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La invasión de Gaza “Operación plomo fundido” Parte de una agenda militar y de inteligencia israelí más amplia |
Los bombardeos aéreos y la actual invasión de Gaza por fuerzas terrestres de Israel deben ser analizados en un contexto histórico.
La operación “Plomo fundido” es una empresa cuidadosamente planificada, que forma parte de una agenda militar y de inteligencia más amplia formulada por primera vez en 2001:
“Fuentes en el establishment de la defensa dijeron que el Ministro de Defensa Ehud Barak instruyó a las Fuerzas de Defensa de Israel [ejército israelí] que se prepararan para la operación hace más de seis meses, cuando Israel comenzaba a negociar un acuerdo de cese al fuego con Hamas”. (Barak Ravid, Operation "Cast Lead": Israeli Air Force strike followed months of planning, Haaretz, 27 de diciembre de 2008)
Israel rompió la tregua el día de las elecciones presidenciales de EE.UU., 4 de noviembre:
“Israel utilizó esa distracción para romper el cese al fuego con Hamas bombardeando la Franja de Gaza. Israel afirmó que esa violación del cese al fuego tuvo lugar para impedir que Hamas excavara túneles hacia territorio israelí”.
“Justo al día siguiente, Israel lanzó un aterrorizador sitio de Gaza, cortando los suministros de alimentos, carburante, medicinas y otras necesidades en el intento de “someter” a los palestinos mientras, al propio tiempo, emprendía incursiones armadas.
“Como respuesta, Hamas y otros en Gaza volvieron a recurrir al disparo de toscos cohetes caseros, generalmente erráticos, hacia Israel. Durante los últimos siete años, esos cohetes han sido responsables por las muertes de 17 israelíes. Durante el mismo período, los ataques de guerra relámpago israelíes han matado a miles de palestinos, provocando protestas en todo el mundo, pero que cayeron en oídos sordos en la ONU”. (Shamus Cooke, The Massacre in Palestine and the Threat of a Wider War, Global Research, diciembre de 2008)
Desastre humanitario planificado
El 8 de diciembre, el Secretario Adjunto de Estado de EE.UU., John Negroponte, estuvo en Tel Aviv para discutir con sus contactos israelíes, incluido Meir Dagan, director del Mossad [servicio de espionaje israelí].
La “Operación plomo fundido” comenzó dos días después de Navidad. Fue combinada con una campaña internacional de Relaciones Públicas cuidadosamente preparada bajo los auspicios del Ministerio de Exteriores de Israel.
Los objetivos militares de Hamas no son la finalidad principal. La “Operación plomo fundido” tiene el propósito, totalmente deliberado, de provocar víctimas civiles.
Lo que encaramos es un “desastre humanitario planificado” en Gaza.
El objetivo a plazo más largo de este plan, tal como ha sido formulado por los responsables políticos israelíes es la expulsión de los palestinos de las tierras palestinas:
“Aterrorizar a la población civil, asegurando la máxima destrucción de propiedades y recursos culturales… La vida diaria de los palestinos debe llegar a ser insoportable: Hay que encerrarlos en ciudades y pueblos, impedir que ejerzan una vida económica normal, separarlos de sitios de trabajo, escuelas y hospitales. Esto alentará la emigración y debilitará la resistencia a futuras expulsiones”. (Ur Shlonsky, citado por Ghali Hassan, Gaza: The World’s Largest Prison, Global Research, 2005)
“Operación venganza justificada”
Se ha llegado a un punto decisivo. La “Operación plomo fundido” forma parte de la operación más amplia militar y de inteligencia iniciada al comienzo del gobierno de Ariel Sharon en 2001. Bajo la “Operación venganza justificada” de Sharon los aviones de guerra F-16 fueron utilizados inicialmente para bombardear ciudades palestinas.
La “Operación venganza justificada” fue presentada en julio de 2001 al gobierno israelí de Ariel Sharon por el jefe de estado mayor del ejército israelí Shaul Mofaz, con el título “La destrucción de la Autoridad Palestina y el desarme de todas las fuerzas armadas”.
“Un plan de contingencia, con el nombre de código “Operación venganza justificada”, fue elaborado en junio pasado [2001] para volver a ocupar toda Cisjordania y posiblemente la Franja de Gaza a un coste probable de “cientos” de bajas israelíes”. (Washington Times, 19 de marzo de 2002)
Según Jane's 'Foreign Report' (12 de julio de 2001) el ejército israelí bajo Sharon había actualizado sus planes para un “ataque generalizado para aplastar la autoridad palestina, expulsar al líder Yasir Arafat y matar o detener a su ejército”.
“Justificación del derramamiento de sangre”
La “justificación del derramamiento de sangre” era un componente esencial de la agenda militar y de inteligencia. La matanza de civiles palestinos se justificaba por “motivos humanitarios.” Las operaciones militares israelíes fueron cronometradas cuidadosamente para que coincidieran con ataques suicidas:
El ataque será lanzado, a discreción del gobierno, después de un gran ataque suicida en Israel, causando muchas muertes y heridas, citando el derramamiento de sangre como justificación.
Tanya Reinhart, “Evil Unleashed, Israel's move to destroy the Palestinian Authority is a calculated plan, long in the making”. [Mal desencadenado: la acción de Israel para destruir la Autoridad Palestina es un plan calculado, preparado hace tiempo] (Global Research, diciembre de 2001, énfasis agregado)
El Plan Dagan
También se refirieron a la “Operación venganza justificada” como “Plan Dagan”, nombrado por el general en retiro Meir Dagan, quien dirige actualmente el Mossad, la agencia de inteligencia de Israel.
El general de la reserva Meir Dagan fue asesor nacional de seguridad de Sharon durante la campaña electoral de 2000. El plan fue aparentemente preparado antes de la elección de Sharon como primer ministro en febrero de 2001. “Según Alex Fishman en Yediot Aharonot, el Plan Dagan, consistía en la destrucción de la Autoridad Palestina y que se ‘sacara el juego’ a Yasir Arafat”. (Ellis Shulman, "Operation Justified Vengeance": a Secret Plan to Destroy the Palestinian Authority, marzo de 2001)
“Como informara Foreign Report [Jane] y revelara localmente Ma’ariv, el plan de invasión de Israel –supuestamente apodado Venganza Justificada– sería lanzado de inmediato después del próximo atentado suicida con muchas víctimas, duraría cerca de un mes y se espera que resulte en la muerte de cientos de israelíes y miles de palestinos. (Ibíd., énfasis agregado)
El “Plan Dagan” preveía la así llamada “cantonización” de los territorios palestinos que separaría totalmente Cisjordania de Gaza, con “gobiernos” separados en cada uno de los territorios. Según este guión, previsto ya en 2001, Israel:
“negociaría separadamente con fuerzas palestinas dominantes en cada territorio – fuerzas palestinas responsables por la seguridad, la inteligencia, e incluso por el Tanzim [Fatah]”. El plan se parece por lo tanto de cerca a la idea de “cantonización” de territorios palestinos, propugnado por varios ministros”. (Sylvain Cypel, The infamous 'Dagan Plan' Sharon's plan for getting rid of Arafat, Le Monde, 17 de diciembre de 2001)
El Plan Dagan estableció continuidad en la agenda militar y de inteligencia. Después de las elecciones de 2000, Meir Dagan obtuvo un papel crucial. “Se convirtió en el ‘intermediario’ de Sharon en temas de seguridad con los enviados especiales del presidente Bush, Zinni y Mitchell”. Subsiguientemente fue nombrado Director del Mossad por el primer ministro Ariel Sharon en agosto de 2002. En el período post-Sharon, siguió siendo jefe del Mossad. Fue reconfirmado en su posición como Director de Inteligencia Israelí por el primer ministro Ehud Olmert en junio de 2008.
Meir Dagan, en coordinación con sus homólogos estadounidenses, ha estado a cargo de varias operaciones de inteligencia militar. Vale la pena señalar que como joven coronel Meir Dagan había trabajado estrechamente con el ministro de defensa Ariel Sharon en los ataques contra asentamientos palestinos en Beirut en 1982. Las incursiones de 2008 y 2009 en Gaza, tienen en muchos aspectos un extraño parecido con la operación militar de 1982.
Es importante considerar una serie de eventos cruciales que condujeron a las matanzas en Gaza bajo la “Operación plomo fundido”:
1. El asesinato en noviembre de 2004 de Yasir Arafat. Este asesinato había sido planificado desde 1996 bajo la “Operación campos de espinas.” Según un documento de octubre de 2000 “preparado por los servicios de seguridad, a pedido del primer ministro de entonces, Ehud Barak, señaló que ‘Arafat, la persona, es una severa amenaza para la seguridad del Estado [de Israel] y el daño que resultará de su desaparición será menor que el daño causado por su existencia’”. (Tanya Reinhart, Evil Unleashed, Israel's move to destroy the Palestinian Authority is a calculated plan, long in the making, Global Research, diciembre de 2001. Detalles del documento fueron publicados en Ma'ariv, 6 de julio de 2001)
El asesinato de Arafat fue ordenado en 2003 por el gabinete israelí. Fue aprobado por EE.UU. que vetó una Resolución de Seguridad de Naciones Unidas condenando la decisión del gabinete israelí en 2003. Como reacción a crecientes ataques palestinos, en agosto de 203, el ministro israelí de defensa, Shaul Mofaz, declaró la “guerra en todos los frentes” contra los militantes que juró estaban “marcados para la muerte”.
“A mediados de septiembre, el gobierno de Israel aprobó una ley para librarse de Arafat. El gabinete de Israel para asuntos de seguridad política la declaró “una decisión para remover a Arafat como obstáculo para la paz”. Mofaz amenazó: “escogeremos el camino adecuado y el momento adecuado para matar a Arafat”. El ministro palestino Saeb Erekat dijo a CNN que pensaba que Arafat era el próximo objetivo. CNN preguntó al portavoz de Sharon, Ra'anan Gissan, si el voto significaba la expulsión de Arafat. Gissan aclaró: “No significa eso. El gabinete ha resuelto hoy la remoción de ese obstáculo. El momento, el método, la manera como eso tendrá lugar serán decididos separadamente, y los servicios de seguridad monitorearán la situación y harán la recomendación sobre la acción adecuada”. (Vea Trish Shuh, Road Map for a Decease Plan, www.mehrnews.com 9 de noviembre de 2005)
El asesinato de Arafat formaba parte del Plan Dagan de 2001. Es muy probable que haya sido realizado por los servicios de inteligencia israelíes. Tenía el propósito de destruir la Autoridad Palestina, fomentar divisiones dentro de Fatah así como entre Fatah y Hamas. Madmud Abbas fue instalado como líder de Fatah, con la aprobación de Israel.
2. La remoción, por orden del primer ministro Ariel Sharon en 2005, de todos los asentamientos judíos en Gaza. Una población judía de más de 7.000 fue cambiada de sitio.
“Es mi intención [Sharon] realizar una evacuación –perdón, una reubicación– de asentamientos que nos causan problemas y de sitios que en todo caso conservaremos en un acuerdo final, como los asentamientos de Gaza… Estoy trabajando sobre la base de la presuposición de que en el futuro no habrá judíos en Gaza”. dijo Sharon (CBC, marzo de 2004)
El tema de los asentamientos en Gaza fue presentado como parte del “mapa de ruta para la paz” de Washington. Celebrado por los palestinos como una “victoria”, esa medida no iba dirigida contra los colonos judíos. Todo lo contrario: Formaba parte de la operación clandestina general, que consistía en convertir Gaza en un campo de concentración. Mientras los colonos judíos vivieran dentro de Gaza, no se podía lograr el objetivo de mantener un gran territorio como prisión bloqueada. La implementación de la “Operación plomo fundido” exigía que “no haya judíos en Gaza”.
3. La construcción del infame Muro del Apartheid fue decidida a comienzos del gobierno de Sharon.
4. La próxima fase fue la victoria electoral de Hamas en enero de 2006. Sin Arafat, los arquitectos de la inteligencia militar israelíes sabían que Fatah bajo Mahmud Abbas perdería las elecciones. Formaba parte del guión, que había sido previsto y analizado mucho antes.
Con Hamas a cargo de la Autoridad Palestina, con el pretexto de que Hamas es una organización terrorista, Israel realizaría el proceso de “cantonización” tal como fue formulado en el Plan Dagan. Fatah bajo Mahmud Abbas seguiría formalmente a cargo de Cisjordania. El gobierno de Hamas, debidamente elegido, sería limitado a la Franja de Gaza.
Ataque por tierra
El 3 de enero, tanques e infantería israelíes penetraron en Gaza en una ofensiva terrestre total:
“La operación por tierra fue precedida por varias horas de fuerte fuego de artillería nocturno, incendiando objetivos con llamas que estallaron en el cielo de noche. El fuego de ametralladoras resonaba mientras brillantes balas trazadoras rompían la oscuridad y el estallido de cientos de obuses elevaba provocaba llamaradas”. (AP, 3 de enero de 2009)
Fuentes israelíes han señalado que será una operación militar prolongada. “No será fácil y no será breve”, y dijo el ministro de defensa Ehud Barak en una alocución por televisión.
Israel no trata de obligar a Hamas “a cooperar”. Lo que encaramos es la implementación del “Plan Dagan” como fuera inicialmente formulado en 2001, que requería:
“una invasión de territorio controlado por palestinos por unos 30.000 soldados israelíes, con la misión claramente definida de destruir la estructura de la dirigencia palestina y de recolectar armas actualmente en poder de las diversas fuerzas palestinas, y de expulsar o matar a su dirigencia militar”. (Ellis Shulman, op. Cit., énfasis agregado)
La cuestión más amplia es si Israel, en consulta con Washington, quiere provocar una guerra más amplia.
Una expulsión podría ocurrir en alguna etapa posterior de la invasión por tierra, si los israelíes abrieran las fronteras de Gaza para permitir un éxodo de la población. Ariel Sharon se refirió a la expulsión como “una solución al estilo de 1948”. Para Sharon “sólo es necesario encontrar otro Estado para los palestinos. ‘Jordania es Palestina’ – fue la frase acuñada por Sharon”. (Tanya Reinhart, op. Cit.)
(mas...)
© Copyright Michel Chossudovsky, Global Research, 2009

Esa bárbara operación de exterminio –apoyada por la mayoría de los israelíes es incentivada por el sistema de poder de los EEUU con la complicidad de la mayoría de los gobiernos de la Unión Europea- y acompañada de una ambiciosa y ofensiva mediática de ámbito mundial que deforma la Historia y pretende justificar el crimen con el argumento de que Israel ejerce el derecho a la autodefensa para proteger a su población y sobrevivir como nación.
Estamos frente a una de aquellas tragedias en que las palabras son insuficientes –como aconteció con las matanzas del III Reich alemán – para calificar las proporciones del significado del crimen.
La desinformación, garantizada por el control hegemónico de los grandes media, dificulta extraordinariamente el esclarecimiento de los pueblos porque la víctima es presentada como agresor y éste como representantes de valores inalienables de la democracia.
La primera y fundamental mentira es la que responsabiliza a Hamas por el rompimiento de la tregua. Israel, al iniciar el bombardeo aéreo y naval seguido de la invasión terrestre, estaría protegiendo a la población de sus ciudades y aldeas afectadas por cohetes palestinos.
Se trata de una grosera mentira.
Existe una abundante documentación secreta del propio Ministerio de la Defensa israelita que demuestra con claridad la premeditación del crimen por el gobierno de Tel Aviv.
Encontramos una síntesis de hechos relacionados con esa premeditación en un importante artículo del profesor canadiense Michel Chossudovsky de la Universidad de Ottawa.
En ese texto (divulgado por globalresearch.ca) el prestigioso economista y escritor señala que la “operación plomo fundido” fue minuciosamente planeada con seis meses de anticipación, cuando Israel iniciaba la negociación de un acuerdo de cese al fuego con Hamas.
El proyecto fue concebido en 2001.
El 4 de Noviembre próximo pasado, día de las elecciones presidenciales en los EEUU, Israel además rompió la tregua bombardeando la Franja de Gaza, alegando la necesidad de impedir la construcción de túneles por los palestinos.
Chossudovsky llama la atención hacia el hecho de que transcurridas 24 horas, el 5 de Noviembre, el gobierno de Tel Aviv inicio el monstruoso bloqueo de Gaza, cortando el abastecimiento a la Franja de alimentos, combustible y medicamentos.
Posteriormente el Ejército israelita realizo numerosas incursiones armadas en el territorio de Gaza.
Hamas, en legítima defensa, respondió con el lanzamiento de cohetes de fabricación casera.
No hay mentiras y calumnias que puedan apagar la evidencia: apenas 4 israelitas murieron a consecuencia del disparo de los cohetes de Hamas, pero la agresión sionista es responsable, hasta hoy 6 de enero, de la muerte de más de 500 palestinos, superando ya 2.000 el número de heridos.
Gaza, un escenario de Apocalipsis
Las noticias que llegan de Gaza y las imágenes transmitida por la televisión iluminan un escenario de apocalipsis: manzanas enteras arrasadas, mezquitas bombardeadas en la hora de la oración, hospitales y universidades destruidos. Niños y mujeres ensangrentados moviéndose entre las ruinas, cuerpos humanos esfacelados. En Gaza no hay pan, barrios enteros están privados de la electricidad y agua.
Pero la monstruosidad del genocidio merece el apoyo de Washington. El Presidente Bush lo justifica en nombre de la democracia tal como él la siente. Además impide que el Consejo de Seguridad apruebe una Resolución que imponga el cese al fuego.
La actitud prevaleciente en los gobiernos de la Unión Europea es de hipocresía y cinismo. Afirman desear un cese al fuego, algunos definen como “excesiva la respuesta de Israel”, pero manifiestan comprensión por su reacción defensiva contra “los terroristas de Hamas”.
Rusia y China condenan la escalada de violencia que afecta a Gaza, pero su actitud carece de firmeza en el Consejo de Seguridad.
Los pueblos árabes salen masivamente a las calles para expresar su condena a la masacre de Gaza. Pero es diferente la posición asumida por los gobiernos de la mayoría de los países árabes. Sus gobernantes se comportan como cómplices vergonzantes de Tel Aviv.
Sarkozy, la canciller Merkel, Berlusconi, Brown, Durão Barroso intercambian sonrisas y amabilidades con Olmert y la ministra Livni.
El presidente Shimón Perez miente descaradamente en sus entrevistas.
Hipócrita y cobarde es también la postura asumida por el Presidente de la Autoridad Nacional Palestina. Mahmud Abbas pide un cese al fuego, pero responsabilizó inicialmente a sus compatriotas de Hamas por la escalada de violencia.
En la cobertura de la agresión israelita por los medios de comunicación de los EEUU y de la Unión Europea identifico un retrato chocante del periodismo mercenario.
Los enviados especiales, con pocas excepciones, se limitan a transmitir las declaraciones de los ministros y de los militares de Israel.
Las imágenes de las casas afectadas en las ciudades israelitas fronterizas ocupan en algunos reportajes casi tanto espacio y tiempo como las del infierno en que Gaza fue transformada por los bombardeos de Israel.
En los media portugueses de referencia la satanización de Hamas se torno rutinaria.
Editores, analistas, presentadores, enviados especiales compiten en la repetición monocorde del “derecho de autodefensa de Israel” contra el terrorismo.
De Washington a Paris pasó también a ser casi obligatorio adjudicar a Irán la responsabilidad por la resistencia heroica de los milicianos de Hamas.
La extrema derecha estadounidense, sobretodo, no esconde su deseo de que la barbarie que abraza Gaza sea el prologo de una tragedia mayor que envuelva a Irán, origen de una de las mayores civilizaciones creadas por la humanidad.
El apocalipsis de Gaza transmite una lección estremecedora: la barbarie del Estado sionista de Israel, apoyada por el imperialismo estadounidense y contemplada comprensivamente por sus aliados de la Unión Europea, configura una amenaza a la civilización.
En un contexto histórico muy diferente, las burguesías de Occidente traen a la memoria la atmosfera europea en las vísperas de Munich. Afirman su fidelidad a los valores de la democracia tal como la conciben, pero actúan como cómplices de un Estado cuya política los niega y pisotea al promover matanzas como la de Gaza.
La solidaridad de todos los hombres y mujeres progresistas con el heroico pueblo de Palestina martirizada es más que nunca un deber.
En estos días los combatientes de Hamas, al luchar por el derecho de su pueblo a ser libre e independiente, combaten, al final, por valores eternos.
El genocidio de Gaza es un desafío del sionismo neofascista a la Humanidad.
Serpa, 6 de Enero del 2009
N de la R: La aprobación por el Consejo de Seguridad en la madrugada del día 9 de una Resolución pidiendo el cese al fuego no quita actualidad a este artículo de Miguel Urbano Rodrigues.
El número de muertos palestinos en Gaza se acercaba ya a 800 y el de heridos superaba los 3000.
www.odiario.info
Miguel Urbano Rodrigues
Es un hecho confirmado por Amnesty International (www.amnesty.org, 31-12-08).
Al Fatah, base política de la AP, sufrió una derrota aplastante ante Hamas en las elecciones del 2006 en Gaza y es su ríspido adversario declarado.
La operación Plomo Fundido, que Israel inició el 27 de diciembre, no es una improvisación:
“Fuentes militares revelaron que el ministro de Defensa, Ehud Barak, ordenó hace más de seis meses a las fuerzas de Defensa de Israel que prepararan esa operación, aun cuando Israel había comenzado a negociar un cese del fuego con Hamas”.
Esto no lo denuncia un diario árabe, sino el periódico israelí Ha’aretz (27-12-08) y subraya el doble discurso de Olmert y Cía.
En realidad, el plomo de la operación se viene fundiendo hace años y su objetivo es echar a los palestinos de su tierra. Los cuatro millones de desalojados desde 1948 ya no le bastan a Tel Aviv.
Ariel Sharon, a poco de asumir el cargo de primer ministro de Israel, en febrero del 2001, ordenó un operativo en el que los cazas F-16 de fabricación estadounidense se utilizaron por primera vez para bombardear ciudades palestinas:
“Un plan de contingencia –su nombre codificado es Operación Venganza Justificada– fue diseñado en junio pasado (del 2001) para reocupar toda Cisjordania y tal vez la Faja de Gaza”. (The Washington Times, 19-3-2002)
El propósito del plan era lanzar un ataque en gran escala para aplastar a la autoridad palestina, “sacar del juego” a su líder Yasser Arafat “y matar o detener a los efectivos de su ejército”. (The New York Times, 12-7-01)
El presidente egipcio completó el cerco israelí de Gaza, de consuno con Tel Aviv: ordenó el cierre de los pasos fronterizos que permitirían huir de la matanza a miles de civiles palestinos. Al parecer, la voluntad de exterminio no sólo está dedicada a Hamas.
Esa operación se conoció también como el Plan Dagan, por el general (R) Meir Dagan, entonces asesor de Sharon y actual jefe del Mossad.
El ataque se desencadenaría “después de un atentado suicida palestino que causara muchos muertos y heridos civiles en Israel, esgrimiendo la justificación del derramamiento de sangre”. (www.MiddleEast.org, diciembre 2001)
El Plan Dagan incluía una suerte de cantonización de los territorios palestinos, aislando completamente a Gaza de Cisjordania y negociando por separado con cada “gobierno” de ambos territorios y con los respectivos responsables de la seguridad y de los servicios de inteligencia. (Le Monde, 17-12-01)
Hay más.
El asesinato de Yasser Arafat estaba sobre la mesa de las autoridades israelíes desde 1996 y era otro componente del Plan Dagan.
En un documento preparado por los servicios de seguridad en octubre del 2000 a pedido del entonces primer ministro Ehud Barak –del que publicó detalles el diario israelí Ma’ariv (6-7-01)– se indicaba que “Arafat, la persona, es una grave amenaza a la seguridad del estado (de Israel) y los perjuicios que causaría su desaparición son inferiores a los que su existencia origina”.
El gabinete israelí decretó su “remoción” a mediados de septiembre del 2003 por considerarlo “un obstáculo para la paz”.
El sentido de la palabra “remoción” quedó claro: el entonces ministro de Defensa Shaul Mofaz declaró:
“Elegiremos el medio correcto y el tiempo correcto para matar a Arafat”. (www.mehrnews.com, 9-11-05)
Un proyecto de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU condenando la decisión israelí fue vetado por EE.UU. (news.bbc.co.uk, 16-9-03)
Cuándo no.
El mundo asiste hoy a la aplicación del Plan Dagan tal como se diseñó en el 2001: establece “una invasión del territorio palestino por unos 30.000 soldados israelíes con la misión claramente definida de destruir la infraestructura del liderazgo palestino... y de expulsar o matar a su comando militar” (www.globalresearch.ca, diciembre 2001)
La idea tiene un rancio abolengo ya señalado en esta columna (ver Página/12, 4-1-09).
Como dijera el legislador árabe-israelí Jamal Zahalka:
“El dilema del sionismo en 1948 era, en realidad, elegir un sistema de apartheid o la guerra y la expulsión de los palestinos”.
Y una cosa antes de la otra o las dos juntas, ¿por qué no?
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