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Hezbolá hace historia |
El estadista británico Sir Winston Churchill dijo una vez: “La historia será amable conmigo, ya que tengo intención de escribirla yo”. En otra ocasión, dijo: “Aunque estoy preparado para el martirio, es algo que preferiría posponer”.
Pienso en esas dos citas, cuando imagino a Hasan Nasrallah, secretario general de Hezbolá, sentado en algún sitio en Beirut, observando como el miércoles sus aliados y oponentes elaboraban trabajosamente un acuerdo en Doha a su favor.
Debe haberse sentido muy feliz porque todas las resoluciones de Doha fueron hechas a medida del gusto de Nasrallah. Terminó por conseguir lo que había estado pidiendo: sobre todo más influencia para la oposición en el gobierno libanés, y la capacidad de vetar cualquiera resolución que vaya en contra de los intereses de Hezbolá.
Es verdad que no habrá elecciones parlamentarias anticipadas (que Hezbolá había solicitado) para expulsar a la mayoría parlamentaria de Saad al-Hariri, pero a todo el tema de Hezbolá y sus armas se le restó importancia en la reunión de Doha.
Como combatiente que a menudo dijo que busca el martirio en su guerra contra Israel, Nasrallah, como Churchill, ciertamente preferiría que éste fuera pospuesto. Necesita tiempo para gozar de los frutos de la victoria lograda por Hezbolá en Qatar. Podría ser idolatrado por millones de árabes, visto como un héroe de la guerra, y un líder carismático, honesto e inspirador. Podría ser odiado más allá de lo imaginable por sus oponentes, visto como terrorista y secuaz iraní. Pero dejando las emociones a un lado – en realidad no cuentan en la política – el hombre ha demostrado su intención, con éxito, de escribir la historia, a su manera.
Cuando Israel se retiró del sur del Líbano en 2000, sus oponentes arguyeron que Nasrallah estaba liquidado. El joven líder se había legitimado durante casi 10 años como combatiente por la libertad, alguien que era necesitado para combatir la ocupación israelí. Ahora que el Líbano era libre, en teoría, ¿para qué servía Nasrallah o las armas de Hezbolá? No podía seguir conservando armas, combatiendo a los israelíes y atraer a su electorado ahora que los israelíes habían abandonado el Líbano.
Pero sobrevivió. Cuando el presidente sirio Hafez al-Assad murió en junio de 2000, el mismo argumento volvió a aparecer, diciendo que una Siria emergente podría ser incapaz de cumplir sus promesas a Hezbolá. También sobrevivió. En 2004, Naciones Unidas aprobó la Resolución 1559, exigiendo el desarme de Hezbolá. Un año después, resonaron voces a través de toda la comunidad internacional, llamando a Nasrallah a deponer sus armas.
El joven líder libanés, pensaba la gente, no podría enfrentar a EE.UU., Francia y la ONU. Cuatro años más tarde, la Resolución 1559 pasó a la historia en lo que se refiere a la implementación de la parte sobre las armas de Hezbolá. El mismo fuego fue usado en su contra en 2005, cuando fue asesinado el ex primer ministro Rafik al-Hariri y de nuevo en 2006, cuando Israel lanzó su gran guerra contra el Líbano, con la intención de aplastar a Hezbolá. La guerra terminó, y aprobaron la Resolución 1701, apartando a Hezbolá de su campo de batalla en la frontera israelí. Incluso entonces, Nasrallah sobrevivió.
Hace dieciocho meses, Nasrallah ordenó a sus partidarios que fueran al centro de Beirut, a una manifestación sin fin orientada a derribar al gabinete del primer ministro Fouad al-Siniora, respaldado por los saudíes. El líder de Hezbolá se había enfrentado en una guerra de palabras con el gobierno libanés pro-occidental de Beirut, acusándolo de conspirar con los estadounidenses y los israelíes durante la guerra del verano de 2006.
Entre otras cosas, lo culpó por la Resolución 1559, y dijo que habían pedido a Israel que extendiera su guerra, de manera que pudiera librarlos de Hezbolá. Posteriormente, en noviembre de 2006, los ministros chiíes representantes de Hezbolá y de su partido gemelo Amal, renunciaron al gabinete Siniora. Nasrallah argumentó que ese gabinete era anticonstitucional porque los chiíes habían dejado de participar.
Los saudíes y los estadounidenses respaldaron a la Coalición 14 de Marzo, sin embargo, se negaron a ceder bajo presión y se aferraron a Siniora. Fue una guerra por encargo entre EE.UU. y Arabia Saudí por una parte, e Irán y Siria por la otra. Los estadounidenses simplemente no querían permitir que Irán obtuviera una ventaja. Observadores afirmaron que esa vez, Nasrallah había querido abarcar demasiado.
Pasaron dieciocho meses, y no llegaba ninguna solución. Nasrallah seguía negándose a ceder –insistiendo en que Siniora ya no era primer ministro del Líbano– y bloqueó cualesquiera negociaciones respecto a las armas de Hezbolá. El partido sólo se desarmaría, argumentó, una vez que las Granjas de Sheeba fueran liberadas.
La semana pasada la confrontación se hizo violenta, cuando combatientes armados de Hezbolá chocaron con aquellos financiados por, y leales a, el líder de la mayoría parlamentaria, Hariri. La violencia estalló después de que el gobierno libanés tratara de desmantelar la red de seguridad de Hezbolá, afirmando que era ilegal, y despidiera al comandante de seguridad del aeropuerto de Beirut, quien es leal a Hezbolá. Fue un ataque contra las armas de Hezbolá, afirmó Nasrallah, agregando que en la resistencia, los sistemas de comunicación y seguridad son no menos valiosos que las bombas y los misiles. “Cortaremos el brazo de quienquiera trate de desarmar a Hezbolá”, fueron las palabras de Nasrallah enfurecido. “Se utilizarán armas para proteger las armas”, agregó, descartando una promesa anterior que había hecho de jamás utilizar internamente las armas de Hezbolá.
Sus hombres siguieron ese ejemplo, invadieron vecindarios enteros leales a Hariri, y desarmaron a su bloque. Una vez que lograron un control total (en el breve período de seis horas) llamaron al Ejército libanés para que viniera y se hiciera cargo. La Coalición 14 de Marzo dirigida por Hariri alegó juego sucio, y lo mismo hizo Arabia Saudí, afirmando que Hezbolá había lanzado un golpe y ocupado Beirut. El Ministro de Exteriores saudí Saud al-Faisal comparó la invasión israelí de la capital libanesa en 1982 y la ofensiva de Hezbolá en 2008, afirmando que Nasrallah era un nuevo Ariel Sharon.
Todos pensaron que al utilizar sus armas internamente, Nasrallah había disparado su última bala. Algunos escribieron sobre una próxima guerra civil entre suníes y chiíes. Otros especularon que ahora sería más fácil para la comunidad internacional y para el Estado libanés salir adelante con un argumento contra las armas de Hezbolá, ahora que habían sido utilizadas internamente. Fue el error de su vida, dijeron muchos, hablando de Nasrallah.
Bajo un fuerte cabildeo de la Liga Árabe, EE.UU., Francia y los pesos pesados del Golfo como Qatar, todas las partes tomaron un avión y partieron a Doha, dejando atrás a 82 civiles muertos en Beirut. Residentes de la capital libanesa los despidieron con grandes pancartas que decían: “Si no os ponéis de acuerdo, no volváis”.
Los participantes en la Conferencia de Doha incluían al dirigente cristiano Michel Aoun y el presidente del parlamento Nabih Berri (dos aliados de Hezbolá), personalidades favorables a EE.UU. como Samir Gagegea y Walid Jumblatt, independientes como el veterano periodista y miembro del parlamento Ghassan Tweini, junto con Hariri, y Siniora.
El único participante ausente fue Nasrallah, quien no pudo realizar el viaje a Qatar por motivos de seguridad. Durante cinco días los dirigentes reunidos se encontraron bajo auspicios qataríes (en un momento bajo la supervisión directa del jeque Hamad). Consultaron permanentemente con los estadounidenses, los franceses, los saudíes, los sirios y los iraníes. Finalmente lograron un acuerdo el 21 de mayo que parecía satisfacer a todos.
El acuerdo de Doha declara que:
Nº 1. Todas las partes involucradas se reunirán el domingo para elegir un presidente del Líbano. El sillón presidencial ha estado vacante desde noviembre de 2007 y aunque todas las partes aceptaron llevar a ese puesto al actual comandante del ejército Michel Suleimán, nadie parecía saber como hacerlo a través del parlamento. El general Suleimán, calificado de pro-sirio y pro-Hezbolá, nunca fue uno de los favoritos de la Coalición 14 de Marzo, ni del ex comandante el ejército Michel Aoun, quien también tenía los ojos puestos en el sillón vacante en el Palacio Baabda.
En noviembre de 2007, a Aoun le convencieron de aceptar un compromiso; si no podía ser rey, por lo menos tendría que aceptar ser entronizador. Los sirios respaldaron la elección de Suleimán, ya que siempre sospecharon de Aoun, que había sido anti-sirio durante su prolongado exilio en París, durante el auge de la hegemonía siria en el Líbano.
Nº 2. Un nuevo gabinete de 30 miembros será creado dentro de la próxima semana por alguien de la Coalición 14 de Marzo. No habrá elecciones parlamentarias anticipadas, y el bloque de Hariri seguirá dominando el parlamento hasta 2009. Esto significa que se quedarán con el control del puesto de primer ministro. Siniora, quien describió el acuerdo como un “gran logro en la historia de la nación árabe”, renunciará y será reemplazado por una de dos opciones, o el propio Hariri, o el miembro pro-Hariri del parlamento, Mohammad al-Safadi.
Pero el nuevo gabinete tendrá 16 puestos para la mayoría de Hariri, 11 para la oposición dirigida por Hezbolá, y tres a ser nombrados por le presidente. Ya que Suleimán tiene buenas relaciones con Hezbolá, esto significa que los tres nombrados por él, estarán más o menos aliados con los once en manos de la oposición dirigida por Hezbolá. Eso lleva el número total de ministros del equipo contrario a Hariri a 14. Pueden tener poder de veto sobre cualquier legislación aprobada por el equipo de Hariri.
Ese veto será utilizado si el equipo de Hariri trata de aprobar algún decreto relacionado con el Tribunal Internacional relacionado con el asesinato de Rafik Hariri, aprobado bajo el Capítulo Siete de la Carta de la ONU. Este nuevo gabinete significará un problema inmediato para EE.UU., que apoyó a Siniora y que extenderá un apoyo incondicional a cualquiera que sea el nuevo primer ministro del 14 de Marzo.
¿Pero cómo van a encarar a los 11 ministros en el nuevo gobierno, que son leales o miembros de Hezbolá? ¿Los ignorarán –actuando como si no existieran– como lo hicieron con Hamas en Palestina? ¿O se tragarán sus grandes palabras y los verán como un factor estabilizador, como lo hicieron con los sadéristas que fueron ministros de gabinete bajo Nuri al-Maliki en Iraq?
Nº 3. Todas las partes se comprometen a no renunciar del gobierno u obstaculizar su trabajo. Esto fue hecho para asegurarse de que Hezbolá no se vaya del gobierno, como lo hizo con Siniora en noviembre de 2006.
Nº 4. El Líbano adoptará una ley de 1960 para las elecciones parlamentarias de 2009, con enmiendas en el distrito de Beirut.
Nº 5. Todas las partes se comprometen a abstenerse de utilizar armas para resolver conflictos políticos.
Nª 6. La seguridad sigue estrictamente monopolizada por el Estado, y no puede haber un Estado dentro del Estado en el Líbano.
Nº 7. Para mostrar su buena voluntad, la oposición dirigida por Hezbolá desarmará las carpas que había erigido en el centro de Beirut (el corazón del reino de Hariri) devolviendo la vida al distrito comercial de la capital libanesa.
¿Quién gana ahora en la política en Beirut? En cuanto a evitar otra guerra civil, todos los lados ganan, sobre todo el pueblo libanés. Ciertamente, Hezbolá salió victorioso. Así lo hicieron los sirios e Irán. Los sirios, en particular, parecen estar en el séptimo cielo, ya que poco después del anuncio del acuerdo en Doha, apareció otra declaración, esta vez desde Damasco, Tel Aviv y Ankara, diciendo que conversaciones indirectas habían comenzado entre Siria e Israel, bajo los auspicios de los turcos.
El único lado que podría no estar demasiado feliz con lo que sucedió en Doha es Arabia Saudí. El acuerdo fue negociado por los qataríes y no por los saudíes, aunque habían sido los que supervisaron el acuerdo en Taif, que condujo al fin de la guerra civil en 1990.
Los sirios, a quienes habían tratado de marginar en Beirut para llevar al poder al 14 de Marzo, ciertamente demostraron que todavía tienen mucho peso en el Líbano, aunque habían estado fuera –desde el punto de vista militar- desde 2005. Los agentes de Arabia Saudí fueron derrotados en lo militar en las confrontaciones callejeras de la semana pasado, y en lo político en Doha. Después de todo, a pesar de todo el parloteo a lo “macho”, habían terminado por ceder y aceptar las exigencias de la oposición dirigida por Hezbolá. Hezbolá y sus amigos recibieron efectivamente el poder de veto que habían querido desde hace tiempo, mantenido sus armas, y obtenido un presidente para el Líbano que no es miembro de la coalición del 14 de Marzo.
Nasrallah está escribiendo historia como Churchill pero tal vez con una pluma diferente y con escritura diferente.

Etiquetas: conocimiento, inteligencia, memoria, multitud, politica.
Por primera vez desde que Bush asumió la presidencia en 2001, parecen darse algunas de las condiciones para que se pueda avanzar hacia la paz.
"No se trata de que fuerzas hostiles a Estados Unidos asuman el control en Medio Oriente", señaló Helena Cobban, analista del no gubernamental Comité de Amigos sobre la Legislación Nacional, con sede en Washington.
"Ocurre que Estados Unidos, que durante largo tiempo pudo ejercer un completo control sobre la 'diplomacia de la paz' en la región, ya no está en condiciones de hacerlo", agregó.
Un ex funcionario del gobierno de Bush coincide con ese enfoque. "Esto ocurre esencialmente por los temores que causa nuestra falta de liderazgo y nuestra incapacidad para afrontar una situación que nosotros mismos creamos", afirmó el coronel retirado Lawrence B. Wilkerson, quien se desempeñó como jefe de gabinete del ex secretario de Estado (canciller) Colin Powell.
Luego de un estallido de violencia sectaria que la semana pasada puso a Líbano al borde de la guerra civil, la oposición liderada por el partido islamista Hezbolá y sus milicias, y el gobierno apoyado por Estados Unidos, finalmente llegaron el miércoles a un acuerdo para poner fin a bloqueo político que tuvo paralizado al país en los últimos 18 meses.
Una mediación encabezada por Qatar permitió resolver, al menos temporalmente, las disputas sobre la ley electoral, abriendo el camino del comandante del ejército, Michel Suleiman, hacia la Presidencia. Grupos apoyados por Arabia Saudita y Estados Unidos aceptaron la demanda de la oposición de contar con poder de veto en el gabinete.
El gobierno de Bush, que durante mucho tiempo reemplazó una estrategia coherente para Líbano con una retórica dura, optó por ver el acuerdo bajo una luz positiva.
Aunque le otorga a Hezbolá, considerada por Washington como una "organización terrorista, mayor influencia y poder en el gobierno, la secretaria de Estado Condoleezza Rice dijo que se trataba de "un paso positivo" y pidió a los líderes libaneses que lo implementaran.
Israel y Siria anunciaron, también el miércoles, que negociaban un tratado de paz con mediación de Turquía, luego de ocho años sin diálogo entre las partes. A diferencia del caso de Líbano, el gobierno de Bush, que se ha resistido a que sus aliados tengan contactos con Siria, ofreció una respuesta menos entusiasta.
"Esperamos que se trate de un foro que permita tratar varios temas que a todos nos preocupan respecto de Siria", dijo la portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, citando el supuesto apoyo de Damasco a Hezbolá y el palestino Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas).
"Creemos que puede ser de ayuda para aislar aún más a Irán", agregó.
Pero el hecho de que Teherán pueda ser aislado efectivamente queda en duda no sólo por los avances de Hezbolá, sino también por la situación en Iraq, donde esta semana el ejército no encontró resistencia para tomar el control de la zona de Bagdad conocida como Ciudad Sadr, de mayoría chiita.
Se cree que eso fue posible por un acuerdo secreto entre el presidente iraquí, Jalal Talabani, y el general iraní Qassem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds, unidad de elite de la Guardia Revolucionaria a la que Washington responsabiliza de la muerte de soldados estadounidenses en Iraq.
El acuerdo prohíbe explícitamente que tropas de Estados Unidos ingresen al área, principal bastión de las milicias lideradas por el clérigo chiíta Moqtada al-Sadr.
Luego de reunirse con Soleimani, Talabani declaró al diario Christian Science Monitor que el comandante de la Fuerza Quds estaba dispuesto a "enviar un pequeño equipo" para "discutir cualquier tema" con Estados Unidos.
La oferta indica que Irán percibe ahora la posibilidad de negociar con Washington desde una posición de fuerza.
Asimismo, crecen las especulaciones sobre la inminencia de un cese del fuego, mediado por Egipto, entre Israel y Hamas, que tomó por la fuerza el control de Gaza en 2007.
Milicias de ese grupo lanzan desde allí ataques con cohetes sobre territorio de Israel, que en represalia realiza periódicas incursiones militares.
También puso en práctica un bloqueo económico total, apoyado por Estados Unidos, que causó una grave crisis humanitaria en Gaza.
La estrategia de Estados Unidos e Israel de aislar a Hamas sufrió un golpe cuando Francia confirmó el lunes que había estado en contacto con los líderes del grupo islamista.
Estos episodios parecen confirmar que la estrategia de Estados Unidos en Medio Oriente ha llevado a la región a un límite. Los actores locales y los aliados de Washington lo han reconocido así y buscaron caminos para llegar a acuerdos, a pesar, o en desafío, de los deseos de la Casa Blanca.
"El acuerdo en Líbano, las negociaciones entre Israel y Siria, la mediación egipcia para un cese del fuego, o han tenido luz verde de Estados Unidos, lo que implicaría un gran cambio en su posición, o no la tuvieron, en cuyo caso se trata de una bofetada en la cara", dijo Daniel Levy, de la Fundación Nueva América, con sede en Washington.
"Creo que muestra la debilidad de Washington antes que un cambio de posición", señaló a IPS Levy, un ex negociador de paz israelí.
Algunos analistas están dispuestos a otorgar a Bush mayor crédito. "Creo que la buena noticia es que más allá de si Estados Unidos jugó un papel positivo, no ha hecho nada para tratar de evitar lo ocurrido", comentó Gary Sick, un experto en Irán de la Universidad de Columbia, con sede en Nueva York.
Bismillah al Rahman al Rahim
Fragmentos y Resumen del Discurso del Secretario General de Hezboláh, Seyyed Hasan Nasralah, el 8 de mayo de 2008
En el Nombre de Dios, Clemente, Misericordioso. Saludo de Paz a los profetas y enviados de Dios a la humanidad, y a la gente de bien. Paz, Misericordia y Bendiciones de Dios para ustedes. Esta es la primera Conferencia de Prensa luego de la guerra de Israel contra Líbano. Luego de las decisiones del gobierno de tomar acciones contra Hezboláh, empezó una etapa nueva para el país, así como lo fue el martirio del difunto Rafik Hariri. Hay un momento antes y uno después. Estamos en una situación completamente nueva. Hablaré sobre las redes telefónicas, el aeropuerto internacional, y el desacuerdo político en el país.
Vamos a explicar lo de las redes telefónicas internas por cable. Hay algo llamado herramientas de comunicación, códigos, señales. Siempre se usan, sea por señales de fuego, palomas mensajeras, cualquier medio disponible. Sea un ejército, una compañía de vigilancia, una milicia, una agrupación, necesita estar comunicado y establece sus sistemas de comunicación, que es lo esencial para el éxito de cualquier guerra, o combate. Hay distintos tipos: Uno de ellos es por cable, que impide que la voz sea detectada, o captada por alguna señal satelital, o que sea intervenida, no queda registro de nada, esa es la nuestra, para que el enemigo no pueda interferir en nuestra comunicación. El celular se identifica, y las redes de teléfonos regulares también, pero la que es por cable no.
Nosotros no tenemos un ejército. Usamos los sistemas más sencillos, porque en tecnología no podemos competir, ni equipáranos a nadie... Nuestra red consiste en una Central y varios cables que conducen a varios puntos conectados a la resistencia, para la comunicación interna. Esta no sólo es una parte de la resistencia, sino el arma más importante de la resistencia y para cualquier combate.
Debo decir, que durante la guerra, en ocasiones nos vimos obligados a usar redes convencionales, que no eran las nuestras, y esto trajo como consecuencia la muerte de muchos de nuestros combatientes. Por eso, las redes internas nos protegían. Estas redes estaban antes del 2000, (cuando la resistencia expulsó la ocupación israelí de parte de los territorios invadidos al sur del Líbano) y luego mejoraron y el gobierno lo sabía, pero nunca lo tomó como un peligro para la nación, o como algo fuera de la ley. Varias veces el gobierno conversó con nosotros, y llegamos a acuerdos con respecto a las redes. Nos pidieron retirar un cable que conectaba al Dahie con Beirut, y nos prometieron que en caso de una guerra, ellos pondrían el cable. Lo quitamos. Y se arregló todo.
Luego vinieron nuevamente, nos dijeron que teníamos un cable en Jbeil, les dijimos que no es cierto, tenemos cables sólo donde los necesitamos, en los puntos de la resistencia, a allá no los necesitamos. Y dijeron que estaba bien. Luego nos dijeron que esas redes le restan ingresos al gobierno, ya que la gente las usa, en vez de usar los teléfonos regulares. Les dijimos que las redes no son para uso común, sino para objetivos concretos de la resistencia. Luego nos dijeron que podríamos interferir y robar información oficial del gobierno. Les dijimos que consideramos eso un delito, que no lo haríamos, dimos nuestra palabra, y se quedaron tranquilos.
Luego, y aquí se van a sorprender los libaneses, nos dijeron: Nos hacemos la vista gorda con las redes telefónicas internas, si quitan la protesta del centro de Beirut. Les dijimos que no. La protesta es de toda la oposición, es por un asunto político interno, la decisión no está en manos de Hezboláh, sino en distintos sectores del país, mientras que las redes telefónicas son nuestras, de la resistencia, de Hezboláh, para la defensa contra Israel. Una cosa no tiene que ver con la otra. Ahora pregunto yo, en tal caso que hubiésemos aceptado, que no podríamos, pero en tal caso, entonces el gobierno hubiese considerado legales las redes telefónicas y hubiese pensado que ya no interfieren o amenazan la seguridad de la nación?, ¿Que tipo de gobierno es este? No es un gobierno, es una mafia.
Walid Jumblat, (líder del Partido Socialista)i[1] envió un diputado francés, con gente de su partido, al Dahie, estaban nada más y nada menos que en la misma zona de mi casa, tomando fotos y otras cosas. Será que querían que tomáramos alguna medida, para iniciar un conflicto internacional contra nosotros. Pero no nos metimos en eso. Lo dejamos pasar.
En fin… El gobierno tomó las medidas. Considerar las redes telefónicas fuera del marco de la ley y enjuiciar a quienes tengan algo que ver con las redes. Esta es una declaración de guerra un inicio de guerra, de parte de Walid Jumblat a la resistencia, en beneficio de Israel y Estados Unidos. El objetivo es debilitar y eliminar la resistencia. Y enfrentar al Ejército Nacional, el poder constituido, contra la resistencia. Ahora, aseguramos nuestro derecho a defendernos. Las redes de comunicación son la parte más esencial de la resistencia. La mano que se alce contra la resistencia, venga de donde venga, la vamos a cortar. Fuimos testigos, Israel vino contra nosotros y lo vencimos. Y ahora, con estas decisiones del gobierno, consideramos que una guerra ha empezado, y que debemos defendernos.
Sabemos que el tema de las redes de comunicaciones es el primer paso, la primera excusa, de muchas que vendrán para eliminar la resistencia que enfrenta y defiende al país de Israel. Estas redes son de Hezboláh, solo las usamos nosotros, El gobierno tomó una decisión a favor de Estados Unidos e Israel y buscando una guerra civil. Mucha gente colaboró en las redes telefónicas de la resistencia, sea ingeniero, sea contratados por hora, sea quien sea que haya colaborado con la resistencia, está prohibida cualquier acción contra ellos. Si alguien les toca, es como que me tocaran a mí o a cualquiera de los cuadros de la resistencia en el Líbano, eso está prohibido. Aclaramos que quien nos ataque le atacaremos. Me hago responsable, vengan y conversemos, vamos por el diálogo.
El tema con el aeropuerto es sencillamente que lo quieren convertir en una base de la CIA, el FBI y el Mosad. Y no estamos dispuestos a tener cerca ni en nuestro territorio ninguna presencia de la CIA, FBI ni el Mosad, lo decimos claramente. El objetivo de retirar al General director de Seguridad del Aeropuerto de su cargo es debilitar al ejército como institución. Quitaron a un general que ni siquiera tuvo la oportunidad de defenderse, lo culparon sin investigaciones previas, sin mostrar pruebas. Si esto se permite, se permitirá entonces en todo el ejército y lo debilitará. Los miembros del ejército no sentirán que hay una institución, un gobierno que los proteja, sino que cualquier decisión política hará de ellos lo que sea. Esto fracturará al ejército. Además, si se retira este General, sabremos que quien lo sustituya, sea quien sea, y de la religión que sea, será la persona que colaborará para establecer allí a la CIA, el FBI y el Mosad.
Quienes tomaron estas decisiones están prendiendo la guerra. Yo no estoy iniciando una guerra, sino asumiendo nuestro derecho de defensa. No permitiremos que nos disparen, ni que vengan contra nosotros, aunque vengan con todos los ejércitos del mundo. Tenemos dos condiciones, que se retiren las decisiones, y que se llegue a un diálogo a nivel político. Esta es la solución para retirar el llamado a desobediencia civil. La verdad es que hay una parte del gobierno que está trabajando a favor de Estados Unidos e Israel, en contra de la resistencia. No es un conflicto entre religiones, sino entre una agenda de resistencia, y otra colonialista. Pero lo quieren hacer ver como un conflicto religioso. Aquí no habrá nunca un conflicto religioso entre sunna y shia, cristianos, nunca, porque hay muchos líderes y pueblo sunna, cristianos, drusos, shia, que están con la resistencia y lo han hecho público.
Nos han acusado de querer tomar el poder, de intentar un golpe de Estado. Pero si vinieran todos a entregarnos el poder, les diremos que no queremos esa responsabilidad, el gobierno debe ser responsabilidad de todo el país, no de una parte o un grupo solamente. Así que no tenemos interés en un golpe de estado ni en tomar el poder. Lo que se pide para salir de este conflicto es retirar las decisiones del gobierno y entrar a una mesa de conversaciones.
Esta conferencia la damos gracias a nuestra red, si no fuera por esta red, Israel ya nos hubiera localizado y bombardeado a todos juntos.
Sesión de Preguntas (sólo fragmentos de respuestas del Seyyed):
Las armas de Hezboláh no se usarán para ningún fin interno, pero si se usan armas internas para destruir las armas de la resistencia, entonces, se podrán usar las armas de la resistencia para enfrentarlas, porque si no, sería a beneficio de Israel. Es normal de todos los países, salir a las calles para expresar disconformidad con las decisiones del gobierno, por eso salimos a las calles en desobediencia civil pacífica, pero recibimos disparos, así que buscamos nuestras armas y nos defendimos. Si no hubiéramos ido a la calle, el gobierno hubiera tenido que ejecutar las decisiones tomadas, cómo, usando al ejército nacional para ejecutar las órdenes contra la resistencia, ¿y acaso íbamos a permitir un enfrentamiento entre el ejército y la resistencia? No. Así que salimos a las calles en protesta.
Espero que Arabia Saudita no entre en el mismo conflicto que entró durante la guerra de Israel contra Líbano. Pido que no tomen parte partido en el conflicto, que es entre el derecho a la resistencia de un pueblo, y la agenda de Estados Unidos.
Estamos en los tiempos de la Nakba, y la ONU fue quien permitió que se dividiera un país, y se expulsara al pueblo palestino, la ONU es quien protege a Israel. Así que no me preocupa lo que decida las Naciones Unidas, ya estamos acostumbrados a ella y sus resoluciones. Esperamos que todo se resuelva por el diálogo. Pero si nos quieren probar con guerra, pues, que aprendan de la experiencia de Israel. Vamos por la vía de la defensa de nuestro país.
Digo a movimiento Al Mustaqbal, no a los sunna, porque no todos los sunna son del movimiento Al Mustaqbal: que el sueño de Walid Jumblat (al que antes se refirió como empleado de Condoleza Rice) es el conflicto entre musulmanes sunna y shia. Les pido que no les ayuden a eso. Nosotros no les ayudaremos a iniciar un conflicto. Requiere el esfuerzo de todos para no llegar a una guerra civil.
Hemos estudiado todos los escenarios, porque no improvisamos, y prevemos una guerra de Israel contra Líbano. Esperamos que no suceda, pero lo prevemos, la posibilidad está.
El ejército se está comportando de forma patriota. No hay una guerra civil. No queremos guerra, quien tomó las decisiones que llevarán a una guerra, que retire las decisiones.
Israel actualmente tiene 5 puestos militares de guerra equipados en las fronteras con Líbano. Esta resistencia no es de un partido, ni una religión, sino de toda la comunidad. Sabemos a quien nos encomendamos y qué tenemos, con qué contamos. Hablo desde un punto de vista de la defensa. Si el gobierno quiere continuar con su decisión, que lo haga, nosotros estamos en posición de defensa. Ellos dicen algunas cosas, nosotros decimos otras. El pueblo sabe quién está acostumbrado a mentir y quién a decir la verdad, así que juzgue el pueblo.
Previo a este acuerdo, Líbano vivió algunos de los peores episodios de violencia desde la guerra civil de 1975-90.
Seguidores del gobierno libanés -respaldado por Occidente- se habían enfrentado a activistas del movimiento opositor chiita Hezbolá -apoyado por Irán y Siria en las semanas previas a las reuniones de Qatar.
El corresponsal de la BBC en Beirut, Jim Muir, dice que el acuerdo trajo un relajamiento notable de las tensiones en el país.
Bajo el acuerdo logrado en Qatar y promovido por la Liga Árabe, la facción opositora Hezbolá tendrá el poder de veto en un nuevo gabinete de unidad nacional.
"Elección extraordinaria"
El corresponsal Muir indica que será una elección extraordinaria. El emir de Qatar estará presente, así como una delegación del Congreso de Estados Unidos y los cancilleres de Irán, Siria y Arabia Saudita.
Muir agrega que los poderes extranjeros han estado involucrados en la lucha en Líbano y ahora parecen ponerse de acuerdo para bendecir el acuerdo que termina con 18 meses de tensión, durante los cuales Hezbolá había levantado un campamento que ha sitiado el edificio gubernamental en el centro de Beirut.
El corresponsal señala que esta elección no significará que los militares gobernarán, sino que es más bien una consecuencia de la imposibilidad de los políticos para ponerse de acuerdo en elegir un presidente católico maronita, como exige la Constitución.
Luego de la votación, el presidente nombrará a un primer ministro, quien deberá consolidar un gobierno de unidad. La composición está acordada, pero el corresponsal de la BBC dice que habrá muchas discusiones acerca de cómo se repartirán los cargos.
La elección del presidente libanés, puesto que estaba vacante desde noviembre de 2007, fue posible gracias a la firma de un acuerdo entre las partes en conflicto el 21 de mayo en Doha.
El Líbano estaba sin jefe de Estado desde que concluyó el mandato del ex presidente Emile Lahud.
El general Sleimane, de 59 años, comandante en jefe del ejército libanés desde 1998, tendrá la difícil tarea de iniciar la reconciliación entre las dos partes: la mayoría libanesa antisiria apoyada por los occidentales y Arabia Saudita, y la oposición liderada por el Hezbolá chiita, aliado de Irán y Siria.
Con motivo de esta elección, dos semanas después de una ola de violencia que dejó 65 muertos, el país se engalanó con banderas libanesas y retratos del general Sleimane.
La pequeña localidad norteña de Amchit, de donde es oriundo el general Sleimane, estaba sumida en un gran alborozo que expresó con disparos al aire y una muchedumbre en las calles gritando de júbilo.
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