión, la avalancha de ventas ha aumentado este descenso hasta superar el 2%, lo que ha situado al selectivo por debajo de los 11.200 puntos, un nivel intradía que no se veía desde julio del pasado 2006. Pocos minutos después del mediodía, el Ibex-35, cedía ya el 3,24%, equivalente a 370,40 puntos y se colocaba en 11.072,60 unidades, al borde de perder incluso la cota de los 11.000 puntos.
En lo que respecta a los nombres propios, el banco Popular, uno de los principales acreedores de Martinsa-Fadesa con una participación de 400 millones en la deuda de más de 5.200 que pesa sobre la inmobiliaria presidida por Fernando Martín, lideraba las pérdidas del Ibex acompañado por Ferrovial, Acciona y Sacyr Vallerhemoso, ya que todas ellas caían más de un 5%. Ante esta situación, la entidad financiera ha asegurado en un comunicado remitido a la CNMV que "se ha anticipado a los requerimientos que pudieran derivarse" de la suspensión de pagos con la dotación de provisiones de 100 millones que hizo en el primer semestre. Por lo que descarta movimientos adicionales en este sentido.
A continuación en cuanto a las pérdidas y tras Endesa, que cedía algo menos con un descenso del 4%, se han situado el resto de constructoras, así como Bankinter, BBVA y Criteria, el holding de participadas de La Caixa que, junto a Caja Madrid, están por delante del Popular en la fila que espera ante el juzgado a cobrar los 800 millones que la inmobiliaria, cuya cotización sigue suspendida desde primera hora de ayer, debe a cada una de estas dos cajas.
Fuera de las barreras del Ibex, Colonial ha abierto con una bajada del 5% aunque, pasadas las doce ha ampliado su desplome hasta los 0,43 euros, muy lejos del máximo del 5,48 euros que marcó hace ahora dos años, ante el temor de los inversores a que no pueda hacer frente a su deuda. Otra de las inmobiliarias protagonistas del boom que ahora se ha convertido en pinchazo, Afirma -la antigua Astroc- también ha abierto en números rojos sobre el 5% que han pasado a superar el 6% pasadas las diez hasta los 0,87 euros, también lejos de los 72 euros que marcó a principios de 2007.
Corredor: "No es una buena noticia"
En este orden de cosas, la ministra de Vivienda, Beatriz Corredor, ha admitido que la suspensión de pagos de Martinsa-Fadesa, la mayor inmobiliaria de España por valor de activos -10.800 millones de euros- y por cartera de suelo -28,7 millones de metros cuadrados-, que además dispone de 173.000 viviendas en cartera y unas obras en marcha por valor de 3,1 millones de euros, "no por esperada es una noticia menos mala".
En este sentido, el mercado está a la espera de los próximos movimientos en el entorno de la inmobiliaria de Fernando Martín, que asegura que pretende continuar con su proyecto y cumplir con "los compromisos de pago en el menor tiempo posible" bajo la administración de los administradores que designe el juzgado. Al mismo tiempo, la dirección de la empresa se encuentra reunida con los sindicatos para concretar el Expediente de Regulación de Empleo que podría afectar a unos 300 trabajadores del total de 800 que tiene en plantilla.
En este sentido, el presidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid (Asprima), José Manuel Galindo, no descarta que pudiera darse "algún otro caso" como el de Martinsa-Fadesa, por lo que ha pedido al Gobierno que ponga en marcha medidas económicas que ayuden a la creación de riqueza y empleo en el sector inmobilario. "Ojalá fuera un caso aislado y aunque no tenemos datos concretos de la situación de otras inmobiliarias, puede ocurrir algún otro caso", ha afirmado en declaraciones a la Cadena Ser.
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La empresa explicó ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores que durante ocho meses ha hecho "innumerables esfuerzos" para que el Instituto de Crédito Oficial (ICO) le diera un crédito de 150 millones, condición para que la banca mantuviera el préstamo de 4.000 millones. Al final, también se lo pidió a esas 45 entidades acreedoras sin éxito. Y se ha quedado sin liquidez.
La deuda total asciende a 5.201 millones, al cierre de marzo. Pero la empresa del ex presidente del Real Madrid defiende que sus activos inmobiliarios valen 10.804 millones (6.625 millones en suelo).
La compañía justificó que la suspensión de pagos busca "garantizar la continuidad" del grupo. Venderá suelo y edificios y se pondrá bajo la supervisión de un administrador concursal pero, al hacerlo voluntariamente, Fernando Martín no perderá la gestión.
Recorte de plantilla
La decisión afectará de lleno al expediente de regulación de empleo (ERE) que Martinsa Fadesa tenía que concretar hoy. El recorte puede rondar los 275 puestos de trabajo, un tercio de los 829 empleos, aunque fuentes cercanas a la empresa rebajaron ese cálculo.
La inmobiliaria fue suspendida en bolsa por la mañana cuando caía un 24,7%, que se suma al batacazo de casi un 34% del viernes, lo que deja a la compañía con un valor de 680 millones. Otra preocupación para Fernando Martín.
Antes de conocer la noticia, el comisario europeo de Economía y Finanzas, Joaquín Almunia, dijo confiar en que la situación de la empresa no cree una reacción en cadena.
Las cifras clave
De los 5.200 millones que debe en total Martinsa-Fadesa, logró en mayo que 45 bancos y cajas refinanciaran 4.000 millones por la compra de Fadesa a Manuel Jove.
Martinsa no pudo lograr un crédito por 150 millones, una condición de la banca para mantener un acuerdo muy ventajoso: no tenía que pagar la deuda hasta 2011, sólo intereses desde diciembre próximo. Y eso ha sido la chispa que ha encendido el polvorín.
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