| «« | »» |
Mafiosos anticubanos en España |
EL GOBIERNO ESPAÑOL, SECTORES EMPRESARIALES Y EL EMBAJADOR ESTADOUNIDENSE EN ESPAÑA CONSPIRAN CONTRA EL LEGÍTIMO GOBIERNO DE LA REPÚBLICA DE CUBA.
El Comité Ejecutivo del PCPE ha tenido conocimiento en el día de hoy de la visita a España de Caleb McCarry, nombrado por el EEUU como futuro “gobernador” para una hipotética “transición” en Cuba.
Durante su estancia en España, McCarry ha mantenido una reunión secreta con Javier San Domingo, Director General para Iberoamérica del Gobierno Español. En la misma habría participado también el empresario Leopoldo Fernández Pujals, el contrarrevolucionario Raúl Rivero y Eduardo Aguirre, Embajador de los EEUU en España.
La citada reunión, así como su composición, son una prueba de una nueva ofensiva imperialista contra el pueblo cubano, con la implicación directa del Gobierno de Rodríguez Zapatero, que actúa con un secretismo vergonzante ante el temor a la respuesta del movimiento antiimperialista y de solidaridad con el pueblo cubano, y el consiguiente rechazo popular.
La intervención del Embajador Estadounidense, fuera de toda lógica diplomática, supone una inaceptable injerencia en la política exterior de nuestro país consentida por el gobierno español, que pretende convertirse en cabecilla de la Unión Europea en su política contra Cuba. Es intolerable que un mercenario del imperialismo como Eduardo Aguirre dedique su tiempo a conspirar contra el gobierno legítimo de la República de Cuba, convirtiendo nuestro país en una base de operaciones desde la que proseguir la injerencia en los asuntos internos de terceros países.
El PCPE exige al gobierno español que explique públicamente sus acuerdos con el imperialismo yanqui y con los sectores empresariales más reaccionarios y que ponga fin a todo plan para atentar contra la soberanía de la República de Cuba, en consonancia con el sentir mayoritario de los pueblos de España que mantienen extraordinarios lazos de solidaridad con el pueblo cubano.
Llamamos a la población a exigir una explicación al Gobierno del PSOE ante estos graves sucesos, a movilizarse en defensa de la soberanía de los pueblos, contra el imperialismo criminal y por el cese definitivo de las agresiones contra el pueblo de Cuba y su gobierno legítimo.
¡ABAJO EL IMPERIALISMO CRIMINAL!
¡NINGUNA CONSPIRACIÓN CONTRA CUBA DESDE TERRITORIO ESPAÑOL!
Madrid, 19 de abril de 2.008.
Comité Ejecutivo del CC del PCPE
Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, mentiras, multitud, politica.
El procónsul estadounidense llegó a Madrid camuflado, como parte de una gira secreta por el llamado Viejo Continente, que ha incluido varios países, dirigida a intentar obligar a la Unión Europea (UE) a conservar una postura hostil hacia Cuba.
El periplo injerencista europeo de McCarry ocurre en momentos en que existe un acercamiento favorable de la UE hacia Cuba, y Washington ve en peligro que el denominado Grupo de los 27 elimine de una vez por todas sanciones aplicadas a la mayor de las Antillas, en estos momentos suspendidas temporalmente.
Precisamente, en junio venidero, la UE deberá revisar esas injustas medidas impuestas a Cuba, que desde su implantación en el 2003, pusieron en tela de juicio la postura independiente de los 27 con respecto a la isla caribeña.
Para sorpresa de analistas y medios periodísticos en esta capital, McCarry fue recibido además en España por el director general de Iberoamérica del Ministerio de Asuntos Exteriores, Javier Sandomingo, quien, según el diario conservador ABC, es “su interlocutor habitual”.
El régimen de Bush no ha cesado en su empeño de que la UE mantenga las sanciones contra Cuba, y para ese propósito ha utilizado todo tipo de presiones.
Igual hizo Washington hace casi un año, luego de una favorable visita oficial a La Habana del canciller español, Miguel Ángel Moratinos.
Entonces varios funcionarios de la Casa Blanca fueron enviados con urgencia a Europa con tal objetivo, entre ellos el propio McCarry.
La gira de McCarry comenzó el 10 de abril e incluyó Berlín, Bruselas, Oslo, Estocolmo y Madrid, si bien, a diferencia de otras ocasiones, la tónica dominante ha sido una discreción rayana con la clandestinidad, puesto que en algunos casos sus visitas no fueron anunciadas ni publicitadas. Esto confirma que se trataba de una labor de zapa y presión, más que de llevar a la opinión pública europea una posición de enfrentamiento contra Cuba, que saben de antemano que no tendrá acogida por la ciudadanía europea.
El objetivo de Cuba como elemento fundamental de su agenda lo reconocía ya un portavoz del Ministerio alemán de Relaciones Exteriores, quien calificó la visita de “encuentro ordinario”, si bien desvelaba que se tratarían “temas latinoamericanos en general y cubanos en particular”.
En Estocolmo, McCarry se reunió en la embajada estadounidense con los grupos anticastristas suecos receptores de fondos de la Administración Bush. Todo hace pensar que los recientes escándalos financieros protagonizados por los grupos de Miami por el uso indebido de las millonarias ayudas de la USAID (la agencia federal estadounidense que distribuye fondos con intencionalidad política bajo coartada de solidaridad) provocarán que, cada vez más, la Administración estadounidense mire a las organizaciones contrarrevolucionarias europeas como destinatarias adecuadas para esos fondos. Esto ya ha provocado los primeros codazos entre estos grupos: mientras el director de la revista anticastrista Misceláneas de Cuba, Alexis Gainza, intentaba hacer méritos ante McCarry anunciando y entregándole ejemplares de su revista, donde se incluía una entrevista con el procónsul, el director de CubaNuestra, Carlos Manuel Estefanía, criticaba la ausencia en la reunión de la embajada de otro editor de una revista anticubana, Guillermo Milán. Y es que parece que si en Miami por cada anticastrista hay una organización, en Suecia hay una organización y además una revista, probablemente con el único objetivo de que la conozca la USAID.
Casualmente, durante la gira de McCarry, su gran valedor en Europa, el checo Vaclav Havel, presentó en Bruselas la Fundación Europea para la Democracia, que, dice, busca impulsar la democracia fuera de la Unión Europea “desde el Tibet hasta Cuba”. O quizás, deberían haber dicho, sólo en Tibet y Cuba, es decir, dos regiones a intervenir para golpear a países que no se pliegan a Estados Unidos. Le acompañó el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, quien también ejerció de anfitrión en la Cumbre de las Azores, donde Bush, Aznar y Blair anunciaron también su particular “democratización” de Iraq.
La Fundación no ha ocultado que tiene como estrategia prestar “asistencia financiera para apoyar la oposición interna contra regímenes dictatoriales o activistas de países donde las libertades son frágiles”. Entre los primeros incluyen a Cuba, y entre los segundos a Bolivia y Ecuador. También reconocen que esperan financiarse de los gobiernos de la UE y la Comisión Europea, además de fundaciones privadas, sin duda promovidas por esas multinacionales que tan molestas están con las políticas de recuperación de los recursos naturales que promueven los gobiernos progresistas latinoamericanos. Havel precisó que “no se trata sólo de apoyo económico, también necesitan ayuda intelectual, política y de los medios de comunicación”. Parece que el apoyo ciudadano y popular es irrelevante en su modelo democratizador, sólo necesitan dinero, gobiernos y grupos de comunicación.
En Madrid, la presencia de McCarry se desarrolló prácticamente en la clandestinidad; incluso el conservador ABC la calificó de “desapercibida” y de “diplomacia discreta”. En la capital española se reunió con Javier Sandomingo, director general de Iberoamérica, el embajador estadounidense en España, Eduardo Aguirre; el anticastrista Carlos Alberto Montaner, acusado por el gobierno cubano de participar en acciones terroristas contra Cuba y el empresario cubanoamericano Leopoldo Fernández Punjals, fundador de Telepizza, quien vendió en 1999 su participación embolsándose 50.000 millones de pesetas de las de de entonces, dejando su cotización con una caída del 50 % del precio de las acciones y sin repartir ningún dividendo entre el resto de los accionistas.
Cualquier analista reconocerá que el discurso de EEUU sobre los derechos humanos y Cuba es sólo una coartada para tomar el control de la isla. El denominado Plan para la Transición en Cuba es un despropósito que burla la Carta Fundacional de las Naciones Unidas en la medida en que tiene como intención derrocar un gobierno soberano. Un plan que, como ha denunciado el gobierno cubano, contiene un anexo secreto que evidencia métodos preocupantes, que se reserva la Casa Blanca para conseguir sus objetivos. Y en cuanto a la parte “bondadosa” del plan, contiene promesas tan ridículas como alfabetizar a los cubanos –un pueblo que está alfabetizando a decenas de países- o vacunar de sarampión, en un país donde se erradicó esa enfermedad hace décadas y donde la incidencia de la enfermedad es más baja que en Estados Unidos.
Ante los silencios sobre los resultados de la gira de McCarry por Europa, sólo el tiempo dirá si la UE de verdad tiene la firme decisión de adoptar una política propia e independiente hacia Cuba o seguirá aceptando las presiones y chantajes de Estados Unidos. El gobierno de la isla ha demostrado que no tiene ningún problema para abordar una discusión sobre los derechos humanos con Europa. El gobierno español lo pudo comprobar en abril del pasado año tras una reunión del ministro de Exteriores español con el presidente entonces en funciones, Raúl Castro. Tras aquel encuentro, los dos ministros de Exteriores difundieron un comunicado conjunto donde se acordaba “establecer un mecanismo bilateral de consultas políticas, incluido un diálogo en materia de derechos humanos, con vocación de permanencia”, que tiene como primer principio el “pleno respeto a la soberanía nacional de las dos partes, a la igualdad soberana de ambos Estados, a su marco jurídico y ordenamiento constitucional, y la no injerencia en sus asuntos internos”.
Corresponde a España lograr que en junio la política de la Unión Europea sea la de un diálogo entre iguales, para lo cual la primera medida es aceptar la lógica exigencia de La Habana de eliminar definitivamente las sanciones contra Cuba. Que vengan a Europa los gestores de Guantánamo a pedir sanciones para el resto de la isla por violación de los derechos humanos es sólo una prueba más de las paradojas absurdas de la política internacional.
www.pascualserrano.net
| «« | Inicio | »» |
