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La crítica social en el Estado español |
La evolución reciente de indicadores sociales como el empleo, la renta o el acceso a los servicios públicos ya puede consultarse en el Barómetro Social de España, una herramienta para la crítica y la acción.Imaginen un índice que permite apreciar en diferentes consultas la evolución social de un país. Algo así es el Barómetro Social de España, que reúne la evolución de 11 grandes campos como la renta, el género, el medio ambiente o la política internacional entre 1994 y 2006. Y la imagen que devuelve esta obra resulta tan poco favorecedora como la de cualquier espejo enfrentado a una mirada demasiado narcisista. En este caso, la del “España va bien” asociada a la etapa ya cerrada de expansión económica.
Miguel Ángel de Prada pertenece al colectivo IOE, el grupo de investigación social que ha elaborado el índice a partir de 180 indicadores extraídos de las estadísticas oficiales. “Queremos contribuir a retomar la cuestión social en España”, afirmaba de modo rotundo en la presentación del tomo y de la página web, barometrosocial.es. Se trata de un tipo de enfoque sepultado por datos más presentes en el discurso político y económico, como que el producto interior bruto del Estado español aumentó un 62% en los 12 años estudiados. Ante esta avalancha, la obra se plantea como una herramienta para el combate ideológico. Lo resalta Walter Actis, otro de sus autores. “Se trata” –cuenta– “de polemizar con el discurso dominante, en el mismo terreno y con las mismas armas”, en referencia al caudal impresionante de datos que integran este diagnóstico de la situación social española. El de una sociedad que se ha hecho más desigual al tiempo que aumentaba su riqueza.
Pasen y vean
¿Hay realmente para tanto? En el área de empleo, la mayor credencial del Estado español ante sus socios europeos en los años del boom, “una élite de millón y medio de personas asalariadas contaba [en 2006] con unos ingresos mensuales medios de 5.000 euros, mientras que seis millones percibían un promedio inferior a los 300 euros”. Han leído bien: menos de 300 euros al mes. El dato no hace sino confirmar lo avanzado por los informes de la Agencia Tributaria: la explosión del empleo se ha centrado en los puestos peor remunerados, con jornadas a tiempo parcial y contratos temporales que se han cebado con la inmigración, las mujeres y la juventud.
En la misma línea van los datos sobre renta –la desigualdad entre los hogares más ricos y los más pobres aumentó un 37% sólo entre 2002 y 2005–, salud –estamos entre los países europeos que más ha privatizado su sistema sanitario desde 1990–, educación -los terceros con más peso de la privada no universitaria, y con un aumento continuado del abandono escolar desde 1999-. En los mejores casos, como la desigualdad de género -las mujeres consiguen más acceso a la formación y al empleo pero se ensancha la brecha salarial en su perjuicio-.
A estos índices se suman otros menos frecuentes, como la política internacional o el medio ambiente. El balance también resulta negativo: la ayuda oficial al desarrollo avanza muy por debajo del PIB y representa cinco veces menos que lo ingresado por la devolución de la deuda de los países empobrecidos. Al mismo tiempo, la diferencia con el tope de emisiones de CO2 establecido en Kioto ha aumentado cada año. El capítulo de seguridad ciudadana, uno de los favoritos en los medios, destaca que el descenso de la criminalidad ha coincidido con un aumento de las reclusiones, que ya superan las 65.000.

Etiquetas: conocimiento, medios, mentiras, multitud, politica.
El nuevo cálculo de los pagos a cuenta del IRPF ha obligado al Gobierno a modificar el Reglamento del Impuesto sobre la Renta. El sistema que recoge la norma aprobada ayer para calcular cuánto toca a a contribuyente es, según los expertos consultados, relativamente complicado. Tan es así que, para poder hacer los cálculos, Hacienda recupera, de forma extraordinaria, los decimales.
En los últimos años, el porcentaje de retención en las nómina se viene expresando con un número entero; el Gobierno del PP introdujo en 2002 el redondeo y eliminó los decimales, y se ha mantenido así desde entonces. Ahora, se necesita un cálculo más preciso, para que los pagos a cuenta en el IRPF se ciñan a los 400 euros prometidos.
Para facilitar la tarea a las empresas, Hacienda prevé colgar en su página web en la primera semana de junio un programa informático para el cálculo de las nóminas. Además, muchas empresas están realizando cursos acelerados para comprender el nuevo cálculo de las retenciones.
Un ejemplo: un trabajador con un sueldo bruto de 1.300 euros, al que Hacienda le retiene 300 euros; esto es, tiene un salario neto de 1.000 euros. En la nómina de junio sólo sufrirá una retención de 100 euros, por lo su sueldo neto mes será de 1.200 euros. El resto de la deducción se prorratea entre los seis meses que quedan de ejercicio fiscal. En 2009, todos los meses se reducirá la retención de cada nómina en la misma cuantía y proporción.
No todos los asalariados y pensionistas llegarán a beneficiarse íntegramente de los 400 euros. Aquellos con una cuota íntegra por debajo de esa cantidad sólo recibirán hasta donde alcance su pago alFisco. También puede suceder que un trabajador con dos empleos este año, el segundo después del verano, llegue a recibir un total de 600 euros: en junio, tiene los primeros 200; pero con el segundo contrato, pongamos desde septiembre, tiene derecho a que se le apliquen los 400 euros.
Para los autónomos, la medida se materializará en una reducción de sus pagos fraccionados trimestrales: hasta doscientos euros en el del mes de julio, y cien en octubre 2008 y en enero 2009, respectivamente.
El Ministerio de Economía y Hacienda calcula que esta deducción beneficiará a un total de 16,4 millones de contribuyentes, con un coste total para las arcas del Estado de 6.000 millones de euros.
Pues bien, la Agencia Tributaria ingresó retenciones en 2005 (últimos datos disponibles) por rentas del trabajo y actividades económicas -los que tienen derecho a la deducción de 400 euros- de unos 15 millones de contribuyentes. Si restamos esa cantidad al citado total de 26,5 millones, obtenemos 11,5 millones de personas sin retención. Otra forma más burda que arroja el mismo resultado consiste en dividir el coste de la medida anunciado por Pedro Solbes -6.000 millones de euros- entre 400 euros: 15 millones de personas también, lo que deja a 11,5 millones fuera de la medida.
Un antiguo alto cargo de la Administración Tributaria cuando se acometió la reforma fiscal de 2006 confirma que "los cálculos sobre cuántos contribuyentes quedaban exentos de retenciones con la nueva forma de calcularlas arrojaban unos 11 millones de personas". Finalmente, si hacemos caso a los cálculos del gobierno de 16,4 millones de beneficiados por la medida, nos quedan unos 10,1 millones de contribuyentes sin 400 euros.
Luis del Amo, director del Registro de Economistas Asesores Fiscales, explica que se encuentra en esta situación (exento de retenciones) un trabajador con contrato indefinido que perciba 9.650 euros brutos anuales (si es soltero sin hijos), 10.750 euros (si tiene un hijo) ó 11.155 euros (si tiene dos hijos). Hay cierta confusión entre la práctica de la retención y la obligación de declarar, que la Ley fija en 22.000 euros anuales. Del Amo calcula que un trabajador con esta retribución sufre una retención muy superior a los 400 euros anuales: 3.525 euros (siendo soltero sin hijos).
Los jóvenes del 2% recibirán menos de 400 euros
A esta cifra habría que añadir aquellos contribuyentes que tienen retención a cuenta pero sin llegar a 400 euros anuales. Aquí se encuentran muchísimos trabajadores con contrato temporal inferior a un año de duración -normalmente jóvenes que todavía no han logrado un empleo fijo-, cuyo tipo de retención habitual es el 2%. Pero es casi imposible calcular el número de personas en esta situación.
Hay que recordar que la medida se establece como una deducción de 400 euros en la declaración del ejercicio 2008, con la particularidad de que se adelanta su devolución a las retenciones practicadas a partir de junio. Eso significa que los que tengan una retención inferior a 400 euros al año sólo podrán recuperar el total retenido y perderán la diferencia hasta la cifra prometida por el Ejecutivo.
Es más, las personas cuya retención no llega a 400 euros entre junio y septiembre con el sistema actual no sufrirán retención alguna en dicho período, pero tendrán que esperar a la declaración de junio de 2009 para recuperar lo que se les haya retenido antes de junio (siempre con el tope de los 400 euros).
Finalmente, aquellos trabajadores cuya retención mensual no alcanza los 200 euros -independientemente de si llegan a los 400 euros al año o no- no podrán cobrar esta cantidad en junio. La diferencia entre 200 y su retención mensual se prorrateará entre las seis nóminas siguientes y se añadirá a los 33,33 euros de todos los trabajadores. Como se aprecia, un auténtico lío que trae de cabeza a las empresas y que se ha agravado por la tardanza del Ejecutivo en aprobar el Real Decreto que concreta la aplicación práctica de la medida (no lo hizo hasta el viernes pasado).
No es una medida social
La exclusión de tantos millones de contribuyentes del cobro de los 400 euros, en especial de las rentas más bajas, ha provocado fuertes críticas desde distintas organizaciones sociales y políticas, empezando por el Partido Popular, que propuso que esos 400 euros pasaran directamente a las arcas de la Seguridad Social y que se dedujeran de las cotizaciones de los trabajadores. Una medida más igualitaria que beneficiaría a las rentas bajas, según su portavoz económico, Cristóbal Montoro.
En todo caso, no hay que olvidar que el pago de los 400 euros no es una medida social de redistribución de la riqueza, sino una medida de impulso al consumo privado para paliar la grave crisis económica que ha comenzado en nuestro país. Es decir, se trata de que todos los contribuyentes, independientemente de sus ingresos, tengan una cantidad extra en sus nóminas para gastar (otra cosa es que la actual espiral inflacionista se puede comer rápidamente esa cantidad).
En este sentido, la medida -ideada por Miguel Sebastián en la campaña electoral y ampliada posteriormente a pensionistas y autónomos- es una copia del cheque fiscal de 600 dólares de George Bush en EEUU. Pero de esta comparación también sale perdiendo el socialista Zapatero, puesto que el conservador Bush ha fijado un tope de renta para percibir esa cantidad, mientras que en España no hay ninguno.
Según recientes estudios, en el primer trimestre del 2008, la deuda hipotecaria de las familias llegó a un nuevo récord, los 657.189 millones de euros, situando el esfuerzo familiar para financiar la compra de una vivienda en el 46,2% de la renta bruta disponible. Para hacer frente a esta deuda, las familias apuestan en gran medida por los créditos al consumo, que han aumentado hasta Marzo un 8,9%. De este modo, sumando la deuda hipotecaria y la deuda derivada de los créditos al consumo, otorgan un total de endeudamiento de las familias de 887.426 millones de euros.
Conscientes de ello, las entidades bancarias en los últimos tiempos han intentado ofrecer "facilidades" en el pago de la hipoteca a sus clientes: se han alargado en muchos casos los plazos de duración por encima de los 50 años se extienden los periodos de carencia (sólo se pagan intereses), se permite "aparcar" una parte de la deuda hasta su vencimiento, entre otras medidas.
Pero aún así, cada vez salen a la luz más familias que tienen que acudir a la ayuda de organizaciones sociales para poder llegar a fin de mes. En general, se trata de parejas de clase media y mujeres con hijos, que hasta hace unos años aunque, sin demasiados lujos, llegaban a fin de mes, y que jamás se imaginaron que se tendrían que ver abocados a pedir ayuda de una ONG.
Nos referimos a personas que acuden por primera vez a este tipo de ayuda y que no corresponden al típico perfil de pobreza marginal, pensemos que son familias que pueden llegar a cobrar al mes entre 1200 y 1400 euros, pero que con el pago de la hipoteca y los gastos generales, les puede quedar unos 300 euros para alimentar a sus hijos.
En muchos de estos casos, se trata de familias cuyo cabeza trabajaba en el sector de la construcción que, se ha quedado sin trabajo tras el parón acontecido en este sector, y que sólo cuentan con el sueldo de la mujer, empleada del hogar, con bajos ingresos.
Estas familias, tras meses tirando de ahorros y de ayuda de familia y amigos, con el banco todo el día encima de ellos, no les ha quedado más remedio que pedir ayuda a estas organizaciones.
Sin embargo, la actuación de estas asociaciones, es muy limitada ya que, les pueden dar ropa, alimentos e incluso pagarles algun recigo de luz, agua...pero no el pago mensual de una hipoteca. Y es que, con la crisis económica, estas asociaciones cada vez reciben menos donativos y con la creciente demanda de ayuda por parte de familias mileuristas se han disparado sus gastos.
En provincias como Málaga, a nivel diocesano, sin contar con las cáritas parroquiales, se han destinado en los ultimos meses alrededor de 350.000 euros para ayudar a personas con problemas relacionados con la vivienda. En Cádiz sin ir más lejos, más de 200 familias necesitan de la ayuda de Cáritas para llegar a final de mes. En Lanzarote, se estima que más del 20% de los hogares cuentan con menos de 523 euros para hacer frente a los gastos corrientes. En Barcelona, las ayudas por la Cáritas Diocesana de esta población, han aumentado del 6% al 54% del total del dinero recaudado, atendiendo según esta organización desde el 2003 a un 30% más de personas.
Y es que, los pobres cada vez menos son los indigentes que viven en las calles, se puede tener un techo y conformar una familia estable y estar muy por debajo de las condiciones necesarias para vivir.
Mientras tanto, el Gobierno, ha anunciado la adopción de medidas inmediatas para paliar la desaceleración económica: la esperada deducción de 400 euros en el IRPF para pensionistas, asalariados y autónomos, una aceleración de la devolución del IVA para empresarios, la recolocación de los parados en la construcción, una ampliación de hipotecas y un reforzamiento de la cobertura por desempleo.
¿Serán suficientes estas medidas?
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