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Con Zapatero ganamos la Eurocopa |
La crisis, la desaceleración acelerada o la despresurización de la cabina económica y su consiguiente abróchense los cinturones, llámese como se quiera, se le está atragantando a Zapatero, que no acaba de manejarse bien con las dos clases de Jordi Sevilla y los cursos presenciales impartidos por Miguel Sebastián. Para afrontar la situación, el presidente ha echado mano de su optimismo antropológico, que es verdad que sirve para todo. Si España juega la Eurocopa, la ganará; si el paro sube, nunca hubo tanto empleo como ahora; si la inflación se dispara, ya bajará; si se reduce el crecimiento, será para tomar impulso; si la construcción se hunde, haremos más puentes. Según se empeña en transmitir, la actual no es sino una enojosa etapa en la bienaventurada travesía hacia la tierra prometida, en la que manará el I+D junto a la miel y la leche de rigor, que además será rica en Omega 3 y mucho más barata.
Esta manera de contemplar la realidad es criticable, sobre todo por que hay gente que soporta mal los tifones, y si además el torbellino está a punto de llevarse por delante sus casas y sus empleos, el consejo de poner buena cara al mal tiempo suele soliviantar a quienes no están para bromas. Zapatero ha optado por esta opción posiblemente porque no tiene otra, especialmente después de haber elevado el listón de las expectativas a niveles estratosféricos.
No es sólo la promesa de que el crecimiento económico sería imparable y que alcanzaríamos en renta per capita a Francia, Alemania y a la mismísima Suiza si fuera menester; es que íbamos a solucionar para los próximos 25 años el problema territorial de España, y para eso había que reformar el Estatuto de Cataluña, que sería el espejo en el que se miraría el País Vasco antes de jubilar a Ibarretxe y sus consultas populares; después de dorarle el riñón, pusimos a Al Gore como testigo de nuestra infatigable lucha contra el calentamiento global, pero nuestras emisiones de CO2 siguen aumentando; integraríamos a los inmigrantes, aunque ello, al parecer, es compatible con apoyar la directiva que permite su internamiento hasta 18 meses antes de expulsarles; la educación guiaría nuestros pasos, si bien ahora sabemos que no pueden ser muchos porque el informe Pisa constata que nuestros jóvenes leen poco y cuentan peor; cada niño tendría ordenador personal en la escuela y hablaría idiomas mejor que con Home English; los más necesitados accederían a una vivienda digna o a dos si eran pequeñas; la Justicia resplandecería…
Pinchado el globo que nos mecía en la órbita lunar, Zapatero tiene prisa por encontrar una salida al laberinto económico que le está arruinando el cuento de la lechera. La cosa está difícil, tanto como mantener la ficción de que el suyo era un Gobierno de izquierdas aunque su política económica no se diferenciara un ápice de la que hubiera hecho al PP, que ahora dice que es de centro reformista pero que antes vivía plácidamente en la derecha.
Gracias a la estulticia de los populares, Zapatero ha podido presumir de un supuesto izquierdismo, basado en el reconocimiento de nuevos derechos sociales que presupuestariamente salían gratis o muy baratos. La derecha disentirá, pero autorizar el matrimonio entre homosexuales no es, en esencia, una medida de izquierdas, como no lo es tampoco rendir homenaje a los muertos de la dictadura, ni esgrimir el laicismo contra la Iglesia católica, que, por cierto, ha mejorado su financiación con los socialistas, ni siquiera abanderar la lucha contra la discriminación sexual, el último señuelo de esta legislatura. Curiosamente, la gran medida de izquierdas del pasado reciente fue la ley de dependencia, que contó con el apoyo del PP y cuya aplicación está resultando vergonzosa.
En definitiva, tenemos un presidente que aparenta ser de izquierdas pero que aplica una política económica de la derecha clásica, una dualidad incompatible con la coyuntura actual. Las medidas adoptadas hasta el momento han salvado a duras penas la contradicción. Por un lado, se han bajado los impuestos –así hay que entender la devolución de los 400 euros- y se ha anunciado más gasto en infraestructuras para sostener la economía. Pero, simultáneamente, se exigen reformas estructurales, que es la manera eufemística con la que el neoliberalismo se refiere al recorte de las pensiones y a la flexibilización del mercado de trabajo, es decir, al despido libre o casi. Y es en ese punto donde el camino se torna intransitable, so pena de hacer jirones el traje de referente del nuevo socialismo que Zapatero luce con tanto garbo.
A su izquierda se abre otra vereda que requiere incluso de más valor, el suficiente como para sentar a nuestros estupendos banqueros y esgrimir ante sus ojos una ley sobre sus beneficios si no abren la mano con el crédito; o para desaconsejar a esos prohombres de la empresa que se han hecho ricos con el dinero público medidas laborales traumáticas si quieren seguir teniendo contratos de las administraciones. El valor suficiente para estudiar el reparto del trabajo, llámese ley de las 35 horas o jornada semanal de cuatro días; o para hacer que, de una vez por todas, paguen más los que más ganan, que no son precisamente los asalariados sino las rentas del capital. En conclusión, que el camino está cortado, y más en coche oficial.
Zapatero está bloqueado y, entre tanto, corre hacia el centro antes de que llegue Rajoy, que no está precisamente para esprintar, se apunta a las rebajas fiscales, se hace el duro con los nacionalistas que no son CiU y les saca billete de vuelta y sin escalas a los inmigrantes. Todo ello, haciendo gala de gran optimismo mientras reza lo que sabe para que la crisis no vaya a más. Si se empeña, es posible que veamos la botella medio llena hasta que se rompa. Lo que no tiene remedio, se ponga como se ponga, es lo de la Eurocopa.

Etiquetas: conocimiento, inteligencia, monopolios, multitud, politica.
El Gobierno dice
La vicepresdienta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, afirmó hoy que la subida del Euríbor, que hoy marcó su nivel más alto de la historia, es 'preocupante', pero confió en que la situación 'se reconduzca pronto'.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, De la Vega estimó que la última escalada del indicador responde a que los bancos han descontado una eventual subida de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE).
La vicepresidenta incidió en que el Ejecutivo 'se está preocupando y ocupando con medidas' de las mayores dificultades de la población ante el encarecimiento de los precios por el alza del petróleo y ante la ralentización económica.
Estas medidas 'concretas' consisten en aumentar las prestaciones sociales y de ayuda a la vivienda, así como en la deducción de 400 euros en el IRPF, recordó la vicepresidenta.
'Sabemos que hay una situación de dificultad y vamos a trabajar por los ciudadanos, sobre todo por los que tienen menos recursos', insistió, si bien matizó que existe 'algún elemento positivo' en los datos sobre la economía.
En este sentido, De la Vega confió en que 'entre todos podamos superar' la desaceleración económica, pero que mientras tanto, el Gobierno estará 'cerca de los ciudadanos'. 'Claro que somos conscientes (de las dificultades) y por eso estamos trabajando', concluyó.
La realidad, por otro lado
No hubo acuerdo entre Fomento y los transportistas, que mantienen la convocatoria de paro indefinido a partir de la medianoche del domingo, después de que, tras un encuentro entre ambos, el Ministerio no aceptará las medidas compensatorias solicitadas por los trabajadores con motivo de la subida de precios de los carburantes. Así lo explicó el presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Transportes y Mercancías (Fenadismer), Julio Villaescusa, quien avisó de que será una huelga "difícil para todos", porque, por ahora, no ve que la situación y los encuentros con el Ejecutivos vaya a cambiar la situación.
Fenadismer sigue adelante con sus planes de comenzar un paro indefinido por parte de los profesionales de este sector. Villaescusa explicó que se trata de un paro que sólo pasa por que el Gobierno garantice la articulación mínima para los servicios de transporte que asegure que las empresas ganen lo mínimo para pagar sus costes aunque se produzcan subidas en el precio de los carburantes, una petición que hoy el Ministerio de Fomento denegó.
Sobre este encuentro, el presidente de Fenadismer dijo que se encontraron con "una enorme distancia en el talante y la comprensión del Ministerio respecto a lo planteado por el sector". "El grado de evolución es cero, no ha habido ningún avance, seguimos en la misma situación y lo más grave y lamentable es que las distancias siguen igual que en jornadas anteriores, no hay nada que lo modifique", explicó Villaescusa. Respecto al paquete de medidas propuesto por los distintos ministerios con competencia en el sector (Fomento, Trabajo, Economía y Hacienda e Interior), indicó que "ninguna de ellas ni todas juntas sirven para abordar y dar salida al enorme problema que el mundo del transporte tiene en este momento".
Por todo ello, el líder de la Federación aseguró que la patronal mantiene el paro "porque hasta ahora no hay nada que indique que se tiene que variar, sino todo lo contrario, conforme pasa el tiempo nos acercamos a una situación que da a entender que será un paro duro y difícil, donde vamos a sufrir todos mucho", advirtió. Además, recordó que no hay ningún encuentro previsto para el fin de semana, de modo que los contactos con el Ejecutivo se retomarán el próximo lunes.
Ante esto, Fomento señala que "no hay ninguna razón" para que los transportistas continúen con su convocatoria de paro, a pesar de que reconoce que "no existe posibilidad alguna" de atender la principal reivindicación de los convocantes. Por su parte, la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, pidió "tranquilidad" a los transportistas ante la huelga. En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, De la Vega aseguró que el Ejecutivo "conoce las dificultades" del sector y que por ello "se está preocupando" en encontrar fórmulas para aminorar el impacto de los precios del petróleo. "De esta situación saldremos todos juntos", aseguró la vicepresidenta, quien concluyó este tema asegurando que espera "por el bien de todos, que se reduzcan las movilizaciones en el menor tiempo posible".
Mientras, continúan las manifestaciones de protesta por la subida del gasóleo, entre ellas una marcha lenta por parte de los camioneros catalanes en la AP-7 en Barcelona, que ocasionó retenciones, de hasta 12 kilómetros. Además, los mismos manifestantes cortaron esta misma vía a primera hora de la mañana y compañeros del sector realizaron concentraciones en el Puerto de Barcelona, en Mercabarna y en La Jonquera (Girona).
También los pescadores han querido reivindicar su situación. En A Coruña, más de un millar de profesionales de este sector realizaron una marcha exigiendo medidas ante la carestía de hidrocarburos y la caída de los precios del pescado por las "perturbaciones" de entrada "desleal" de importaciones. Con cánticos como "queremos pan, queremos vino, queremos a Zapatero colgado de un pino", o "Elena Espinosa, eres una mentirosa", la Plataforma en Defensa del Sector Pesquero, recorrió parte de la capital coruñesa, finalizando la marcha en la Plaza de María Pita, en donde regalaron pescado.
En Vigo, aprovecharon la visita de la ministra de Medio Ambiente para protestar por la falta de medios. Durante el acto se vivieron momentos de tensión, al acotar la Policía Nacional la zona donde debían situarse, lo que provocó empujones ante la negativa de los pescadores a aceptar esta limitación. Espinosa lamentó esta situación y pidió que estos altercados no se vuelvan a repetir porque "desprestigian al sector". En cuanto a la situación, la ministra reiteró que muchos barcos faenan con normalidad tal y como se recoge en los datos que maneja la torre de control del Centro de Inspección Marina. En este sentido, la Confederación Española de Pesca, advirtió que la próxima semana el seguimiento del amarre de la flota será total.
Por último, los agricultores se sumarán finalmente a estas protestas. Asaja ha convocado una manifestación frente al Ministerio de Economía el próximo día 19 de junio.
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