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Fabricantes de aparatos electrónicos dedican poca atención a problemas ecológicos |
Los productores mundiales de aparatos electrónicos siguen dedicando insuficiente atención a los problemas ecológicos, afirma en su informe la organización ecologista internacional Greenpeace.
"Los productos electrónicos vendidos en 2008 harán menos daño al entorno que los realizados en 2007. Pero sus fabricantes todavía tienen que recorrer un largo camino para hacerlos auténticamente ecológicos ", dice Greenpeace.
Quince líderes de la rama ofrecieron 50 de sus productos para el estudio de Greenpeace en 2008, incluidos teléfonos móviles, televisores, monitores de ordenadores, ordenadores, notebooks, etc.
Greenpeace analizó la presencia de sustancias tóxicas en esos aparatos, su eficacia energética, la posibilidad de perfeccionarlos y reciclarlos al término de su uso, así como otros factores.
En el informe se señala, en particular, que disminuye el número de los productos electrónicos en cuya fabricación se utilizan plásticos tóxicos y otras sustancias químicas nocivas. Muchas compañías organizaron campañas de transformación de sus productos tras su vida útil.
Al mismo tiempo se informa que unas compañías se negaron a presentar sus productos para el estudio. Así procedieron, en particular, Apple, Asus, Microsoft, Nintendo, Palm y Philips.
El monitor del ordenador Lenovo L2440x fue llamado el mejor producto en el aspecto ecológico (reunió 6,9 puntos en la escala de 10 puntos). El segundo lugar lo ocupó el televisor Sharp LC-52GX5 (5,92 puntos), luego siguen el teléfono móvil Samsung F268, el smartphon Nokia 6210, el notebook Toshiba Portege R600 y el ordenador Lenovo ThinkCentre M58.
"Pero ninguno de los productos presentados reunió puntos bastante altos en todos los indicadores para ser llamado el más ecológico", señala Greenpeace.
La Unión Europea está, de hecho, ultimando detalles para una nueva reglamentación que obligará a respetar unos estándares mínimos para todos los televisores. Los modelos más “derrochones” se retirarán gradualmente, y el resto tendrá etiquetas que indicarán claramente el consumo de energía de modo que los compradores puedan identificar los más y menos eficientes desde el punto de vista del ahorro energético, tal y como ya sucede con otros electrodomésticos como frigoríficos y lavadoras.
El problema está en que en los últimos treinta años, en Reino Unido así como en el resto de Occidente, el número de electrodomésticos y de cacharros electrónicos en una casa media casi se ha triplicado, pasando de 17 a 47.
Donde antes sólo había una plancha, una aspiradora, la lavadora y un televisor para toda la familia, ahora hay que añadir ingenios de todo tipo, desde los escáner hasta las alarmas, desde las cafeteras eléctricas hasta los ordenadores y las consolas para videojuegos.
Por no mencionar los televisores, que se han multiplicado hasta el extremo de que en las viviendas de este país se cuentan hoy 60 millones de aparatos, uno por cada miembro de la población, incluidos recién nacidos y quienes no ven jamás la televisión.
La cantidad de energía necesaria para que funcione esta explosión de electrodomésticos se ha duplicado en el mismo periodo de tiempo, y los expertos calculan que crecerá otro 12% en los próximos cuatro años.
Un televisor al plasma de 50 pulgadas puede consumir 822 kilowatt por hora, frente a los 350 de un televisor de cristal líquido del mismo tamaño y 322 de un televisor tradicional de tubo catódico.
Un modelo grande al plasma puede consumir cuatro veces más electiricad que el modelo de tubo catódico más grande, y causar, por tanto, una emisión de óxido de carbonio cuatro veces mayor.
La campaña para reducir el consumo energético de los televisores incluye la advertencia de no apagar la televisión con el mando sino con el botón de apagado de la televisión, de modo que se apague completamente el aparato: de noche, oscura la pantalla, los “todoterrenos de salón” siguen malgastando electricidad.
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