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Cuando el motor se gripa... |
Se entiende por estanflación una situación de estancamiento económico con un fuerte y sostenido crecimiento de los precios. La publicación por la Fundación de las cajas de ahorro (Funcas), una de las más prestigiosas instituciones de análisis de la coyuntura, de unas previsiones de crecimiento para este año del 1,6%, y de un deflactor del consumo privado del 4,2%, ha hecho que los economistas vuelvan la mirada a los libros de texto. La conclusión es que el mundo no vivía una situación semejante desde los años setenta.
Existe un consenso generalizado en que las causas de la estanflación de los setenta fueron un shock de oferta de petróleo y una respuesta de política económica de corte keynesiano, más preocupada de inyectar demanda artificial mediante aumentos de gasto público que de anclar las expectativas de inflación. Cierto que la subida imparable del precio del petróleo debe hoy más a la demanda adicional de los países emergentes, notablemente China, que a problemas de abastecimiento.
Pero no deben despreciarse los efectos que la renacionalización de la industria de hidrocarburos está teniendo en la disminución de la capacidad de producción mundial por la insuficiencia de la inversión en el sector. También, que las autoridades monetarias han aprendido de sus propios errores y tienen todas ellas un objetivo más o menos explícito de inflación. Pero no cabe tampoco ignorar que la crisis financiera internacional ha puesto el énfasis político en la provisión de liquidez para asegurar la solvencia de las instituciones de crédito, en la esperanza de que tiempo habrá para combatir más adelante la inflación.
Esta estrategia depende crucialmente de que no se disparen las expectativas de inflación, como apercibió el Nobel Friedman. Por eso son tan preocupantes los síntomas de nerviosismo que se detectan en la población y que amenazan con provocar un otoño caliente que dispare el otro fantasma: una espiral de precios y salarial al alza.
La estanflación no es un fenómeno español, pero hay dudas razonables sobre si la política económica de este Gobierno contribuye a hacerla más factible. Su insistencia en que estamos ante de una crisis temporal e importada le ha llevado a adoptar medidas expansionistas del gasto público en la esperanza inútil de que escampe la tormenta.
Pero sin autonomía monetaria y con una política fiscal al servicio de la ampliación de derechos económicos al margen de las posibilidades reales de la economía, el panorama económico es sombrío. Combatir la estanflación requiere como condición previa arrumbar las expectativas de inflación y evitar que éstas cuajen en los comportamientos de los agentes económicos y sociales.
España sigue teniendo una negociación colectiva obsesionada con la recuperación de la capacidad adquisitiva, que deja muy poco juego a los factores de competitividad y productividad microeconómicos. Conseguir que sindicatos y patronal hagan de la competitividad exterior y de la productividad en el seno de las empresas el factor central de la negociación es el punto neurálgico de la estrategia adecuada. Ello requiere un diagnóstico correcto y un liderazgo político que el presidente Zapatero, por desconocimiento, error de juicio de sus asesores o simple optimismo antropológico, no parece en condiciones de querer asumir.
España tiene además un mercado de trabajo con evidentes rigideces y unas cotizaciones sociales muy elevadas que actúan como un impuesto a la creación de empleo. Por si faltara algo, tiene también una imposición sobre el beneficio de las sociedades muy altos. Impedir la estanflación es más fácil y menos costoso que salir de ella. Italia lleva casi quince años en una situación bien parecida. Evitarla exige una estrategia de deflación competitiva como la que ha puesto en marcha la canciller Merkel.
La receta es sencilla aunque dolorosa: un programa sistemático de reformas estructurales que reduzca los costes de hacer negocios. Al mismo tiempo, habría de contemplar un replanteamiento de la unidad de mercado, erosionada por el desarrollo autonómico. Es decir, un programa clásico de aumento de la capacidad productiva del país. ¿Está el Gobierno dispuesto a ponerlo en marcha?
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Zapatero ha adelantado que este "ambicioso" paquete de reformas se aprobará antes del verano y se presentarán ante la Comisión Europea el próximo mes de octubre, después de recabar el apoyo de los diferentes agentes sociales. Según el jefe del Ejecutivo, la reducción en un 30% de las cargas administrativas "supondrá una mejora de la competitividad empresarial que puede suponer una subida del 2% en el PIB".
Rodríguez Zapatero ha detallado que, además de esta reducción del papeleo empresarial, el Gobierno aplicará "una transposición ambiciosa de la directiva europea de servicios que debe suponer la reducción del impacto inflacionario en el sector". "Esto servirá para eliminar barreras a la competencia y para ello el Gobierno va a presentar antes de fin de año una ley paraguas que incorporará los principios generales de la directiva, para después poder aplicar el correspondiente desarrollo legislativo en ámbitos concretos", ha explicado.
La nueva normativa supondrá reformar y modernizar los servicios profesionales, impulsar la competencia en el transporte ferroviario de mercancías, que ahora sólo es el 3% del total, para que crezca hasta colocarse en niveles europeos.
Zapatero se ha detenido en analizar la situación económica actual, ha admitido la "intensa desaceleración" producida en el primer trimestre de este año y ha achacado básicamente a factores externos el elevado aumento de los precios en los últimos meses. Con todo, ha recordado que se mantiene un diferencial positivo de crecimiento con respecto a la UE y ha dicho que España cuenta con activos muy importantes para hacer frente a la desaceleración económica.
Para afrontar "con serenidad" este periodo de "ajuste fuerte" y tener unas expectativas favorables cuando las condiciones internacionales permitan volver a la senda del crecimiento potencial de España, ha recordado que el Gobierno también aprobó otras medidas al comienzo de la legislatura. "El futuro se gana si el rumbo es acertado y los objetivos se comparen por la inmensa mayoría", ha dicho Zapatero. "Disponemos de recursos y de proyectos. Si a ello se une un buen clima político, sin duda aportará un beneficio positivo", ha razonado.
"Toca renovar el Pacto de Toledo"
Además, el presidente afirmó que "toca renovar" el Pacto de Toledo sobre la Seguridad Social, y que "después del verano" su Ejecutivo trabajará en esta dirección. También indicó que en los "próximos días" convocará a los representantes de los sindicatos para abordar una "nueva etapa" en sus relaciones con el Gobierno.
Zapatero abogó por "formar un triángulo de diálogo" entre el Gobierno central, los agentes sociales y los grupos parlamentarios, todos ellos con un "protagonismo por igual", con la finalidad de "renovar" el 'Pacto de Toledo', acuerdo alcanzado en 1995 en el Congreso casi por unanimidad para dar viabilidad a la Seguridad Social y el sistema de pensiones de titularidad pública.
"Nueva etapa entre Gobierno y sindicatos"
Sobre la "nueva etapa" de las relaciones entre el Gobierno y las centrales sindicales, expresó su voluntad de "elaborar y firmar una nueva declaración de diálogo social" con los sindicatos. "Aunque el escenario económico sea distinto, no cambia el compromiso del Gobierno en cuanto a diálogo social", dijo el presidente del Gobierno, quien confió en la "favorable predisposición" de los sindicatos a alcanzar este acuerdo.
Nueva tarifa eléctrica
José Luis Rodríguez Zapatero también anunció que el Gobierno subirá la tarifa de la luz, pero que lo hará de tal manera que los consumidores "van a sufrir, pero lo menos posible". Para ello, Zapatero explicó que se creará una nueva tarifa eléctrica doméstica de discriminación horaria que fomentará el ahorro y la eficiencia. A esta tarifa, según ha explicado, se le añadirá una "tarifa social" que permitirá reducir al máximo la repercusión de los incrementos internacionales sobre los consumidores con menor capacidad.
El presidente del Ejecutivo también hizo referencia al incremento de las interconexiones eléctricas con el exterior. Constató que se está a punto de alcanzar un acuerdo para duplicar la capacidad de interconexión con Francia, y defendió que tendrá un impacto en términos de mejora de suministro en Cataluña.
Acuerdos con el PP
Zapatero manifestó su voluntad de alcanzar, en esta legislatura, acuerdos con el PP en cuatro materias en concreto: lucha antiterrorista, justicia, política exterior y la reforma del Pacto de Toledo, el acuerdo rubricado en 1995 por la mayoría de diputados en el Congreso para reformar el sistema público de pensiones.
"Como no quiero ser utópico, no quiero ir más allá", dijo el presidente del Gobierno. "A mi no me pesa en nada la legislatura pasada", declaró, e indicó que el "mensaje" que dirige al PP es que esta legislatura tiene que servir para abordar el "futuro" de la sociedad española, y no "para dirimir lo que pasó" en 2004 y 2008.
En cuanto a la crisis económica, Zapatero no se ha apartado mucho del guión, hablando continuamente de "intensa desaceleración económica", y lanzando mensajes de optimismo basados en la política presupuestaria desarrollada en los años anteriores, “envidiada por otros países”. Ante la crisis, el presidente ha prometido paliar los efectos para los que más la podrían sufrir (familias, empresas y sector de la construcción) y mantener la tensión modernizadora.
"Seguimos con un diferencial positivo de crecimiento frente a la UE y contamos con activos importantes que no contábamos en otras etapas de desaceleración económica", ha asegurado Zapatero, recordando que España no es ajena a la coyuntura mundial que atraviesa dificultades desde verano de 2007, como consecuencia de la crisis de las hipotecas subprime.
Tras reiterar que el objetivo de esta legislatura es seguir creciendo por encima del promedio de la Unión Europea, Zapatero ha dicho que los activos en que se apoya son los siguientes:
No se ha agotado el margen de crear empleo, incorporando a más mujeres en el mercado de trabajo.
El mantenimiento de las inversiones en infraestructura, que contrarrestará la caída en el sector de la construcción. En los últimos cuatro años se han invertido 49.000 millones de euros en infraestructura, y según Zapatero, aún existe una fortaleza por desarrollar gracias al superávit que va a permitir seguir con las inversiones en este sector.
El proceso de internacionalización en marcha de la economía española, a través del comercio y las inversiones en el exterior
La solidez del sistema financiero, tanto en rentabilidad como en solvencia, a pesar de la crisis de liquidez que ha afectado a muchas grandes instituciones financieras mundiales.
Una situación presupuestaria "envidiada por todos los países de nuestro entorno". El 2,5% de superávit de 2007 permite mantener los objetivos de tener una estabilidad económica, a pesar de la coyuntura de crisis.
"Esto nos permite afrontar este periodo con un nivel razonable para abordar políticas, porque nos permite reducir impuestos, mantener el ritmo de inversión en infraestructura y mantener y mejorar las prestaciones sociales", ha dicho Zapatero, que esta semana ha visto cómo el Estado se despide del superávit, al menos hasta 2011.
La Generalitat gestionará el aeropuerto del Prat
Ante el auditorio del Círculo de Economía de Barcelona, le presidente del Gobierno ha anunciado que la Generalitat y otros organismos locales podrán entrar en la gestión del aeropuerto de El Prat en un año, cuando se hayan completado las obras de la nueva Terminal Sur.
"En un año también terminarán las obras de El Prat, con una inversión de 5.000 millones de euros, cerca de 4.000 millones ya están invertidos. Y en esa fecha ya tendremos el nuevo modelo de los aeropuertos, con la incorporación a la gestión de la Generalitat y de los organismos locales", ha asegurado el presidente del Gobierno.
Según Rodríguez Zapatero, "el objetivo es que en la gestión del aeropuerto participen las instituciones, desde luego la Generaltat, pero también los organismos locales".
"Lo mismo se cumplirá el traspaso de Cercanías a la Generalitat, lo que pasa es que hace falta tiempo para hacer las cosas bien", ha justificado hoy el presidente español.
Zapatero ha añadido que "Cataluña, con el desarrollo de la alta velocidad hacia Girona, será la primera comunidad autónoma que vea unidas todas sus capitales por el AVE y con la mejora de Cercanías la mejora de las infraestructuras será notable".
Clausura de la jornadas
La conferencia del presidente del Gobierno pone fin a las jornadas que el Círculo de Economía ha organizado para celebrar su cincuenta aniversario. En ellas estuvieron ayer el líder de la oposición, Mariano Rajoy, y el ex presidente del Gobierno socialista, Felipe González, quien dijo que, si él fuera Pedro Solbes, abogaría por no retrasar la negociación del nuevo sistema de financiación autonómica. "Ahora que el círculo económico está como está, es muy difícil incrementar el esfuerzo en servicios públicos esenciales y transferidos", explicó.
Por su parte, Mariano Rajoy expuso en su conferencia de ayer una batería de propuestas para afrontar lo que él sí llama "crisis económica". La receta del PP pasa por favorecer la creación del empleo, luchar contra la subida de precios, tener una política de apoyo a la empresa y fomentar la competitividad, así como trabajar para tener una política energética.
Ayer el vicepresidente primero, Pedro Solbes, declaró que "hablar de crisis es enormemente exagerado". Solbes puso con estas palabras el cierre a una semana en la que el Euríbor alcanzó su máximo desde 2000, el diferencial de inflación con la UE se agrandó, el déficit exterior alcanzó cifras récord y Bruselas destacó que España es el país europeo en el que más crece el paro.
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