¡El mundo no es una mercancía! ¡El mundo no debe venderse!
Estos gritos proclamados en Seattle, en Porto Alegre, o en Génova, dieron la vuelta al mundo. Es una buena salida. Por medio de la negación, como siempre. ¿Pero qué quiere decir exactamente que el mundo no es una mercancía? : ¿que la tierra, el agua, el aire no son mercancías? ¿Ni la salud entonces, ni la educación, ni la vivienda? ¿Ni lo vivo, ni el conocimiento social? Se ve que la excepción al despotismo comercial no se refiere sólo a los bienes culturales. Es toda la concepción de las necesidades, del individuo, y del vínculo social lo que se cuestiona.
Publicado por
Pause
contiene 0
comentarios.
Etiquetas:
conocimiento, medios, multitud, politica.
Publicar un comentario
Wonder News
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.