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Irlanda dice 'no' al Tratado de Lisboa |
Irlanda ha dicho 'no' al Tratado de Lisboa, metiendo a la UE en un nuevo y profundo atolladero. A falta de los resultados definitivos, el ministro irlandés de Justicia, Dermot Ahern, ha reconocido que el 'no' que adelantaban los primeros resultados del recuento es ya una tendencia imparable. "Parece que el voto va a ser 'no'", ha dicho en una comparecencia en televisión. El rechazo irlandés al plan B de la Constitución Europea supone un varapalo de gran calibre para Bruselas, obligada ahora a buscar una salida.
Por muchísimas razones, la gente ha hablado", ha dicho Ahern, en una comparecencia que supone la aceptación de una nueva derrota de Europa en Irlanda ?ya rechazó en 2001 en Tratado de Niza- y una derrota propia, puesto que el partido gobernante hizo suyo el 'sí', junto con todo el arco parlamentario, excepto el Sinn Fein. No ha hecho falta esperar a los resultados definitivos, que se conocerán esta tarde, dado que la tendencia que apuntaban los primeros datos del recuento se ha hecho irreversible. "La cosa no se presenta bien para el 'sí'", reconocía el ministro irlandés para Europa, Dick Roche, apenas conocidos los primeros datos.
Según esos datos, el 'no' de los irlandeses ha sido rotundo, incluso en Dublín, donde las posibilidades del 'sí' debían ser mayores que e las zonas rurales. En casi todas las circunscripciones de la capital, el 'no' obtiene un 60% de los sufragios. Los porcentajes son similares en el resto de las 43 circunscripciones irlandesas. Es decir, dos de cada tres votantes irlandeses ha votado en contra del tratado, según estas estimaciones.
El rechazo al Tratado de Lisboa en el único país europeo que lo sometía a referéndum -la ratificación en los demás países tiene o ha tenido lugar en el Parlamento- sume a la UE en otra nueva crisis, para la que hasta ayer decía no tener salida. "No hay plan B para el plan B", era más o menos el leit motif. Se busca ahora la salida a un túnel en el que la UE ya estuvo cuando holandeses y franceses dijeron 'no' a la Constitución, rechazo que obligó a descafeinar el proyecto. El fruto de esa rebaja de la Constitución fue el tratado de Lisboa.
Salidas
Mientras, se empiezan a buscar posibles salidas a un eventual triunfo del 'no', que supondría el segundo rechazo irlandés a un texto de la Unión, tras el del Tratado de Niza, en 2001. Según ha declarado el secretario de Estado francés para Asuntos Europeos, Jean-Pierre Jouyet, si vence el 'no', habrá que encontrar "un arreglo jurídico" entre Dublín y los otros 26 miembros de la UE. "Lo más importante [en caso de rechazo irlandés] es que el proceso de ratificación continúe en los demás países y ver con los irlandeses qué arreglo jurídico podemos encontrar", ha declarado Jouyet.
Ante una eventual negativa irlandesa, las opciones que se abren a la UE son varias. Por un lado, puede olvidarse del Tratado, dejar las cosas como están prorrogando el tratado de Niza, diseñado para la Europa a 15, e intentar poner en marcha Lisboa en mejor momento. Significaría esta opción olvidar un proceso que ha causado enormes quebraderos de cabeza a la UE: empezando por el difícil parto de la Constitución y siguiendo por el rechazo inesperado en Francia y Holanda a este texto; la rebaja para hacerlo asumible a todas las capitales y finalmente, el proceso de ratificación, en el que sólo Irlanda se aventuró al referéndum.
Otra de las opciones, quizá más viable, es que Irlanda repita la votación en unos meses, tiempo en el que el Gobierno de Brian Cowen tendría que hacer una extensa labor pedagógica para que sus ciudadanos den su visto bueno a un texto que hoy por hoy no entienden y que les genera dudas sobre aspectos como la tradicional neutralidad irlandesa y sobre la pérdida de peso del país en las instituciones europeas.
Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, multitud, politica.
Según informa la Radiotelevisión Irlandesa (RTE), las primeras proyecciones de los observadores o "contadores de votos" que presencian la apertura de las urnas apuntan a una victoria del "no" y, aunque estas previsiones no son oficiales, normalmente son buenos indicadores de la cifra final.
En casi todas las circunscripciones de la capital, como Dublín Sur-Oeste, Norte-Oeste, Central y Norte-Este, el "no" obtiene un 60 por ciento de los sufragios, frente al 40 por ciento del "sí".
En la circunscripción de Dublín Sur-Este los avances de los detractores del Tratado son incluso mayores, un 70 por ciento frente a un 40 por ciento.
La misma tendencia se aprecia en otras partes del país, como el distrito electoral de Limerick-Oeste, donde el "no" obtiene, de momento, un 59 por ciento de los sufragios y el "sí" un 41 por ciento.
Las cifras son similares en el resto de las 43 circunscripciones de Irlanda y sólo en unas pocas los dos bandos registran porcentajes igualados, según la RTE.
El "no" gana también en Tipperary-Sur (50,3-49,7), Galway-Oeste (56-43), Sligo-Leitrim (66-34), Roscommon-Sur Leitrim (55-45), Donegal Sur-Oeste (55-45), Donegal Norte-Este (63-37), Louth (57-43) y Meath Oeste y Este (60-40 en ambas).
Por contra, las dos circunscripciones del condado de Kildare (al suroeste de Dublín) registraban victorias del "sí" por un estrecho margen.
El ex primer ministro irlandés Garreth Fiztgerald declaró hoy a una emisora local que las proyecciones son "preocupantes".
El recuento de votos del referéndum del jueves sobre el Tratado de Lisboa comenzó hoy a las 08.00 GMT (09.00 hora local) y los resultados finales serán anunciados por el Gobierno hacia la media tarde en el Castillo de Dublín.
En el escenario más pesimista y dado que el Gobierno irlandés ya ha adelantado que no volverá a someter el texto al voto, el asunto se tratará en el Consejo Europeo de Bruselas que reunirá a los Jefes de Estado y de Gobierno de los 27 los próximos 19 y 20 de junio.
'Vamos a escuchar lo que diga el primer ministro irlandés, ver qué análisis hace de la situación y luego, siempre en la hipótesis de que gane el 'no', ver qué quiere hacer', explicó el secretario de Estado francés, para quien, a su juicio, lo más importante es que la UE se centre en el desarrollo de las políticas comunes y las prioridades que se ha fijado la presidencia francesa que asumirá las riendas de la Unión a partir del 1 de julio.
Preguntado precisamente si temía que la presidencia francesa se vea 'devorada' por una nueva crisis institucional como la que abriría el 'no' irlandés, respondió que no pero admitió que el semestre será en todo caso 'difícil'.
'La presidencia francesa de todas maneras será difícil', dijo, aludiendo al complicado contexto económico y financiero marcado por el alza constante del precio de las materias primas y los alimentos.
Jouyet defendió, por último, el Tratado de Lisboa, que puso fin precisamente a la crisis abierta después de que Francia y Países Bajos rechazaran hace tres años en referéndum la malograda Constitución europea. 'Hay que mantenerse en el marco propuesto en el de Lisboa que es el mejor compromiso posible hoy en términos de la democracia, de la transparencia de decisiones y de eficacia', subrayó.
Los países que promueven el avance en la integración europea, y la mayoría de partidos irlandeses, enfrentan la frustración de una ciudadanía que rechaza, casi por sistema, ir más allá en integración.
Las reacciones al “no” irlandés no se han hecho esperar.
Los socialdemócratas alemanes mantienen su empeño en hacer prosperar el Tratado de Lisboa en aquellos países en que aún no se aprobado.
Mientras, los expertos aseguran que un proceso de dos velocidades parece la opción más viable, ya que los países promotores del proceso de integración no van a echar el freno para que el resto les alcance.
Los líderes irlandeses aseguran que el “no” de Irlanda no supondrá el aislamiento del proceso europeo, porque es un país que forma parte de la Unión Monetaria, lo que hace difícil cualquier tipo de exclusión.
Pero lo cierto es la negativa de los ciudadanos es un claro fracaso para el Gobierno, que se había hecho con todos los apoyos de la cámara, excepto el Sinn Fein para promover el “si”.
El partido laborista irlandés ha comenzado la batalla política y su líder, Eamon Gilmore, ha declarado que “el Tratado de Lisboa esta muerto".
Los irlandeses salen a votar, pero dicen “no”
El Tratado de Lisboa ha sido aprobado ya en 18 países, pero la cita clave era Irlanda, porque es el único país que ha sometido el texto a referéndum. Una baja participación era, para los líderes del país, el peor enemigo de los europeístas.
Pero los diagnósticos eran erróneos, porque aunque el porcentaje de participación ha sido superior al de otros referéndum planteados anteriormente.
Los primeros escrutinios apuntan a que más de un 52% de la población ha acudido a votar, por encima del 49% que votó en 2002 para negar la aprobación del Tratado de Niza en el segundo intento de 2002.
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