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Guerra Irregular |
El Pentágono acaba de aprobar una nueva directiva política que eleva el concepto de “Guerra Irregular” al mismo nivel que la Guerra Tradicional.
Guerra Irregular, según el Pentágono, se trata de la batalla contra insurgentes y terroristas, muchas veces clandestina.
Esta directiva, firmada por el sub-Secretario de Defensa, Gordon England, y aprobada por el Secretario de Defensa Robert Gates, obliga al Pentágono aumentar sus capacidades generales para luchar de manera no convencional, utilizando y promoviendo movimientos de “resistencia” en países considerados “frágiles” por Estados Unidos para imponer gobernantes subordinados a los intereses de Washington.
Tácticas de Guerra Irregular también incluyen infiltración en las fuerzas de seguridad de diferentes países de interés estrategico, el combate contra regímenes considerados “hostíles” pero no “enemigos” en si, como sería el caso de Venezuela, por ejemplo, el uso de las operaciones psicológicas contra las poblaciones y la subversión como mecanismo para lograr divisiones y conflictos en la sociedad civil.
Esta nueva política fue el resultado de más de un año de debate dentro del sistema de defensa estadounidense, que además de las agencias de defensa e inteligencia incluye a las empresas del complejo militar industrial.
Forma parte de una reestructuración mayor del papel de las fuerzas armadas estadounidenses frente a la creciente amenaza de actores no-estatales y grupos considerados “terroristas” por Washington que atentan contra las poblaciones civiles.
También, el Pentágono ha determinado que aunque su capacidad de Guerra Tradicional es superior a sus adversarios principales ellos entonces han asumido la lucha asimétrica como forma de batalla más efectiva contra la super potencia militar de Estados Unidos.
Según Michael G. Vickers, Asistente Secretario de Defensa para Operaciones Especiales/Conflictos de Bajo Intensidad y Capabilidades Inter-dependientes y el arquitecto principal de ésta nueva política, “los Estados Unidos es considerablemente superior en todas las capacidades tradicionales… y más y más adversarios nuestros se han dado cuenta que les conviene mejor combatirnos de manera asimétrica”.
Esta política busca preparar las fuerzas armadas estadounidenses para los conflictos del futuro e impedir las errores hechos en Irak, Afganistán, Vietnam y otros lugares donde los adversarios han empleado existosamente tácticas de contrainsurgencia contra las fuerzas armadas de EEUU y su poder militar.
El propio Secretario de Defensa Robert Gates, quien ha ocupado este cargo durante los últimos dos años del gobierno de George W. Bush y ahora se quedará como el jefe máximo militar bajo la presidencia de Barack Obama, alertó que para el futuro próximo, Estados Unidos enfrentará sus principales amenazas de insurgentes y grupos extremistas que operan en países débiles o estados fallidos.
Según Gates, Estados Unidos “no tiene el lujo de no combatirlos simplemente porque no están conformes con las nociones de Guerra preferidas por Washington”.
La nueva directiva del Pentágono de 12 páginas, afirma que la Guerra Irregular “es estratégicamente tan importante que la Guerra Tradicional”.
Definda como “una lucha violenta entre actores estatales y no estatales para la legitimidad e influencia sobre una población relevante,” la Guerra Irregular favorece las tácticas “indirectas y asimétricas… para debilitar y destruir el poder, la influencia y la voluntad del adversario,” según lo articulado en la directiva.
Incluido en esta nueva iniciativa es un plan para la construcción de una red global liderada y coordinada por el Pentágono, compuesta por diferentes fuerzas militares, mercenarios y operadores políticos de diferentes países con los cuales Estados Unidos no se encuentra en un conflicto actual.
La red será diseñada para realizar operaciones “contra-terroristas” constantes y para apoyar las capabilidades de conducir campañas de Guerra Irregular más amplias. Según Vickers, la red “creará una presencia persistente contra nuestros adversarios… esencialmente para asfixiarlos durante un tiempo…”
El cambio que representa esta política también se traduce a las prioridades presupuestarias. Por ejemplo, la Guerra Irregular es más intensiva en cuanto al uso de la fuerza humana en lugar de la fuerza de los equipos militares.
Más recursos ahora serán invertidos en entrenamiento del Ejército y las Fuerzas Especiales de la Marina en áreas como idiomas (para poder ejecutar operaciones psicológicas en diferentes países) y subversión.
La nueva directiva también llama para reforzar el Comando de Operaciones Especiales del Pentágono para “desarrollar capacidades para extender el alcance de Estados Unidos a lugares difíciles y no predicibles a través de las operaciones conjuntas con fuerzas extranjeras, mercenarios y la conducción de operaciones clandestinas”.
El presupuesto también será ampliada para las actividades y los operadores de inteligencia, reconocimiento y espionaje, tanto como las necesidades de aviación para Guerra Irregular. El hecho de que esta directiva ha sido aprobada en este momento significa que la Guerra Irregular será la principal política bélica empleada por el Presidente Barack Obama.
La forma en que se ejecuta la Guerra Irregular, de manera clandestina, enfocada más en subversión, operaciones psicológicas y el uso de fuerzas especiales conjuntas para lograr el control y la subordinación de poblaciones civiles en países estratégicamente importantes para Washington, representa más las estrategias tradicionalmente empleadas por los gobernantes demócratas en Estados Unidos.
A diferencia de los republicanos, como Bush, que son más agresivos y bélicos de forma abierta, los demócratas preserven y prefieren las tácticas menos visibles para lograr los mismos objetivos.
De cierta manera, ésta realidad hace más peligroso un gobernante demócrata en Washington que un republicano, porque su mensaje visible decepciona y engaña con su diplomacia y suavedad, mientras que clandestinamente ejecuta guerras e invade países con mecanismos de subversión y capacidades irregulares.
Eva Golinger

La nueva Estrategia Nacional de Defensa (NDS, por sus siglas en inglés) pregona un balance entre la modernización ineludible de las fuerzas convencionales, que absorben el aplastante presupuesto burocrático del Pentágono, y las nuevas necesidades más flexibles de la “contrainsurgencia”, para contrarrestar la “guerra asimétrica” que no goza de simpatía pecuniaria de los fiscalistas militares ni del Congreso:
“lo que los militares denominan operaciones cinéticas deben estar subordinadas a medidas destinadas a promover una mejor gobernación, programas económicos que estimulen el desarrollo, y esfuerzos (sic) que canalicen los agravios entre los descontentos, reclutados por los terroristas”.
Refiere que “Estados Unidos nada probablemente ni próximamente repetirá otro Irak o Afganistán; es decir, un cambio de régimen forzado seguido por la construcción del país bajo fuego”.
El grave problema, a nuestro juicio, es que la “Doctrina Bush” de “guerra preventiva” con disfraz democrático cambia los regímenes aniquilando eternamente a los países.
De ahora en adelante, tal tarea reconstructiva se realizará mediante “abordajes indirectos, primordialmente, la edificación de la capacidad de gobiernos socios y sus fuerzas de seguridad”.
¿Algo así como el fracasado Plan Colombia y su caricatura funesta, la calderonista Iniciativa Mérida?
Su temor versa sobre las “consecuencias de no abordar adecuadamente los problemas expuestos por las insurgencias y los estados fracasados”.
Sin definirlo explícitamente, expone la ominosa situación de Pakistán, ejemplo de “un Estado nuclear que puede colapsarse en caos y criminalidad”.
La “contrainsurgencia” no es la forma preferida del Pentágono para librar sus “guerras largas”, por lo que los “esfuerzos (sic) militares de Estados Unidos deberán integrarse y coordinarse con las agencias civiles, así como comprometerse con el conocimiento del sector privado, que incluya a las ONG y a la academia”.
¿Dónde quedan los mercenarios privados y depravados tipo Blackwater?
La verdadera victoria “es conseguir un objetivo político”, como definió Clausewitz, cuando los “potenciales adversarios –desde las células terroristas, pasando por los estados-canalla hasta los poderes emergentes– poseen en común haber aprendido que es imprudente confrontar a Estados Unidos directamente en términos militares convencionales”.
Coloca en perspectiva las “amenazas convencionales” de Rusia y China:
“la flota de guerra estadunidense es todavía la mayor de las siguientes 13 armadas combinadas del mundo, 11 de las cuales son aliadas o socias de Estados Unidos”.
Repele el fantasma de la guerra fría y aduce que las “motivaciones de Rusia” en el Cáucaso “representan el deseo de exorcizar su humillación pasada para dominar su periferia inmediata, y no constituye una campaña ideológica para dominar al mundo”.
Recuerda haber sido, durante su estadía en la CIA, un experto en la medición del poderío militar soviético y deduce que la Rusia de hoy es una sombra de su antecesor soviético”, con severos problemas demográficos.
Alega que en el “mediano plazo” el “predominio de Estados Unidos en la guerra convencional es sostenible”, y realiza una pregunta acuciante: “¿En qué lugar libraremos una larga guerra convencional?” Con ausencia de enemigos mayores al frente, tal pregunta “realista” seguramente perturbará a los superbélicos neoconservadores straussianos.
Su preocupación se centra en lo que denominamos el “Síndrome Hezbollah”: cuando las “milicias, grupos insurgentes, otros actores no estatales y militares de los países en vías de desarrollo adquieren cada vez más tecnología, letalidad y sofisticación, como fue ilustrado por las pérdidas y la victoria de propaganda que Hezbollah fue capaz de infligir a Israel en 2006. El realmacenamiento de Hezbollah en misiles y cohetes empequeñece el inventario de muchos países”.
Gates cita a dos académicos militares: Michael Evans, quien describió las próximas guerras “en las que Microsoft coexistirá con machetes y la tecnología furtiva se conjugará con hombres-bomba”, y a Frank Hoffman, quien percibía que los “escenarios híbridos” (con “tácticas de destrucción” que van “de lo simple a lo sofisticado”) combinan “la letalidad del conflicto estatal con el fervor fanático y prolongado de la guerra irregular”.
Recopila que en los recientes 40 años, con excepción de la primera Guerra del Golfo, las guerras que ha librado Estados Unidos han sido de corte “no convencional”: Vietnam, Líbano, Granada, Panamá, Somalia, Haití, Bosnia, Kosovo, Afganistán, Irak y el Cuerno de África.
Invoca al general Charles Krulak, comandante del cuerpo de marines, quien predijo hace una década que en lugar del bien amado “Hijo de la Tormenta del Desierto”, los militares de Occidente están confrontados con el indeseable “hijastro de Chechenia”.
Sin expresarlo explícitamente, Gates asesta una severa crítica al RAM (Revolución en Asuntos Militares), el espejismo de su antecesor Donald Rumsfeld y sus aliados neoconservadores straussianos:
“no se debe descuidar la dimensión sicológica, cultural, política y humana de la guerra que es inevitablemente trágica, ineficiente e incierta, por lo que es importante ser escéptico de los análisis de sistemas, de los modelos computacionales y teoría de juegos, que sugieren lo contrario”.
Sugiere que “habría que ser modestos sobre lo que la fuerza militar puede lograr y lo que la tecnología puede conseguir”, y concluye que durante sus 42 años de servicio en la “arena de la seguridad nacional” aprendió que dos de las más importantes cosas son “la apreciación de los límites y el sentido de humildad”.
Se quedó corta la Metamorfosis de Franz Kafka.
Los documentos, solicitados por los investigadores bajo la Ley de Acceso a la Información de Estados Unidos (Freedom of Information Act “FOIA”), destacan que la USAID en Bolivia fue el “primer donante que apoyaba a los gobiernos departamentales” y “los programas de descentralización” en el país, evidenciando entonces que la agencia estadounidense ha sido uno de los principales financistas y promotores de los proyectos separatistas promovidos por los gobiernos departamentales en el oriente boliviano.
DESCENTRALIZACIÓN Y SEPARATISMO
En total, los documentos afirman que la USAID ha manejado aproximadamente $85 millones anualmente en Bolivia, que se ha dividio entre sus programas de seguridad, democracia, crecimiento económico, e inversión social.
El programa de Democracia se ha dedicado durante los últimos años a una seria de “prioridades”, la primera denominada “Gobernabilidad democrática descentralizada: Gobiernos Departamentales y Municipales”.
Según uno de los documentos clasificado como “sensible”, éste trabajo de la descentralización comenzó cuando la USAID estableció en Bolivia una Oficina para las Iniciativas hacia una Transición (OTI) durante el año 2004.
Las OTI son oficinas de respuesta rápida a una crisis política en un país considerado “estratégicamente importante” para los intereses estadounidenses.
Las OTI solo atienden a asuntos políticos, y generalmente manejan fondos líquidos de altas cantidades.
Las OTI operan como agencias de inteligencia dado a su forma de contratar empresas estadounidenses que luego abren sedes locales en los países donde buscan direccionar altas cantidades de financiamiento a partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil (ONG) que promueven la agenda de Washington.
Luego del fracaso del golpe de estado contra el Presidente Chávez en Abril 2002, la USAID abrió una OTI en Venezuela dos meses después, en Junio 2002, con un presupuesto por encima de los $10 millones que desde entonces ha filtrado alrededor de $50 millones a través de cinco instituciones estadounidenses a más de 450 ONGs, programas y grupos políticos de la oposición.
En el caso de Bolivia, la OTI contrató a la empresa estadounidense Casals & Associates para coordinar un programa de descentralización y autonomía en las zonas de la media luna boliviana, con énfasis en el departamento de Santa Cruz, y para realizar talleres de capacitación para fortalecer los partidos políticos de oposición contra la entonces candidatura de Evo Morales.
Luego de la elección de Evo Morales a la presidencia en el 2005, la OTI direccionó todo su trabajo a los proyectos separatistas y los referéndos autonómicos en Bolivia Oriental.
A partir del año 2007, el trabajo de la OTI, que contaba con un presupuesto adicional de $13.3 millones, fue absorbado por el Programa de Democracia de la USAID/Bolivia, lo cual ha venido reforzando este proyecto separatista desde entonces.
El trabajo de la USAID en Bolivia cubre casi todos los sectores de la vida política, penetrando la sociedad boliviana e intentando promover un modelo político e ideológico estadounidense.
La inversión en la “descentralización” incluye todo el apoyo y la asesoría necesaria para conformar regiones “autónomas”, desde la planificación departamental, la gestión financiera, la estrategia comunicacional, la estructura presupuestaria departamental, el desarrollo económico regional y la organización territorial - todo preparado e implementado por los representantes de la USAID y sus contrapartes bolivianas.
Como parte del programa denominado “Fortaleciendo las Instituciones Democráticas” (SDI), la USAID destaca su trabajo de “enriquecer el diálogo sobre la descentralización; mejorar el manejo de los recursos presupuestarios departamentales; y promover el desarrollo económico regional”. Hasta han creado “laboratorios de organización territorial” para ayudar los gobiernos departamentales implementar su autonomía.
Según un documento de fecha 30 de noviembre de 2007, justo meses antes de los procesos referendarios separatistas en Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, el programa de “Iniciativas Democráticas” de la OTI/USAID trabajó de manera cerca con los Prefectos en ésas regiones para “desarrollar modelos de gobiernos ‘sub-nacionales, de-concentrados’”.
En éstas regiones, han anunciado que su objetivo es lograr una división política y económica del gobierno nacional para que puedan manejar y beneficiarse de manera autonómica los recursos estratégicos que se encuentran en sus regiones.
No es por casualidad que éstas iniciativas separatistas se concentran en las zonas más ricas en gas, agua y poder económico.
Este financiamiento multi-millonario de la USAID a los proyectos separatistas en la zona oriental de Bolivia ha alimentado su acciones desestabilizadoras durante los últimos años, incluyendo la violencia contra las comunidades indígenas, actos de terrorismo y planes de magnicidio contra el Presidente Morales.
FORTALECER LOS PARTIDOS POLÍTICOS DE OPOSICIÓN
Otra prioridad principal del trabajo de la USAID en Bolivia, evidenciada en los documentos desclasificados, ha sido su extenso financiamiento y capacitación para los partidos políticos de oposición.
A través de las instituciones estadounidenses, Instituto Republicano Internacional (IRI) y Instituto Demócrata Nacional (NDI), dos entidades consideradas brazos internacionales de los partidos políticos de EEUU que reciben su financiamiento del Departamento de Estado y del congreso estadounidense a través de la National Endowment for Democracy (NED), la USAID ha venido alimentando grupos políticos y dirigentes sociales de oposición en Bolivia.
Durante el año 2007, dedicaron $1.250.000.00 a la “formación para los miembros de partidos políticos sobre los procesos políticos actuales, incluyendo la Asamblea Constituyente y el Referéndum Autonómico”. Los principales beneficiarios han sido de los partidos Podemos, MNR, MIR y más de 100 ONGs bolivianas.
INTERVENCIÓN EN PROCESOS ELECTORALES
También gran parte del trabajo de la USAID en Bolivia se ha dedicado a intervenir en los procesos electorales durante los últimos años.
Esto ha incluido la formación de una red de 3 mil “observadores” capacitados por la organización Partners of the Americas, entidad estadounidense financiada por la USAID.
La creación de “redes” en la sociedad civil para monitorear los procesos electorales ha sido una estrategia utilizada por las agencias de Washington en países como Venezuela, Ecuador y Nicaragua, para luego intentar desacreditar los procesos electorales y denunciar fraude cuando los resultados no favorecen la agenda estadounidense.
En el caso de Venezuela, el grupo que ha liderado este trabajo es Súmate, una ONG venezolana creada con financiamiento de la NED y la USAID que ha intentado presentarse como un actor “apolítico”, pero que en realidad ha sido promotor del referéndum revocatorio contra el Presidente Chávez y ha denunciado fraude en todos los procesos electorales durante los últimos años a pesar de que éstos han sido certificados como légitimos por instituciones internacionales, como la OEA, la Unión Europea y el Centro Carter.
Estas “redes” funcionan como nucleos de la oposición durante los procesos electorales para reforzar su posicionamiento y tener una presencia y vocería en los medios de comunicación.
PENETRACIÓN EN LAS COMUNIDADES INDÍGENAS
El trabajo de la USAID en Bolivia no está orientada solamente al fortalecimiento de la oposición tradicional al gobierno de Evo Morales, sino también penetran e infiltran en las comunidades indígenas, buscando nuevos actores que promueven la agenda de Washington pero con una cara más representativa del puebo boliviano.
En un documento desclasificado, los representantes de la USAID hablan de la necesidad de dar “más apoyo a los pasantes indígenas que trabajan en la USAID y la Embajada [de Estados Unidos en La Paz] para construir y consolidar una red de graduados que abogan por el gobierno estadounidense en áreas claves”.
También destacan su trabajo de “fortalecer la ciudadanía democrática y el desarrollo económico local para los grupos más vulnerables de los indígenas en Bolivia”.
Según la USAID, “éste programa muestra que ningún país o gobierno tiene un monopolio sobre la ayuda a los indígenas… éste programa demuestra que Estados Unidos es amigo de Bolivia y de los indígenas…”
Los documentos desclasificados en su formato original y con traducción al español están disponibles en: link
PRINCIPALES EMPRESAS CONTRATADOS POR EL PROGRAMA DE DEMOCRACIA DE LA USAID EN BOLIVIA
Nombre del Contratado: Chemonics International, Inc
Valor del Contrato: $ 9,266,911.00
Nombre del Proyecto: Actividad unilateral titulada: Fortaleciendo las Instituciones Democráticas
Principales Actividades:
A. Apoyando la consolidación de la descentralización en Bolivia
B. Fortaleciendo la sociedad civil:
i. educación cívica
ii. fortaleciendo la capacidad del lobby
iii. fortaleciendo los medios profesionales
C. Apoyando la legislatura
i. Estableciendo una unidad de servicios legislativos dentro del Congreso
ii. Codificación legal
Nombre del Contratado: Vanderbilt University
Valor del Contrato: $ 678,497.00
Nombre del Proyecto: Actividad unilateral titulada: Encuesta de valores democráticos Principales Actividades: encuestas bi-anuales sobre la cultura democrática
Nombre del Contratado: Consortium para Procesos Electorales y Políticos (CEPPS), implementado por el Instituto Demócrata Nacional (NDI) y el Instituto Republicano Internacional (IRI)
Valor del Contrato: $ 1,250,000.00
Nombre del Proyecto: Actividad unilateral titulada: Apoyo Electoral
Principales Actividades:
A. Educación ciudadana sobre la Asamblea Constitucional y el proceso del referéndum autonómico.
B. Formación para los miembros de partidos políticos sobre los procesos políticos actuales (asamblea constituyente y referéndum autonómico)
Nombre del Contratado: Checchi & Compañía Consultores, Inc
Valor del Contrato: $ 14,484,220.00 (incluyendo un año opcional)
Nombre del Proyecto: Actividad Bilateral titulada: Administración de Justicia en Bolivia
Principales Actividades:
A. Dar asistencia técnica para adelantar y consolidar reformas legales e institucionales para lograr un mejoramiento en el sistema penal en el país.
B. Dar asistencia técnica para facilitar acceso a la justicia a través de Centros Integrales de Justicia (IJC) en zonas de conflicto en el país.
C. Proveer asistencia técnica para adelantar reformas institucionales y legales dirigidas a fortalecer la seguridad legal en Bolivia, y atraer inversiones y promover el desarrollo.
Nombre del Contratado: Partners of the Americas (POA)
Valor del Contrato: $ 7,386,697.00
Nombre del Proyecto: Actividad unilateral titulada: Administración de Justicia en Bolivia – Sociedad Civil
Principales Actividades:
A. Suministrar asistencia técnica a organizaciones de la sociedad civil para comprender, promover y abogar con los ciudadanos las reformas en el sistema judicial que están tomando lugar en el país.
B. Promover en las organizaciones de la sociedad civil una capacidad doméstica para lograr observaciones electorales en el país.
Nombre del Contratado: Federación de Asociaciones Municipales de Bolivia – FAM
Valor del Contrato: $ 215,000.00
Nombre del Proyecto: Apoyando y promoviendo municipios y la descentralización
Principales Actividades:
A. Optimizar la postura de la FAM sobre temas relacionadas con la descentralización, el municipalismo, la autonomía y sujetos relacionados como discutidos en la asamblea constituyente y otros lugares públicos y democráticos
Eva Golinger
En entrevista concedida a teleSUR, Golinger se refirió a los documentos desclasificados a los que tuvo acceso luego de una investigación que, junto al investigador estadounidense Jeremy Bigwood, le permitió conocer aspectos fundamentales del trabajo de la USAID en Bolivia, relacionados principalmente al financiamiento de acciones desestabilizadoras contra el Gobierno de ese país, gobernado por el presidente Evo Morales.
A continuación el texto completo de la entrevista:
¿Cuántos documentos son desclasificados en ésta ocasión y precisar si, efectivamente, el monto llega casi a los 100 millones de dólares?
Estos son documentos que, junto al investigador y periodista estadounidense Jeremy Bigwood, hemos venido solicitando bajo una Ley en Estados Unidos, la Ley de Acceso a la Información, que permite desclasificar documentos de las diferentes agencias de EEUU sobre sus actividades en diferentes partes del mundo y distintos ambientes.
En ésta serie en particular que, realmente recibimos hace dos días, de una solicitud realizada hace varios años, son una serie de 14 documentos, aunque aún estamos esperando más, son de la USAID en Bolivia, sobre lo que han venido haciendo en su trabajo con un programa que ellos titulan sobre democracia.
Lo que demuestran los documentos es que, anualmente, está invirtiendo la USAID en Bolivia alrededor de 85 millones de dólares, a partir de hace varios años, pero el cálculo de casi 100 millones de dólares lo he realizado basado en lo que ha sido la inversión específica en programa de democracia, que incluso ha venido aumentando cada año, y me llama la atención el hecho de que para este año fiscal de 2009 ya están aportando casi 30 millones de dólares para el programa de democracia, y dentro de ese programa incluye un trabajo acerca de la la descentralización, las autonomías, los procesos electorales, los partidos políticos del sector de la oposición, de la sociedad civil.
A propósito de las estrategias o los para qué se han utilizado éstos cuantiosos recursos ¿Básicamente están orientados a lo que se ha conocido como la Media Luna?
En gran parte, este dinero, este financiamiento y apoyo, asesoría estratégica, formación, capacitación, porque es una serie de ayudas distintas, porque no sólo es el dinero que aportan, sino también el apoyo político y la capacitación estratégica que están dando a estos sectores a partir del año 2004, cuando comienzan a orientarse en esa zonas y eso va aumentando en 2005 durante la campaña presidencial, y cuando ya gana la presidencia Evo Morales, ya a partir de 2006, el trabajo de la USAID se desvía por completo a trabajar en esas regiones y en el tema de los que ellos llaman la descentralización, pero lo que mejor conocemos como procesos autonómicos, procesos separatistas en la zona de la Media Luna.
Ellos mismos dicen que la zona donde más trabajan es en Santa Cruz, que ha sido también el bastión de la oposición, de la extrema derecha, del neofascismo, los movimientos violentos, de los movimientos separatistas, incluso hasta hace pocos días vimos vínculos con actos terroristas.
Leyendo los documentos, varias son las inquietudes que surgen alrededor de ellos, una en particular es la relación entre los partidos políticos de Estados Unidos y éstos partidos políticos de oposición en Bolivia, principalmente el Podemos.
Hay que entender que no son exactamente los partidos políticos de EEUU que están teniendo ese vínculo, sino hay dos instituciones que fueron formadas en el año de 1984 como parte de lo que es la NED, que es otra organización como la USAID, que financia a llamados proyectos de democracia en el mundo.
La NED es el Instituto Republicano Internacional y la USAID es el Instituto Demócrata Internacional, son considerados como los brazos internacionales de los partidos Republicano y Demócrata, pero en realidad son filtros de dinero y apoyo estratégico, capacitación, hacia partidos políticos para que promuevan la agenda de Estados Unidos en el exterior.
Entonces ellos han venido realizando éste trabajo ya, más o menos a partir del año 2004, de manera bastante contundente con éstos sectores que hoy en día componen la oposición al Gobierno de Evo Morales y, en particular, al partido principal que es Podemos y varios dirigentes entre otros partidos.
Han venido realizando un programa de lo que ellos llaman fortalecer los partidos políticos, donde dan en los años 2006, 2007 y últimamente en 2008, capacitación, entrenamiento en los procesos políticos y electorales, como lo fueron la Asamblea Constituyente y los referendos ilegales, del año pasado, de autonomías en la zona de Media Luna.
¿Se podría decir que ha habido incluso un intento de ponerle un rostro indígena a ésta forma de penetración en la sociedad boliviana?
También ha sido uno de los asuntos más destacados en éstos documentos, es el enfoque hacia las comunidades indígenas, pero un enfoque obviamente con una agenda oculta, que no es buscando realmente apoyar a esas comunidades, porque como bien hablan en los documentos que son las comunidades más necesitadas, donde hay más pobreza, en el caso de Bolivia.
Hablan específicamente de ciertas figuras indígenas que quieren utilizar para luego volver a inyectarlas en las comunidades y que ellos promuevan la agenda de Estados Unidos, se habla, específicamente, de actores de las comunidades indígenas que han recibido becas, pasantías en las embajadas, en la USAID, con la intención de que luego, cuando vuelvan a sus comunidades, sean los actores principales de Estados Unidos en esas regiones.
También han hablado de la necesidad de buscar un liderazgo alternativo en la comunidades indígenas, una figura indígena, para enfrentar a la figura de Evo Morales, lo cual, desde mi punto de vista, lo analizo de tener una tendencia de racista.
Clasificarlo de esa manera de como que necesitan buscar un candidato con rasgos indígenas para enfrentar a la candidatura a la presidencia de Evo Morales, porque ha impactado y ha tenido un apoyo masivo, contundente, en las comunidades indígenas.
Eso ha sido un factor principal de penetrar e infiltrar esas comunidades, porque más allá del dinero y el apoyo político estratégico, están también promoviendo el mercado libre, los conceptos capitalistas, porque hablan específicamente de eso, de introducir ese modelo económico en esas comunidades, el modelo del mercado libre y promover que ellos adopten ese modelo dentro de sus comunidades, en comunidades que tradicionalmente, tal vez, no consideren ese como su modelo principal.
Se conocen los documentos, su contenido ¿Qué queda de aquí en más? El ministro Juan Ramón Quintana algunas de las acciones su Gobierno con la corroboración de lo que ya él había denunciado en campo, con los testimonios de muchos bolivianos que venían diciendo que ésto haciendo la USAID en su país ¿Pero desde el punto de vista legal hay algún recurso?
Primero hay que aclarar que las organizaciones que se han mencionado y que están presentes en la documentación, son las entidades que filtran luego éstas cantidades de dinero y el trabajo real, que hacen en cuanto a capacitación y apoyo estratégico, a las comunidades a las ONG's y a los partidos políticos.
Es un mecanismo que funciona casi como si fuera un organismo de inteligencia, filtrando y canalizando dinero, fondos y apoyo políticos, aportes estratégicos, etcétera, entonces no se limita a las organizaciones que se acaban de articular, incluso en uno de los documentos se habla del trabajo en más de 160 municipios, que son beneficiarias más de 100 ONG's bolivianas, además de los partidos políticos y los individuos que reciben salarios y se alimentan a través de éste financiamiento.
En cuanto a recursos legales, el gran problema es que éstas actividades se esconden dentro de ésta fachada de lo que en hoy en día Estados Unidos llama promover la democracia, que realmente es la invasión silenciosa, tiene el mismo objetivo que una invasión militar que es subordinar y dominar a un pueblo, y controlar sus recursos estratégicos, porque siempre operan en países donde hay recursos estratégicos. Simplemente la táctica es diferente a una invasión militar.
En este caso, tenemos, uno es la denuncia en el ámbito internacional, cualquier foro internacional, sea la OEA, sea la ONU, sea una denuncia de que ya la información demuestra una violación contundente de la soberanía boliviana, porque el apoyo dado, en algunos casos, ha sido a grupos violentos, vinculados a actos establecidos como terroristas, como atentados contra la vida del presidente Evo Morales.
Por otro lado, quien controla ese gran presupuesto, quien decide sobre ello, además del Presidente de Estados Unidos, es el Congreso, y ellos tienen la responsabilidad, a pesar de que no siempre la ejercen, de revisar cuáles son las acciones de éstas entidades financieras a los que ellos están otorgando financiamiento.
Entonces la opción sería llevar a cabo un audiencia, una demanda formal ante el Congreso de Estados Unidos para que realicen una investigación interna, una auditoría sobre el trabajo de la USAID, para que se den cuenta ellos mismo que realmente lo que están haciendo no es promoviendo democracia, sino socavando democracias y desestabilizando países democráticos.
TeleSUR
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