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Patriotas y globalistas, los clanes del poder en los EEUU |
Interesante el enfoque sobre el poder en los EEUU con la presunción que ha rodado por allí desde el año pasado respecto al enfrentamiento entre clanes políticos o grupos oligárquicos entre sí, unos abogando por un redimensionamiento de las viejas y tradicionales políticas colonialistas, de forma tal que se suavicen las aristas imperialistas de los EEUU ante el mundo y evitar así una mayor impopularización del “régimen de las libertades”; otros persistiendo en el inveterado formato de la imposición y la conquista, empeñados en una globalización de su posiciones. Ambos preocupados, a fin de cuentas y como se comprende, por mantener efectivas sus posiciones de poder político y salvaguardar sus intereses económicos, corporativos, básicamente relacionados con la industria de la guerra y el armamentismo.
El primer clan, denominado los “patriotas” por el profesor ruso Igor Panarin (el mismo que predijo la crisis financiera desde el año 2.001 y sigue aún pronosticando una desintegración territorial de los EEUU por esta causa), está definido por un componente mayoritariamente blanco y funda su poder en el predominio que mantiene en instituciones como “las Fuerzas Armadas, el Servicios Secreto y la industria militar”.
Sus cabezas notables son el “Secretario de Defensa Robert Gates, el director de la CIA Michael Hayden y el Director de Inteligencia Nacional almirante Michael McConnell”. (1)
Su meta inmediata es, como se asomó arriba, operar cambios urgentes en la política exterior de los EEUU, de tal forma que su formato imperialista sea “más presentable” (para decirlo con una expresión del periodista Thierry Meyssan) y no se vea amenazada la prosperidad del país, precisamente en momentos de crisis financiera, como la que cursa hoy. Renunciar al fomento del llamado “choque de civilizaciones” y esbozar que la continuidad de una política exterior aventurera puede conducir a la caída, parecen constituir al momento sus preocupaciones principales. (2)
Precisamente este clan político, encabezado por Robert Gates, es el que está detrás del triunfo de Obama (o al menos fue un factor clave) y se encuentra presto para acometer el maquillaje del aparato imperial estadounidense, exigiéndole al nuevo presidente cambios en la política en general de los EEUU. Su tesis es la renuncia a la confrontación directa tradicional (línea del otro clan, y del derrotado McCain junto a Kissinger), proponiendo un dominio estadounidense mundial a través de representaciones, la “acción secreta (poco costosa) por encima de la guerra (demasiado onerosa)”, como acota Meyssan. (3)
Por cierto, al decir del citado periodista, Thierry Meyssan, el papel estelar de los patriotas en la presente gestión presidencial es expresión y consecuencia (no tanto expresión como consecuencia) de un cuidadoso golpe de Estado perpetrado por los militares el 18 de diciembre de 2.006 en contra de la “camarilla gobernante en los EEUU” (4), conformada por la gestión de George W. Bush y su vicepresidente Dick Cheney, ambos promotores de una política de confrontación directa, privatizadora de la guerra, fundada en el uso de grupos mercenarios, hecho que terminó por enervar la fila militar al afectar su interés corporativo.
Robert Gates, el flamante Secretario de Defensa estadounidense de la presente gestión, sería el hombre fuerte impuesto a Bush, desalojando a Donald Rumsfeld del Pentágono, tal y como lo sigue siendo hoy –¡que casualidad!- respecto de Obama.
Tanto Meyssan como Panarin coinciden en apreciar que la era que se le avecina a los EEUU es nada halagüeña, el primero pronosticando revueltas sociales para cuando se declare la bancarrota del país y el segundo anunciando fragmentación territorial como efecto de la crisis y del fementido respaldo económico del dólar como moneda imperial.
No oculta Meyssan la maquiavélica jugada del poder (blanco mayoritariamente) en los EEUU al dejar en manos de un negro lo que se supone será la conducción política de unos de los periodos más nefastos de la historia presidencial norteamericana desde el punto de vista de la estabilidad social y económica.
El negro Obama será el encargado de declara la quiebra.
El otro clan lo denomina Panarin “los globalistas” y cimenta sus posturas en la continuidad de la política colonial de los EEUU, expansiva y de confrontación directa, con el nada oculto empeño de doblegar a Rusia (otrora Unión Soviética) en su meta por controlar el mundo. Son la élite financiera del país, con cabezas visibles en Dick Cheney y Condoleezza Rice.
Clan hoy en recesión en sus posturas belicistas, incluso a precio de que se merme la industria del armamento en su sentido tradicional, interesado ahora en salvar al imperio, evitar su derrumbe en hora tan crítica, apostando al lineamiento que se le impone ahora a Obama de hacer la guerra de manera camuflada.
Sus apreciaciones contrastan notablemente con las posturas de los patriotas y, al decir de Panarin, ya se han enfrentado en algunos tópicos.
Por ejemplo, sus aseveraciones respecto de que Irán maneja un componente nuclear militar (Cheney y Rice) fueron desmentidas por los informes de inteligencia presentados por los patriotas.
Un tanto igual ocurrió con la Guerra del Cáucaso, respecto de la cual los globalistas acusaron a Rusia de iniciar el conflicto, siendo contradichos por los patriotas y sus informes de inteligencia que presentaban a una Georgia agresora y provocadora en contra de Osetia del Sur.
Sin ir tan atrás, puede verse hoy, notablemente, cuando los patriotas con Gates comandan la gestión de Obama, cómo ha ocurrido un giro en los enfoques ideológicos, aunque comporte modificaciones en el aspecto formal y no esencial de la política imperial norteamericana: dijo el Secretario de Defensa que más le preocupa la presencia de los iraníes en América Latina que la de los rusos mismos.
Textualmente:
“Estoy preocupado por el nivel de actividad francamente subversiva que los iraníes están llevando adelante en una serie de lugares de América Latina, particularmente en América del Sur y Central. Están abriendo muchas oficinas y frentes, detrás de los cuales interfieren en lo que está sucediendo en algunos de esos países. Sinceramente, estoy más preocupado con la intromisión iraní en la región que con los rusos”. (5)
Para muestra un botón, pues, como se dice.
Notas:
(1) “En Estados Unidos estallará una guerra civil que conducirá al desmoronamiento del país” [en línea]. En Ria Novosti. – 26 nov 2.008. - [Pantalla 9].
(2) Thierry Meyssan: "Presidencia USA 2008: un show antidemocrático" / entrevista por Sandro Cruz. [en línea]. En Voltairenet.org . - 26 mayo 2008. - [Pantalla 5].
(3) Op. Cit., [pantalla 20].
(4) Vea el artículo de otro periodista al respecto, Ernesto Villegas: “Robert Gates, ¿el poder detrás de Obama?” [en línea]. En Aporrea.org. – 22 ene 2.009. - [Pantalla 3].
(5) “[Titulares, miércoles 28 enero de 2009]” [en línea]. En Democracy Now! – 28 ene 2.009. - [Pantalla 5].
Más del autor en Animal político

A principios de febrero- pocas semanas después de que Barack Obama fuera investido como presidente- Howard habló en la librería independiente, y lugar de reunión, Busboys and Poets. Ahora, con su autorización, publicamos sus reflexiones sobre el futuro de la lucha en la era Obama.
Es imposible ahora ir a Washington, D.C, sin darse cuenta de cuán diferente es la atmósfera hoy: una asombrosa diferencia. Cuando se anunció la victoria de Obama, el abrumador sentimiento fue de alivio:
¡Vaya, ya se han marchado!
Lo único que queda por hacer es meterlos en la cárcel.
Estamos haciendo un documental basado en Voices of a People’s History of the United States, que dirigimos conjuntamente Anthony Arnove y yo, y en el que contamos con actores que leen documentos históricos un puñado maravilloso de estrellas con conciencia social, felices de colaborar en este proyecto porque creen en él y están contentos de hacer algo diferente a lo que se realiza en Hollywood.
Hemos tenido una serie de este tipo de acontecimientos en todo el mundo y, por supuesto, lo esencial es que la gente es la importante.
No la gente de arriba sino la gente de a pie.
Lo esencial es la resistencia, no la sumisión; la desobediencia y no la resignación.
Uno de nuestros lectores es Viggo Mortensen. Estábamos en el camerino y Viggo dijo:
“Vuelvo en un minuto”, y cuando regresó traía un rotulador con el que escribió tres palabras con enormes letras en la camiseta que iba a llevar en el escenario para leer. Las tres palabras eran:
“PROCESAMIENTO, CESES Y CÁRCEL”.
De momento no hemos llegado a ese punto pero ¿Quién sabe?
¿Quién no siente algún tipo de sensación de asombro ante la idea de lo que ha ocurrido?
¡Cuán emocionante resultó contemplar la televisión y ver las caras de la gente entre la muchedumbre cuando se anunció la victoria de Obama!
Ver las lágrimas de Jesse Jackson, el rostro de John Lewis, las caras de las gentes implicadas en la lucha durante tanto tiempo.
Para mí, hubo un momento especialmente conmovedor cuando las cámaras enfocaron a los estudiantes del Spellman College, donde enseñé durante siete años en la época del movimiento por los derechos civiles.
Mostraban a aquellos estudiantes y la expresión de sus rostros y sus gritos de alegría eran masivos.
Sentí todo eso y tengo que decirlo antes de hablar sobre Obama.
Volviendo de aquella enorme y asombrosas intoxicación, se llega a un punto en el uno se dice: lo sucedido es algo maravilloso pero ahora veamos lo que se necesita hacer.
De manera que voy a hablar sobre Obama y su gobierno, qué es lo se está haciendo y qué es lo que tenemos que hacer nosotros.
Porque nosotros somos ciudadanos y Obama es presidente.
Obama es un político.
Es algo más también: es una persona muy sensible, inteligente, con una mente bien articulada, reflexiva y prometedora.
Pero es un político y tenemos que recordarlo.
Lincoln fue un político y Roosevelt también.
Si uno es ciudadano, debe saber las diferencias existentes entre ellos y nosotros, las diferencias entre lo que ellos tienen que hacer y lo que uno tiene que hacer.
Aunque hay cosas que ellos no tienen que hacer, si ustedes se lo dejan claro a ellos, ellos tienen que hacerlo.
Desde el principio me gustó Obama pero la primera vez que me di cuenta de que era un político fue en los primeros momentos, cuando Joe Lieberman se presentó a la candidatura demócrata para su escaño en el Senado en 2006.
Pueden reconocer este nombre con el mismo desagradado con que yo lo pronuncio- Joe Lieberman que se considera demócrata, es en realidad republicano y es en realidad peor que unos y otros.
Lieberman, quien como saben ha sido y es un partidario de la guerra, se presentaba a la designación como candidato demócrata y su adversario era Ned Lemont, candidato pacifista. Y Obama fue a Connecticut para apoyar a Lieberman en contra de Lemont.
Aquello me desconcertó y si lo digo es para resaltar que, ciertamente, Obama es un político.
Es preciso comprender esto y comprender que a partir de ahí no debemos dejarnos arrastrar por una aceptación irreflexiva e incondicional de lo que Obama hace.
Hará buenas cosas (ya ha hecho algunas) y hará otras malas (también las ha hecho ya).
Nuestra tarea consiste en no darle un cheque en blanco o en ser incondicionales con él.
Estuvo bien serlo mientras aspiraba al cargo pero ahora no.
Porque aspiramos a que el país vaya más allá de lo que lo ha hecho en el pasado.
Queremos establecer una ruptura total con lo ocurrido en el pasado.
Aspiramos a llegar más allá de lo que cualquier otro presidente liberal demócrata nos haya llevado.
Tuve un profesor en la Universidad de Columbia, Richard Hofstadter, autor de un libro titulado The American Political Tradition en el que analizaba a presidentes desde los padres fundadores hasta Franklin Roosevelt.
Había liberales y conservadores, republicanos y demócratas y existían diferencias entre ellos.
Pero demostró que los supuestos liberales no eran tan liberales como la gente pensaba, y que la diferencia entre liberales y conservadores, y entre republicanos y demócratas no era una diferencia sustancial.
Ha sido una tradición que se ha repetido a lo largo de toda la historia estadounidense, y todos los presidentes: republicanos, demócratas, liberales, conservadores han seguido esta tendencia.
El hilo conductor consiste en dos elementos: uno, el nacionalismo; y dos, el capitalismo.
Si se estudia la historia estadounidense, se percibe que estas prioridades han prevalecido entre las presidencias más liberales como la de Franklin Roosevelt: nacionalismo y capitalismo. Y Obama todavía no se ha librado de ese poderoso doble legado.
Podemos verlo en las políticas hechas públicas hasta ahora, a pesar de que sólo lleva poco tiempo en el cargo.
Algunas personas podrían decir “Bien, ¿qué esperaban? Y la respuesta es que esperamos mucho.
Hay gentes que dicen ¿Qué pasa? ¿Eres un soñador? Y la respuesta es, sí, somos soñadores.
Lo queremos todo.
Queremos un mundo en paz.
Queremos un mundo igualitario.
No queremos guerras.
No queremos capitalismo.
Queremos una sociedad decente.
¿Estamos soñando?
Preferimos mantener ese sueño porque si no lo hacemos nos hundiremos cada vez más en esta realidad que tenemos y eso es lo que no deseamos.
Obama básicamente cree en el sistema capitalista. Y no es un presidente más que llega en un periodo cualquiera de la historia de EEUU.
Obama se ha convertido en presidente en un momento muy especial, cuando el sistema capitalista estadounidense se está desmoronando. Y ¡estupendo! Estoy contento de que se esté desmoronando, porque salvo que el sistema se venga abajo no vamos poder hacer nada. No vamos a apuntalarlo.
Tenemos que hacer algo diferente.
Tenemos que hacer cambios fundamentales en el sistema económico. Y Obama ha cedido rápidamente ante las grandes corporaciones y el mercado.
El sistema de mercado -sean cautelosos cuando oigan hablar de los beneficios del mercado-. El sistema de mercado es lo que hemos tenido.
Ellos dicen, dejemos que el mercado decida.
El Gobierno no puede proporcionar asistencia sanitaria gratis; dejemos que el mercado decida.
Eso es lo que ha estado haciendo el mercado, y esa es la razón de que 45 millones de personas no tengan servicios de salud.
El mercado lo ha decidido.
Dejemos al mercado que actúe y hay 2 millones de personas sin hogar.
Pongámonos en manos del mercado, y hay millones y millones de gentes que no pueden pagar su alquiler.
No se puede dejar todo a la ley del mercado. Si uno se enfrenta a una crisis económica como la que afrontamos en la actualidad, no se puede hacer lo que se hizo en el pasado.
No se puede inyectar dinero en las clases altas del país y en las corporaciones y esperar que caigan algunas migajas hacia abajo.
Esa es la teoría del chorrito hacia abajo.
¿Saben en qué consiste esta teoría?
Si el dinero gotea hacia abajo, será un mero chorrito y nada más.
¿Cuál fue una de las primeras medidas adoptadas cuando el gobierno Bush vio que la economía tenía problemas?
Un desembolso urgente de 700.000 millones de dólares. Y ¿a quiénes fueron a parar los 700.000 millones?
A las instituciones financieras que nos han arruinado, que han causado esta crisis.
Esto ocurría con la campaña presidencial todavía en marcha y me dolió ver que McCain y Obama lo apoyaban, al respaldar ambos este enorme desembolso para las corporaciones.
Lo que Obama debería haber dicho era:
¡Cuidado, esperen un poco!
Los Bancos no son pobres afligidos.
Sus dirigentes no lo son tampoco.
Pero hay gentes que están en paro.
Hay personas que no pueden pagar sus hipotecas.
Tomemos esos 700.000 millones y démoslos directamente a la gente que los necesita.
Demos 1 billón o demos 2 billones.
Ellos [los banqueros y los empresarios] lo gastan en bombarderos.
Demos ese dinero directamente a la gente que lo necesita. A las personas que tienen que pagar sus hipotecas y nadie será desalojado de sus hogares. Nadie se quedará con sus enseres domésticos en la calle.
Y sí, yo voy a seguir diciendo a Obama lo que él debería decir. Puede que no me escuche pero si todos ustedes escuchan, y lo transmiten a otras gentes, y ellos hacen lo mismo, y si escriben a sus representantes en el Congreso y les comunican lo que quieren, es decir lo que está ocurriendo, la campaña llegará cada vez a más personas.
Ahora, Obama quiere gastar centenares de millones de dólares en su plan de estimulación económica.
Algo que es una buena medida: la idea de estimular es aceptable.
Pero si se analiza con detalle el plan, la mayoría de las medidas se canalizan a través del mercado, las corporaciones y las empresas privadas.
El plan concede recorte de impuestos a las empresas con la esperanza de que contraten gente.
No, si la gente necesita puestos de trabajo no se da dinero a las corporaciones esperando que creen empleo.
Se da trabajo directamente a la gente.
Muchas personas no conocen la historia del New Deal de los años 1930. La New Deal no llegó demasiado lejos pero tenía buenas ideas. Y la razón de que la New Deal llegara a esas buenas ideas fue porque en este país había una enorme convulsión social.
Se produjo una gran confusión en el país y Roosevelt tuvo que reaccionar.
¿Y qué hizo?
Dispuso de miles de millones de dólares y declaró que el Gobierno iba a contratar gente.
¿No tiene trabajo?
El Gobierno tiene un empleo para usted, sin que importe lo que vaya a hacer, sin que importe cuál era su tipo de trabajo, el Gobierno tiene trabajo para ti.
El resultado de ello: se crearon en todo el país montones de puestos de trabajo.
Varios millones de jóvenes se colocaron en los Civilian Conservation Corps.
En lugar de enviarlos al exterior para luchar en la guerra, se les dio dinero- para su subsistencia y lo suficiente para enviar a casa, a sus padres- y se dispersaron por todo el país, construyendo puentes y carreteras y campos de juego, haciendo cosas primordiales.
El Gobierno creó un programa federal de Arte.
No se esperó a que el mercado lo decidiera el Gobierno puso en marcha un programa y contrató a miles de artistas en paro: dramaturgos, actores, músicos, pintores, escultores, escritores.
¿Cuál fue el resultado?
El resultado fue la producción de miles de obras de arte.
Hoy, a lo largo del país hay miles de murales pintados con ayudas del programa WPA (Work Progress Administration)
[N. T. Agencia para la creación de empleo, promovida por Roosevelt en 1935, que creó millones de puestos de trabajo en todo el país]
Se representaron obras de teatro por todo el país a un precio muy bajo, de manera que personas que nunca habían asistido a una representación teatral pudieron hacerlo.
Y aquello sólo fue un débil rayo de luz de lo que se podía haber hecho.
El Gobierno tiene que asumir las necesidades del pueblo.
El Gobierno no puede ceder la tarea de hacerlo a las corporaciones y al mercado, porque ellos no se preocupan por las necesidades de la gente.
Ellos sólo se interesan por sus beneficios.
En el desarrollo de su campaña, Obama afirmó algo que me conmovió por tratarse de una sabia reflexión, y cuando alguien dice algo inteligente, se tiene que recordar, porque puede no cumplirlo.
Se le debe recordar las cosas inteligentes que ha dicho.
Obama hablaba sobre la guerra de Iraq y dijo:
“No sólo es que tengamos que abandonar la guerra en Iraq”.
Lo dijo y no debemos olvidarlo.
Tenemos que seguir recordándoselo: Fuera de Iraq, fuera de Iraq- no el año próximo, no dentro de dos años, sino fuera de Iraq, ya.
Pero asimismo afirmó: “no es suficiente salir de Iraq; tenemos que abandonar la actitud que nos llevó a Iraq”.
¿Cuál fue la actitud, la forma de pensar que nos implicó en Iraq?
Que la fuerza serviría para conseguir los objetivos.
La violencia, la guerra, los bombarderos tenían que llevar la democracia y la libertad al pueblo.
Es una actitud que ha formado parte de la historia de este país desde sus inicios.
Impusimos la civilización a los mexicanos en 1846.
Llevamos la libertad a los cubanos en 1898.
Impusimos la democracia a los filipinos en 1900.
Ustedes saben cuánto éxito hemos tenido en llevar la democracia por todo el mundo.
La forma es que lo hemos hecho por la fuerza de las armas.
Se trata de una actitud militarista. Y Obama no se ha desmarcado de esa actitud militarista.
Habla de enviar más decenas de miles de soldados a Afganistán.
Tomé un taxi desde el que ustedes denominan Reagan National Airport, y me gusta entablar conversación con los taxistas, y si percibo que tienen acento extranjero, les pregunto:
“¿De dónde es usted?”
Se lo pregunté al taxista y me contestó:
“De Afganistán”.
Consciente de que no disponía de demasiado tiempo, abordé de frente la cuestión:
“¿Qué piensa usted de la idea del presidente Obama de enviar 30.000 soldados más a Afganistán?”
Él movió la cabeza y dijo:
“Lo que ellos necesitan es comida. Ellos necesitan asistencia médica. Eso es lo que necesitan”.
Obama es un tipo de verdad inteligente, y seguramente debe saber algo de historia.
No es necesario saber demasiado para conocer que la historia de Afganistán ha sido décadas y décadas de intentos de las potencias occidentales de imponer sus deseos en el país por la fuerza: ingleses, rusos y ahora estadounidenses.
¿Cuál ha sido el resultado?
Un país arruinado.
Ese es el talante que envía 30.000 soldados más a Afganistán y que afirma, como Obama, que es necesario tener allí un ejército mayor.
Mi corazón se encogió cuando Obama lo dijo:
¿Por qué necesitamos un ejército mayor?
Nosotros tenemos ya un presupuesto militar descomunal.
¿Ha hablado Obama de restringir el presupuesto militar a la mitad o en una parte?
No.
La actitud es que somos una nación fuerte y debemos seguir siendo los más poderosos.
Ese es el tipo de actitud que conduce a tener armas en el espacio.
¿Saben ustedes que tenemos un programa- desde hace años- para tener armas en el espacio?
Tenemos bases militares en un centenar de países.
Sólo en Okinawa tenemos 14 bases.
¿Quiénes nos quiere allí?
Los gobiernos porque obtienen beneficios, pero el pueblo realmente no quiere que estemos allí.
Precisamente estos días, hay enormes manifestaciones en Italia contra el establecimiento de una base militar estadounidense en su territorio Y habido manifestaciones multitudinarias en Corea del Sur y en Okinawa.
Los gobiernos puede que nos quieran, pero el pueblo no nos quiere allí.
Entonces, ¿qué hacer?
Usted puede pedir una plaza donde exista una base militar y la gente del país no se oponga a ella.
¿Dónde encontrarla?
En el espacio.
Ellos quieren tener plataformas en el espacio, donde desde donde puedan dirigir sus armas a cualquier lugar que quieran.
Resulta bastante espeluznante, salvo que usted los crea cuando dicen:
“OH, somos muy precisos; tenemos lo último en equipamientos; podemos hacer diana en cualquier sitio y apuntar sólo a lo que queremos”.
¿Acaso no es lo que han estado diciendo todo el tiempo?
Pero después ustedes se enteran de que con todo ese refinado equipamiento, etc. pueden decidir realmente que van a bombardear una casa en particular; sin embargo hay un problema: Ellos no saben quiénes están en la casa. Pueden lanzar un cohete contra un coche desde una gran distancia.
¿Saben quiénes están en el coche?
NO.
Y después, tras sacar los cadáveres del coche, después de haberlos sacado de la casa, os dicen: Bueno, había tres sospechosos de terrorismo en la vivienda, y sí, había otras siete personas asesinadas, entre ellos dos niños, pero nosotros sólo queríamos atacar a los sospechosos de terrorismo.
Pero noten que la palabra es “sospechosos”.
La verdad es que no saben quienes son los terroristas.
Tenemos que abandonar esa actitud. Y Obama tiene que verse empujado por la gente que le ha elegido, por la gente que está entusiasmada con él.
Somos los únicos que podemos decirle:
“No, usted va por mal camino con esa idea militarista de utilizar la fuerza para alcanzar objetivos en el mundo. Nosotros no conseguiremos nada así, y seguiremos siendo un país odiado en el mundo”.
Ahora, Obama dice que tiene una idea para el futuro. Ustedes también deben tener una idea de futuro y ahora yo quiero decirle a Obama cuál debería ser ese futuro.
Esa aspiración debería ser la de una nación que llegue a ser aceptable para el resto del mundo.
No digo amada -eso llevará tiempo conseguirlo- sino un país no temido, no rechazado, no odiado, tal como nos ocurre ahora en general.
Una nación a la que se considere pacífica porque haya abandonado nuestras bases militares en todos esos países.
¿Por qué necesitamos bases militares en otros países?
No están para defendernos.
La palabra defensa es una de las más utilizadas en la lengua inglesa.
“Los israelíes pulverizan y destruyen Gaza para auto defenderse”, pero eso no es defensa, sino agresión. Y nosotros queremos un país que no cometa más agresiones.
No necesitamos gastar centenares de miles de millones en presupuesto militar.
Destinemos todo el dinero asignado a las bases militares y al presupuesto de guerra y- esto es sólo una parte de la emancipación- y utilicemos ese dinero para proporcionar a todo el mundo una asistencia sanitaria gratis, garantizar empleo a todos los que están en paro, garantizar el pago del alquiler a quienes no pueden hacerlo, construir centros de atención a menores.
Hagamos uso de ese dinero para ayudar a otros pueblos en todo el mundo, no para enviar bombarderos contra ellos.
Cuando se producen catástrofes, se necesitan helicópteros para rescatar a las gentes de las inundaciones y de las zonas devastadas.
Necesitan los helicópteros para salvar las vidas de las gentes pero los helicópteros se encuentran en Oriente Próximo bombardeando y ametrallando a la gente.
Lo que se exige es un cambio total.
Queremos un país que utilice sus recursos, su riqueza y su fuerza para ayudar a la gente, y no para hacerle daño.
Eso es lo que necesitamos.
Es una idea que debemos mantener viva.
No deberíamos sentirnos satisfechos fácilmente y decir:
“Bueno, démosle un respiro”.
Obama merece respeto pero no se respeta a alguien dándole un cheque en blanco.
Se le respeta cuando se le trata como a un igual, y cuando se puede hablar con alguien que nos escucha.
En resumen, lo que estoy diciendo es que Obama tiene muy buenas cualidades y parece un hombre decente pero es un político.
Y, lo que es peor, está rodeado de políticos.
Y algunos de ellos lo ha elegido él.
Ha elegido a Hillary Clinton, a Lawrence Summers, ha elegido a gentes que parecen no estar dispuestos a romper con el pasado.
Somos ciudadanos y no podemos situarnos en la actitud de mirar el mundo a través de sus ojos y decir:
“Bien, tenemos compromisos adquiridos, tenemos que hacerlo por razones políticas”.
Tenemos que alzar nuestras voces.
Esa fue la actitud que los abolicionistas mantuvieron antes de la Guerra Civil, y el pueblo decía:
“Tenemos que verlo desde el punto de vista de Lincoln”.
Lincoln no creía que su prioridad principal fuera la abolición de la esclavitud. Pero el movimiento anti-esclavitud, sí, y los abolicionistas dijeron:
“No vamos a situarnos en la posición de Lincoln. Vamos a expresar nuestra propia posición y vamos a hacerlo de manera tan decidida que Lincoln tendrá que escucharnos”.
El movimiento contra la esclavitud creció y se hizo lo suficientemente fuerte para que Lincoln lo escuchara. Y gracias a ello conseguimos la Proclamación de la Emancipación y la 13ª y 14ª enmiendas.
Esa ha sido la historia de este país.
Cuando se han hecho progresos, en cualquier lugar donde se han evitado injusticias, ha sido porque el pueblo se ha comportado como ciudadanos, y no como políticos.
No se limitó a lamentarse, sino que trabajó, actuó se organizó y, en caso necesario, se sublevó.
Ellos hicieron todo lo posible para atraer la atención de la gente que estaba en el poder. Y eso es lo que tenemos que hacer nosotros ahora.
Howard Zinn
Veterano con más de medio siglo de luchas por la paz, la justicia y la democracia. Es el reconocido autor de A People’s History of the United States y de You Can`t Be Neutral on a Moving Train, y de la obra teatral Marx in SOHO, sobre Karl Marx.
Socialistworker, 13 de marzo de 2009
En 2006, los congresistas invirtieron desde 78,7 a 195,5 millones de dólares en acciones de compañías que suscribieron contratos de Defensa de por lo menos 5 millones de dólares. Las carteras de inversión incluyeron acciones en compañías que han recibido contratos de hasta mil millones de dólares al mes por tareas de apoyo a las fuerzas militares de EEUU en Iraq y en otras grandes corporaciones que fabrican aviones y armas, empresas productoras de suministros médicos e incluso de refrescos.
La inversión en contratos en tiempo de guerra atrajo a legisladores de los dos partidos: en 2006, representantes demócratas invirtieron por lo menos $3,7 millones de dólares solamente en el sector Defensa, contra 577.500 dólares de legisladores republicanos. Sin embargo, hay más republicanos poseedores de acciones en compañías de Defensa: 28 republicanos versus 19 demócratas.
Esta noticia fue investigada y publicada por Lindsay Renick Mayer, bajo el título "Strategic Assets" (Activos estratégicos), en opensecrets.org, el 3 de abril de 2008 (aqui). El Proyecto Censurado la descubrió gracias al trabajo de Leora Johnson y Michael Seramin.
El lobby compró al Congreso
Los llamados “intereses especiales” –eufemismo que en EEUU se refiere a grandes corporaciones que obtienen favores del Congreso en la asignación de gasto público, como el “complejo militar industrial”– entregaron 3.200 millones de dólares a los lobbystas de Washington en 2008, mucho más que en cualquier otro año, con un incremento récord de 13,7% respecto a 2007 (que a su vez batió el récord de aumentar en 7,7% sobre 2006), según un estudio del Center for Responsive Politics (Centro para la Responsabilidad Política).
El Centro calculó que los “grupos de interés” gastaron 17,4 millones de dólares por cada día que sesionó el Congreso en 2008, o 32.523 dólares diarios por legislador. La directora del Centro, Sheila Krumholz, dijo: “El gobierno federal está distribuyendo mil millones de dólares por día y eso significa seguridad en el empleo para los cabilderos que pueden ayudar a las compañías y a las industrias a conseguir un pedazo del desembolso”.
Por tercer año consecutivo, los intereses farmacéuticos y de salud gastaron más en cabildeo federal que cualquier otro sector económico: 478,5 millones de dólares. El segundo mayor gasto de dinero en 2008 correspondió a las compañías eléctricas, que destinaron 156,7 millones a lobby, seguidas por los seguros, 153,2 millones, y la industria del petróleo/gas, que pagó 133,2 millones a los cabilderos.
Los grupos favorables a Israel, las empresas de transformación de la comida y la industria del petróleo y gas aumentaron también el porcentaje de sus gastos en cabildeo entre 2007 y 2008. Esta noticia apareció con el título “Washington Lobbying Grew to $3.2 Billion Last Year, Despite Economy” (El lobby de Washington gastó 3.200 millones de dólares el año pasado, a pesar de los problemas de la economía), publicada también por Open Secrets.org, el 29 de enero de 2009 (aqui). Fue investigada para el Proyecto Censurado por Leora Johnson y Alan Grady.
Avances del Proyecto Censurado 2010
Los académicos, estudiantes, colaboradores y afiliados que sacan adelante el Proyecto Censurado están en la fase final de selección de las 25 noticias más censuradas por los grandes medios de EEUU durante 2008-2009, informó Peter Phillips, director del Proyecto de la Universidad Sonoma State, de California. Están circulando los resúmenes de una primera selección de varios cientos de temas que la gran prensa mantiene en la oscuridad, a fin de que cada colaborador del proyecto selecciones y vote por 20 noticias.
"Algunas historias recibieron seguimiento de los medios nacionales y otras fueron cubiertas en informes anuales anteriores de Proyecto Censurado", dijo Phillips. "No obstante, pensamos que éste es un grupo selecto de noticias, por lo que agradecemos a todos su elección y ayuda". La lista de resúmenes fue confeccionada por Trisha Boreta y Mickey Huff, del equipo de Proyecto Censurado.
La tarea del momento consiste en votar por 20 noticias a fin de construir así una nueva lista de 60 historias finalistas que debe estar concluida el 8 de abril. "Nuestra meta ahora es reducir esta lista a 60 finalistas que votaremos el 21 de abril", anunció Phillips. Así, compilaremos los votos y terminaremos una nueva lista de 60 historias "top" para la votación final". Después del 21 de abril, un jurado nacional alineará las 25 historias finales destinadas al anuario Proyecto Censurado 2010.
Pero es preferible centrarse en los debates de política real, que tienen lugar entre los demócratas.
El punto es el siguiente: el Partido Republicano se veía tan loco hace 10 ó 15 años como hoy. Ello no impidió a los republicanos, de todos modos, tomar el control tanto en el Congreso como en la Casa Blanca. Y si los demócratas llegan a tropezar podrían volver al poder. Así que nos incumbe a nosotros analizar de cerca el estado de lo que es, después de todo, uno de los dos grandes partidos políticos de nuestro país.
Una forma de llevarse una buena impresión sobre el estado actual del Partido Republicano, y de ver también lo poco que todo ha cambiado, es echar un vistazo a los "tés" que ya se celebraron en varios sitios y que tendrán lugar en todo el país este miércoles. Estos encuentros -manifestaciones contra los impuestos que pretenden recordar la Fiesta del Té de Boston y la Revolución Norteamericana- han sido motivo de bastantes burlas, y con razón.
Pero todo lo que provoca la burla de los que critican estas reuniones es práctica habitual en el Partido Republicano.
Es así como el presidente Barack Obama es tildado de "socialista" que busca destruir al capitalismo. ¿Por qué? Porque quiere elevar la tasa del impuesto que pagan los estadounidenses de mayores ingresos para ubicarla diez puntos porcentuales por debajo de donde estuvo durante la mayor parte del gobierno de Ronald Regan. Extraño.
Y luego está lo que se dice en estos eventos o tés. Que Obama no nació en Estados Unidos, por ejemplo, que recuerda aseveraciones anteriores que indicaban que es un musulmán encubierto.
Comentarios locos, aunque no tanto como lo que se decía durante la última administración demócrata, cuando se decía que los Clinton eran asesinos.
Por último, pero no por ello menos importante, hay que recordar que estos tés no son una representación espontánea del sentimiento popular.
Son eventos populares falsos, organizados por los sospechosos de siempre.
Un papel clave en todo ello lo juega FreedomWorks, organización dirigida por Richard Armey, el ex líder de la mayoría en la Cámara Baja, que cuenta con el apoyo del habitual grupo de multimillonarios de derecha. Pero esto no es nada nuevo.
¿Cuál es entonces la consecuencia del hecho de que los republicanos se nieguen a crecer, de que se comporten de la misma forma cuando la historia parecía estar de su lado? Yo diría que esto es bueno para los demócratas -en el corto plazo al menos-, pero malo para el país.
Por ahora, la administración de Barack Obama cuenta con una ventaja considerable por el hecho de no contar con una oposición creíble, en especial en materia de política económica, en donde los republicanos parecen carecer de pistas de cara al futuro. Pero, como dije al comienzo, el Partido Republicano sigue siendo uno de los grandes partidos de Estados Unidos y los acontecimientos podrían volver a ubicarlo en el poder. Esperemos que para entonces hayan madurado.
Paul Krugman
The New York Times
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