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Luego de dos meses de violencia reabren uno de los templos más venerados del Tíbet |
El templo más venerado del Tíbet reabrió el viernes, informó la prensa estatal, dos meses después de violentas protestas en varias zonas tibetanas de China que llevaron al gobierno a cerrar varios de los más importantes monasterios de la región.
El templo Jokhang, situado en pleno centro de Lhasa, había estado bajo intensa vigilancia después de las primeras protestas pacíficas que realizaron los monjes budistas contra el régimen chino el 10 de marzo, las cuales se extendieron y se tornaron violentas cuatro días después.
La policía y las fuerzas armadas rodearon el templo Jokhang y tres monasterios en Lhasa -Sera, Drepung y Ganden- mientras las autoridades investigaban qué monjes habían estado involucrados en los desórdenes.
Airados monjes interrumpieron poco después una visita que organizó el gobierno para los medios de comunicación en Jokhang, gritando que los 117 monjes había sido encerrados dentro del templo desde el día que comenzaron las protestas y que los guardias fueron retirados cuando llegaron los periodistas extranjeros.
"El gobierno no dice la verdad", gritó un monje durante la protesta de 15 minutos y los monjes se quejaron por la falta de libertad religiosa.
Grupos defensores en el extranjero temían por la seguridad de los monjes. El vicegobernador de Tíbet, nombrado por el gobierno chino, prometió que no serían sancionados por la protesta.
La agencia Xinhua informó el viernes que el templo fue reabierto y que 400 feligreses y 40 turistas visitaron el lugar durante las tres horas y medio que estuvo abierto.

"Los tibetanos en todo el mundo deberían evitar realizar demostraciones frente a las embajadas chinas en los respectivos países en los que viven, al menos hasta aproximadamente fines de mayo," dijo el Gobierno en el exilio en un comunicado en su sitio de internet (www.tibet.net).
"Deberíamos iniciar acciones de solidaridad, organizando reuniones de oración y recaudando donaciones," expresó el comunicado, y agregó que los tibetanos exiliados deberían explorar las posibilidades de establecer asociaciones de amistad chino-tibetanas a través de dichos programas.
Tibetanos exiliados realizaron protestas casi diarias fuera de embajadas chinas en todo el mundo desde que cientos de personas fueron arrestadas en una represión luego de los disturbios en marzo en la región del Himalaya, los peores desde 1989.
China dice que aproximadamente 20 civiles "inocentes" fueron asesinados por pandillas. El Gobierno en el exilio dice que más de 100 manifestantes murieron a manos de las tropas chinas. Cientos de activistas han sido arrestados.
Pero el sismo de magnitud 7,9 que afectó China el 12 de mayo, dejando un rastro de muerte y destrucción -41.353 muertos y 274.683 heridos, según las últimas cifras, junto a 32.000 desaparecidos y cinco millones de personas sin hogar-, suavizó el sentimiento contra Pekín.
La semana pasada, el líder espiritual exiliado del Tíbet, el Dalai Lama, anunció una reunión de oración para las víctimas de sismo, diciendo que se sintió "muy, muy triste" en cuanto escuchó sobre las muertes. Continuación...
En la puerta del Royal Albert Hall, edificio victoriano dedicado a conciertos y actos masivos, donde el Dalai Lama pronunciaba una conferencia, los congregados, pertenecientes a la Western Shugden Society, lanzaron gritos a favor de la libertad religiosa.
En el otro lado de la calle, simpatizantes del Gobierno chino reivindicaron la pertenencia del Tíbet a China y desplegaron pancartas de apoyo a la celebración de los Juegos Olímpicos de Pekín y contra la 'distorsión' por los medios de comunicación de lo que acontece en el Tíbet.
La Western Shugden Society es una organización que reúne a los budistas que creen en la deidad protectora Dorje Shugden, a la que, según asegura, el Dalai Lama renunció en los años 70 del siglo pasado.
Según la portavoz de esta sociedad, Kelsang Pema, el líder espiritual ha promovido una línea espiritual caracterizada por la discriminación de los budistas que creen en esta deidad.
En declaraciones a EFE, Pema explicó que el Dalai Lama ha mandado crear documentos de identidad personal en los que los budistas juran renunciar a su creencia en Shugden.
Los que no lo hacen, continuó, tienen dificultades para acceder a un trabajo, a una escuela y a monasterios tibetanos en el exilio, por lo que el número de personas que rinden culto a esta deidad ha descendido drásticamente.
Pema explicó que el Dalai Lama se ha creado una imagen de defensor de los derechos y libertades humanas en Occidente mientras que limita la elección espiritual de su pueblo.
Por ello, los miembros de esta organización calificaron al líder espiritual de 'hipócrita' y denunciaron el ostracismo al que está sometiendo a la comunidad seguidora de la deidad citada.
Pema, que apuntó que a la manifestación han acudido personas de países tan dispares como Australia, Canadá, Estados Unidos, Francia, Suráfrica o México, sostuvo que esta sociedad seguirá al Dalai Lama por todos los actos que tiene en el Reino Unido.
Además, agregó que no dejará de manifestarse hasta que el líder espiritual los reciba y le devuelva la libertad religiosa al pueblo tibetano y a los budistas de todo el mundo.
'Hacemos mucho ruido, pero somos pacíficos y sólo gritamos para ser escuchados', apuntó.
Por su parte, los manifestantes pro régimen chino pidieron al Dalai Lama que separe la religión de la política y dijeron que el Tíbet 'es y siempre será parte de China'.
'El Dalai Lama no es el dios ni el rey del Tíbet', rezaba otra pancarta.
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