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Los Rothschild de Alcorcón |
No fueron invitados al 250 aniversario del nacimiento de su presunto fundador, Mayer Amischel Rothschild. A la remillonaria familia judía no se le olvidó convidarlos. Ni siquiera cursaron la invitación.
Puede -casi seguro- que los miembros de la dinastía oficial de los Rothschild no sepan que tienen unos «primos», eso sí lejanos, en Alcorcón.
Paloma Moser-Rothschild Samper ha crecido oyendo casi sin escuchar cosas que -decían- contaba el padre de su padre, Luis Samuel Ibrahim.
El primero de los Moser-Rothschild Soler que llegó a España y que «fundó» la presunta rama española de esta familia judía hablaba de su infancia en Berlín, de un castillo y de lacayos que hasta le ataban los zapatos.
«Mi abuelo -explica Paloma- relataba cómo vivía en una especie de palacete que el llamaba "el castillo", rodeado de lujo. Contaba que su padre, que se llamaba igual que él, era muy rico; tenía una fábrica de armamento en Berlín y que, al parecer, se arruinó entre la I y la II Guerra Mundial».
Paloma continúa con la historia familiar que ha ido componiendo con los recuerdos de su padre Juan, de su tía Milagros y de su abuela. «Cuando Luis Samuel Ibrahim Moser-Rothschild, el bisabuelo, se separó de mi bisabuela, la andaluza Ana Soler que conoció en Berlín, ella se vino con su hijo a España. El entonces se volvió a casar y tiempo después, no se cuánto, se suicidó».
El interés que tiene Paloma por saber si de verdad existe «el ramaje español de los Rothschild» es proporcional al poco desvelo que este hecho le causa a su padre, Juan.
«Alguna relación de parentesco debemos tener con esa riquísima familia. En los años 50, mi madre que hacía poco que se había quedado viuda recibió una carta de la Embajada alemana en la que le decían algo sobre una herencia. Uno de nuestros vecinos, un señor de Burgos, que era abogado comenzó a mover los papeles. Pero como era necesario trasladarse a Alemania y mi madre no tenía ya suficiente dinero se paró todo. Yo nunca he tenido ningún interés en ir reclamar la dichosa herencia. Si resulta que me tienen que dar algo porque pertenecemos a esa familia no voy a ir a pedirlo. Dicen que un primo mío sí que cobró la herencia; eso dicen», explica Juan.
Juan Moser Rothschild tiene 57 años. Hasta hace un tiempo -«hasta que llegó la crisis al sector»- tenía una pequeña productora de cine que quebró: Venus Film. «La última película que hicimos fue Requiem por un campesino español. Ahora me dedico a importar ropa americana y tengo en proyecto, junto a otros socios, montar una red de restaurantes en los países de Este». Algo del judío Mayer Amschel sí que parece tener Juan, por lo menos el espíritu empresarial.
Paloma tiene 30 años, estudió idiomas y hasta hace unos meses trabajó como secretaria; ahora no tiene trabajo. «Soy una Rothschild en paro», dice divertida.
«No tengo ningún interés económico, sólo quiero saber si alguien puede ayudarme a descifrar el enigma, si somos o no la rama española de esta familia. Hace unos seis año lo intenté, pero me pedían medio millón de pesetas para empezar a investigar y mis condiciones económicas no me lo permitían».
Paloma estuvo viviendo cuatro años en Londres y «me ocurrían cosas muy curiosas. Mientras estaba estudiando trabajé como secretaria en una firma israelí y llegaron a presentarme al director porque para ellos era un "honor que un Rothschild, un miembro de esa familia que tanto hizo por Israel" estuviera con ellos. Incluso me preguntaron que por qué trabajaba. Les dije la verdad: que quería mantenerme por mí misma. Ni te cuento la cara de sorpresa».
Asegura que nunca se ha servido de lo «atronante» de su apellido. «Bueno, sólo cuando vamos a un restaurante y no hay mesa, pero sólo lo hago cuando mis amigos me presionan».
Paloma está casada con Pedro, celador en un hospital militar. «Si llego a saber que no eras de los Rothschild ricos no me caso contigo», bromea Pedro, provocando la hilaridad de su mujer.
En Madrid hay 15 descendientes directos de Luis Samuel Ibrahim Moser-Rothschild Soler, que durante toda su vida trabajó como gerente de productoras cinematográficas como Mercurio Films, entre otras. Tuvo cuatro hijos: Luis (que tiene 2 hijos y un nieto), Juan (4), Milagros (4) y Luis. «Este es el más listo de la familia. Vive en EEUU y es el único que hace muchos años decidió suprimir el Moser de su apellido. Es directamente un Rothschild y le tratan a cuerpo de rey. Tiene mucho dinero. No vive al día, sino a dos horas de mañana», termina Juan.

La incorporación de Gich es un espaldarazo para Rothschild, que en los dos últimos años se ha reforzado de manera relevante en España. La entidad de origen anglofrancés incorporó en abril del pasado año a Alfonso Cortina, ex presidente de Repsol-YPF, como presidente no ejecutivo y miembro del consejo asesor del banco en Europa en sustitución de Loyola de Palacio, que falleció de un cáncer.
En noviembre, el banco más antiguo del mundo anunció también el fichaje de José María Castellano, ex consejero delegado del Grupo Inditex, como vicepresidente Con ambos ejecutivos, Rothschild creó un consejo asesor de prestigio de primera fila para competir con entidades de mayor peso, como Goldman Sachs, Merrill Lynch, Citigroup, JP Morgan, Morgan Stanley o Deutsche Bank, muchas de las cuales podían usar su balance para financiar operaciones y conseguir más clientes.
No debe confundirse con el Baron Edmond Benjamin James de Rothschild, quien hasta el 2 de noviembre de 1934 fue el jefe de la casa francesa de los Rothschild y fue un personaje clave en la construcción del Estado de Israel, financista de la causa sionista.
Edmund Leopold fue el 2do. hijo (aunque el 1er. varón, todo un acontecimiento para su familia) de Lionel Nathan de Rothschild y Marie Louise Eugénie Beer.
Conocido como 'Eddy de Rothschild', él se graduó en Cambridge University y luego viajó intensamente por el mundo, y cuando regresó ingresó al banco de la familia, N M Rothschild & Sons pero estalló la 2da. Guerra Mundial y él ingresó al ejército como oficial de Artillería, participando de la campaña en el Norte de África y en Italia, con el 77th Field (Highland) Regiment.
Eddy fue desmovilizado en mayo de 1946 y regresó a N M Rothschild & Sons. Su padre había fallecido en 1942, y al heredarlo él era socio pero de escasa experiencia.
Entonces su tutor y asesor fue su tío, Anthony Gustav de Rothschild, quien lo ayudó a convertirse en un factor de éxito del banco.
Agresivo desarrollador de negocios, Eddy comenzó a trabajar a ambos lados del Atlántico: durante su carrera cruzó el océano más de 400 veces, ingresando a numerosos negocios en el mundo de posguerra, incluyendo la British Newfoundland Development Corporation, que avanzó en explotaciones mineras en Labrador, Canada; y la hidroeléctrica Churchill Falls.
En 1948 él se había casado con Elizabeth Edith Lentner y tuvo varios hijos: Katherine Juliette, Nicholas David y los mellizos David Lionel y Charlotte Henriette.
De su padre, él había heredado Exbury Gardens, en Hampshire, predio deteriorado por la guerra. Él restauró los 200 acres (0.81 km2) de jardines, y se incorporó al Council of the Royal Horticultural Society. También fue presidente de la Association of Jewish Ex-Servicemen and Women (AJEX).
Elizabeth Lentner de Rothschild murió en 1980 y Edmund volvió a casarse en 1982, con Anne Kitching.
Al igual que otros Rothschild, él fue coleccionista de arte, aunque se lo recordará por su tarea en Exbury gardens.
Si bien se había retirado de la actividad financiera, en la crisis también ocurren oportunidades, y llegó a anudar la alianza con Bank of China. A cambio de un ingreso del banco asiático a la casa tradicional franco-suiza, los Rothschild ingresaron a la administración de inversiones en China.
Bank of China decidió aceptar una oferta del Grupo Rothschild para comprar una porción de Edmond de Rothschild.
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