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El G-8 en Japón |
Un año después de la cumbre del Grupo de los Ocho (G-8) en Alemania, los Jefes de Estado de los países más ricos del mundo se reunirán en Toyako, Japón. Pero esta promete ser una cumbre sin precedentes, donde el encarecimiento del crudo y la crisis de los alimentos se perfilan como los asuntos centrales.
Las grandes potencias debatirán a partir de este lunes a puerta cerrada las principales cuestiones políticas y económicas del mundo, en un entorno en el que el precio del petróleo y la crisis alimentaría han puesto al límite a los líderes mundiales.
George Bush asiste a la cumbre debilitado, la que será su última cita con el G-8, con una popularidad cercana al 30%. En Estados Unidos se localiza el origen de la crisis subprime, que ha afectado no sólo a la primera potencia mundial, sino a las economías más desarrolladas del mundo.
Previsiblemente, Estados Unidos se verá forzado a escuchar los requerimientos de Rusia, que se ha visto fortalecida gracias al encarecimiento de las materias primas. Al mismo tiempo, Bush tendrá que hacer frente a la presión de Japón, país anfitrión, y de los países europeos para la firma de un acuerdo de cara a reducir en un 50% la emisión de gases invernadero en 2025.
Pero pese al empeño de Japón por hacer el calentamiento global el tema principal de esta cumbre, los factores económicos se han situado en el centro de todas las atenciones. La inflación, la desaceleración económica en Estados Unidos, el encarecimiento del precio del petróleo, la debilidad del dólar y las pérdidas en las bolsas internacionales son las mayores preocupaciones de las naciones más ricas del planeta.
A la cumbre asistirán como países invitados 14 naciones de África y otras regiones en desarrollo, incluidas importantes potencias emergentes como Brasil y México.
La energía será otro de los pilares de la cumbre, dado el actual entorno de dependencia Europea. Sobre la mesa está la petición de Nicolás Sarkozy, presidente de Francia, de eliminar las tasas de los combustibles, y también la negativa de Angela Merkel, canciller alemana, a la energía nuclear.
En el plano de las crisis alimentaría está previsto un panel que contemplará la posibilidad de que los países ricos puedan levantar las restricciones que les impiden vender sus excedentes a los países en desarrollo, coincidiendo con el proyecto de desmantelamiento de la Pac por parte de Bruselas.
Etiquetas: conocimiento, memoria, mentiras, monopolios, politica.
La reunión del G8, de carácter anual, estará este año centrada en las dificultades económicas, a causa de la subida del precio de los alimentos, la escalada del petróleo y la incertidumbre en los mercados financieros, y la lucha contra el cambio climático.
Su primera jornada se dedicada al desarrollo de África pues uno de los objetivos marcados por la presidencia japonesa del G8 es promover el cumplimiento de los objetivos del milenio de la ONU.
El otro objetivo es marcar una fecha para reducir las emisiones de gases del efecto invernadero, con los japoneses presionando para que sea un recorte del 50% en 2050 y los europeos por la más concreta del 20% en 2020, preferida también por las organizaciones ecologistas.
En cualquier caso parece difícil que se logre un acuerdo vinculante, más allá de marcar la deseada meta de 2050 sin muchas concreciones, pues Canadá y EEUU no creen que la cumbre del G8 sea el foro adecuado.
Países emergentes como China o India, grandes emisores de gases de efecto invernadero, no participan en la cumbre, pero están invitados a estar en ella este miércoles.
La reunión de los países más poderosos acogerá esta vez además a líderes de otros catorce países, entre ellos los mayores emisores de CO2, y se celebrará hasta el miércoles en un lujoso y aislado hotel en el lago Toya, protegido con más de 20.000 policías desplegados por toda la zona.
Esas declaraciones se produjeron al día siguiente de una entrevista telefónica de Donald Tusk con el vicepresidente estadounidense, Dick Cheney, y anuncios contradictorios sobre el estado de las negociaciones, tras la última ronda de negociaciones a principios de semana en Washington.
Tras esa ronda, un alto responsable del departamento de Estado norteamericano había afirmado que Estados Unidos y Polonia llegaron a "un acuerdo de principio".
El despliegue del escudo antimisiles
Estados Unidos tiene el proyecto de implantar en Europa central de aquí a 2011/2013 dos elementos del escudo antimisiles para proteger su territorio contra eventuales ataques de países como Irán.
Se trata de diez misiles interceptores, que quisieran desplegar cerca de Slupsk en el norte de Polonia, y una estación radar en República Checa.
La República Checa ya cerró un acuerdo con Estados Unidos, firmado a principios de abril al margen de la última cumbre de la OTAN en Bucarest.
Al cabo de dos días de trabajo, como antesala a la reunión -que se efectuará del 7 al 9-, las posiciones de algunos países de Europa, Japón y de los africanos, estuvieron marcados por las divergencias.
Los líderes africanos constataron que el compromiso asumido por los europeos y Estados Unidos en 2007, en una cumbre celebrada en Alemania, de doblar la ayuda a Africa para el 2010, quedó en el olvido.
"Quiero que los países del G-8 cumplan con su promesa con Africa”, dijo recientemente el premio nobel de la paz y ex presidente sudafricano, Nelson Mandela.
Una inequívoca señal del desacuerdo sobre esta cumbre la ofreció este viernes el ministro de Reinserción Social de Zimbabwe, Maikel Talón, quien explicó que existe un total incumplimiento del G-8 con las débiles economías de Africa.
Cuando firmas un contrato, debes atenerte absolutamente a él, dijo Angelique Kidjo, una cantante de Benin que se unió a las estrellas de música rock Bono y Bob Geldof en su campaña contra la pobreza mundial.
De acuerdo a los planes actuales, la ayuda del G-8 a Africa asciende de 40 mil millones de dólares, menos de lo que se acordó en Gleneagles, Escocia, hace dos años, indicó un reporte dado a conocer por el Panel de Progreso Africano, establecido para monitorear la implementación de los compromisos asumidos.
El aumento de los precios del petróleo y los combustibles, una desaceleración de las principales economías del G-8 y tensiones relativas a comentarios sobre una reducción del comercio mundial, pueden provocar que la atención sobre Africa descienda en esta reunión.
Bob Geldof, ex vocalista de la banda Boomtown Rats, criticó ayer el "bajo nivel de expectativa" de los países más ricos del mundo en lo concerniente al combate contra la pobreza.
"No puedo soportar la idea de que una crisis alimenticia surgida de los altos precios de la energía estén provocando el hambre a los más pobres de Africa", dijo Geldof en una declaración.
A la cumbre de Hokkaido asisten delegaciones de Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Francia, Italia, Alemania, Japón y Rusia, como miembros plenos del G-8.
También están presentes representaciones de Sudáfrica, Namibia, Togo, Mozambique y Ceilán, China y Brasil.
Para African Monitor, una organización independiente creada en el 2005 para evaluar el cumplimiento de las promesas hechas por los industrializados con Africa, la cita no traerá nada nuevo ni bueno para el llamado continente negro, donde la colaboración comenzó a decaer desde principios de 2006.
El plan se incluirá en un documento especial sobre la crisis mundial de alimentos que será aprobado durante la cumbre del G8 que se celebrará junto al lato Toyako desde el lunes hasta el miércoles.
La creación de un sistema de reserva de alimentos se acordó durante una reunión preparatoria de altos funcionarios de las naciones del G8 y tiene como modelo el programa de la Agencia Internacional de la Energía para almacenar crudo y hacer frente a una crisis energética.
Según el plan, algunos granos como el trigo que no pueden ser almacenados durante mucho tiempo serían repuestos para mantener las cantidades de almacenamiento requeridas.Actualmente Japón y Alemania son las únicas naciones del G8 que cuentan con excedentes de grano almacenados.
El G8 instaurará un consejo de expertos para debatir los detalles del plan, incluyendo cuotas para cada nación participante, un sistema de gestión de inventorios y los canales a través de los cuales se sacaría el grano a los mercados.
Sin embargo, persisten las dudas sobre si el sistema sería realmente efectivo para establizar los precios. Entre las causas del encarecimiento de los alimentos se encuentran la creciente demanda sobre todo de los países emergentes, el encarecimiento del petróleo y los cultivos destinados a la producción de biocombustibles.
Las restricciones a la exportación, por ejemplo, contribuyeron también a incrementar los precios, por lo que el documento especial pedirá que este tipo de controles a las exportaciones se basen en estrictas reglas disciplinarias.
El documento también expresará preocupación por la entrada excesiva de fondos especulativos en los mercados de alimentos que empujaron los precios y pedirá que los mercados sean abiertos y eficientes.
Sobre el creciente uso del biocombustible a partir de cereal, el documento hará un llamamiento a un equilibrio entre la producción y el uso de cereal que tenga en cuenta la seguridad del suministro de alimentos.
El gobierno japonés ya planeó sus propias medidas valoradas en 1.100 millones de dólares para enfrentar la crisis de los alimentos, incluyendo una partida adicional de 50 millones de dólares en ayuda de emergencia que se canalizarían a través del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y de cooperación bilateral, según se informó.
Sarkozy abogó hoy también por una reforma del Consejo de Seguridad de la ONU para incluir como miembros permanentes a países como Japón, Alemania y un país de África, Latinoamérica y del mundo árabe.
"Pero les digo a estos países que deben estar dispuestos a pagar el precio", advirtió, al recordar las tropas que aporta Francia a las operaciones de mantenimiento de la paz por ser miembro permanente del Consejo de Seguridad.
"No es justo ni razonable. El mundo es universal", declaró.
Medidas de seguridad
Tanto la capital como la isla más septentrional del país, así como los principales aeropuertos y carreteras por los que se accede al lugar de la cumbre, ya han sido blindados por el Gobierno japonés, que ha desplegado un dispositivo de seguridad sin precedentes, integrado por 40.000 agentes.
Las fuerzas de Auto Defensa japonesas han desplegado en Hokkaido un avión AWACS, especializado en la captación de información, y han diseñado una zona de exclusión aérea de 46 kilómetros de radio sobre el hotel donde se celebrará la cumbre.
Un total de 20.000 policías han sido movilizados en Hokkaido, especialmente en los alrededores de la sede del G8, las zonas de entretenimiento, las estaciones de tren y la capital Sapporo.
Manifestaciones
Las fuertes medidas de seguridad desplegadas en todo Japón y una manifestación pacífica de varios miles de personas, con numerosos mensajes para los líderes del G8, marcan hoy el fin de semana previo a la cumbre de Hokkaido, al norte del país.
Alrededor de 5.000 manifestantes que han recorrido hoy sin incidentes las calles de Sapporo, capital de esa provincia nipona, según estimaciones de la agencia Kyodo.
Sus mensajes iban dirigidos a los líderes del G8, que comenzarán a llegar a partir de mañana a la sede de la cumbre, el hotel Windsor, localizado en un lugar apartado, sobre una colina entre el Lago Toya y el océano Pacífico, para una cumbre que se celebrará entre los días 7 y 9.
"Había algunos que pedían por la paz, otros estaban en contra de los efectos de la globalización en la economía y la consideraban responsable de la pobreza de muchas personas", "Pero todos coincidían en que no se hace lo suficiente para evitar las consecuencias negativas de la globalización", dijo Takashi Shimosawa, un activista del Foro de ONGs de la Cumbre del G8.
La marcha, que se llevó a cabo entre el parque de Odori y el de Nakajima, en Sapporo, se realizó de forma pacífica y sin heridos, pero finalmente la policía detuvo al menos a dos manifestantes.
"No se necesitan más promesas", apuntó el secretario general de la ONU, para quien el mundo afronta actualmente tres crisis interconectadas: el cambio climático, las emergencias de desarrollo y la crisis alimentaria.
Zoellick, por su parte, apuntó que es preciso que los líderes de los siete países más ricos -EEUU, el Reino Unido, Francia, Alemania, Canadá, Japón e Italia- y Rusia logren "resultados" en la reunión de tres días que hoy comenzaron en un apartado hotel de Hokkaido.
"El G8 debe llevar esperanza" porque "no tenemos tiempo que perder", señaló el presidente del Banco Mundial, quien reclamó un aumento de la asistencia alimentaria, más fertilizantes y que se ponga fin a las restricciones a la importación de alimentos.
El secretario general de Naciones Unidas pidió al G8 que no se vuelva atrás en las promesas que hizo en anteriores cumbres y le advirtió de que el desarrollo de África requerirá al menos destinar ayudas por valor de 62.000 millones de dólares para luchar contra las enfermedades infecciosas.
En la reunión de Gleneagles en 2005, el G8 se comprometió a aumentar hasta 25.000 millones de dólares la asistencia a África para 2010 y que después se duplicará hasta los 50.000 millones de dólares, pero hay especulaciones de que habrá una vuelta atrás en ese último acuerdo durante la reunión de Hokkaido.
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