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El crecimiento y la desigualdad |
El gran endeudamiento de familias y empresas españolas ha provocado tal dependencia de la financiación exterior, que sitúa a nuestra economía en un riesgo excepcional. Algunos medios ya están hablando de “aterrizaje forzoso”, debido a una desaceleración abrupta que se veía venir desde hace al menos un par de años. Hay casos especialmente graves, como el de Andalucía, cuya tasa de paro es un 50% superior a la media nacional. Y mientras, Zapatero nos promete pleno empleo para la próxima legislatura, cuando actualmente se están destruyendo una media de 50.000 empleos mensuales. Sólo en la construcción, el paro ha aumentado un 36% en el último año. Todo esto está provocando que el gasto público por subsidio de desempleo esté aumentando cerca de un 20% interanual, es decir, una barbaridad que no sabemos hasta cuándo será asumible.
Publicado por Pause
Etiquetas: conocimiento, medios, mentiras, multitud, politica.
En este mundo globalizado, desgraciadamente la política también se ha mercantilizado, parte de la responsabilidad es de los medios de comunicación y su sobredimensionada influencia, que mediatiza el escenario electoral, pero otra buena parte es por causa de la falta de ideas y por la «política tradicional» que practican la mayoría de partidos, de espaldas, en muchas ocasiones, a los intereses e ideología de su propio electorado.
Pero la historia humana, como lucha de ideologías, aún no ha terminado. La ideología existe y los programas también. Los líderes de los partidos mayoritarios tratan de ocultar las similitudes de su oferta electoral evitando entrar en detalles a la hora de explicarlos, incluso se copian las propuestas electorales, es porque comparten la misma ideología: el neoliberalismo.
Un objetivo principal para Izquierda Unida siempre ha sido elaborar un programa electoral participativo, en el que se ven reflejadas las propuestas de la ciudadanía y que representa a su electorado. Pero lo que la diferencia más claramente de los otros partidos es el contenido ideológico de sus propuestas.
La fuerza radica en los principios, sin una teoría revolucionaria no puede haber ni práctica ni movimiento revolucionario, al menos eso decía Lenin, y si bien el programa de IU no tiene hoy un carácter revolucionario, se trata de una propuesta transformadora que propugna el cambio social en muchos aspectos, al mismo tiempo que pretende la hegemonía social sin tener que plantearse, necesariamente, la conquista del poder electoral o «gubernamental».
La ideología es el elemento clave para Izquierda Unida, tanto para mantener su base electoral y combatir la abstención en las filas de su electorado potencial, como para analizar y poder comparar el programa de IU con el de otras fuerzas políticas, especialmente con el del PSOE.
Algunos han querido presentar las altas cotas de audiencia como señal inequívoca del interés que despierta la política. Discrepo. Hay que decir una vez más que lo que atrae es el espectáculo, el morbo. El fenómeno no es esencialmente distinto del que reúne frente a la pantalla un gran número de televidentes para ver Gran Hermano. Los contenidos importan poco. De hecho, todos los días se celebran en las Cortes debates que apenas logran despertar el interés del personal. Y no es de extrañar. Se sabe de antemano lo que va a decir cada uno de los participantes. Todo lo del contrincante es dañino y lo propio estupendo.
Un debate sirve para poco a la hora de saber qué candidato es más honesto, más trabajador, más serio, más competente, en fin, quién va a desempeñar mejor el cargo de presidente de Gobierno o ministro de Economía. Incluso resulta difícil, entre tanto bombardeo de datos y de promesas electorales, saber quién dice la verdad y quién propone un programa más acorde con nuestros intereses e ideología. En realidad, todo es una mala farsa en donde lo que cuenta son los efectos especiales.
Lo afirmado anteriormente tiene mucha más consistencia cuando lo que se confronta es la materia económica. Aquí el debate adquiere carácter de vodevil, dado que no existen diferencias sustanciales de políticas económicas entre las dos grandes fuerzas políticas. Hay unanimidad en dar vencedor al actual ministro de Economía en el debate que sostuvo con Pizarro. Y la verdad es que éste tenía todas las de perder, puesto que no podía por menos que resultarle difícil criticar la política económica del PSOE, ya que Solbes lo único que ha hecho, con mayor o menor acierto, ha sido continuar la de los dos gobiernos del PP, del mismo modo que éstos continuaron la que él había aplicado en los años anteriores.
Aparte de esta dificultad, Pizarro, según parece, no estuvo especialmente afortunado; y es que en estos tête à tête poco importan los conocimientos que se posean, lo sustancial son las dotes de actor y comediante y éstas no se improvisan. No se entiende muy bien la estrategia seguida por el PP al fichar a Pizarro. Los líderes de los partidos tienen la manía de los fichajes estrella, supongo que piensan que son parte del espectáculo, pero suelen tener resultados bastante catastróficos. Zapatero hizo el ridículo cuando eligió a Cabrera como número dos en las anteriores elecciones, y llegó a lo esperpéntico al situar a Sebastián al frente de las listas por Madrid en las municipales. Ahora, Rajoy ha picado con Pizarro.
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