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Día de la Reina en Holanda: 4 muertos por embestida de un auto al paso de la familia real |
Al menos cuatro personas han perdido la vida y otras 12 han resultado heridas al ser arrolladas por un vehículo que conducía a gran velocidad por entre la multitud que presenciaba el desfile. Los hechos tuvieron lugar durante la visita de la Familia Real a la localidad holandesa de Apeldoorn.
El vehículo, un Suzuki Swift negro, arrolló a 23 personas para finalmente estrellarse contra un monumento. El conductor quebró en dos ocasiones las barreras colocadas para facilitar el paso de la Familia Real que se desplazaba en un autobús descapotado.
El chofer, que ha resultado herido, ha sido detenido para ser interrogado. La policía investiga si portaba armas en el vehículo. El coordinador nacional para el combate del terrorismo trabaja en la investigación sobre los hechos.
La Familia Real que vio el accidente a unos metros de distancia reaccionó conmocionada e inmediatamente fue conducida bajo fuerte vigilancia policía al Palacio de Loo. La Reina ha expresado su pésame a las víctimas y sus familiares. Todas las actividades del Día de la Reina, en las que iba a participar la monarca holandesa, han sido canceladas. El último día de abril en Holanda se celebra el Día de la Reina.
La Familia Real toma parte en las festividades y aprovecha este día para acercarse al pueblo. Generalmente la Reina, acompañada de toda su familia, visita dos ciudades y toda Holanda se vista de fiesta para acompañar al la Reina en su día. Hoy la mayor parte de las ciudades holandesas han suspendido todas las actividades en señal de luto.
El hombre sufría de un traumatismo cerebral severo.
Según diversos medios locales, desde anoche estaba en estado de "muerte clínica".
Cinco personas que asistían al desfile murieron y otras 13 resultaron heridas. El hombre estuvo muy cerca de chocar el autobús descubierto donde estaba la familia real, incluyendo a la reina Beatriz, el príncipe heredero Guillermo Alejandro y su esposa, Máxima.
El hombre no tenía precedentes penales ni había sido tratado por motivos psíquicos.
(ANSA)
En el ómnibus estaba la princesa argentina Máxima Zorreguieta, que no sufrió heridas. Imágenes de la televisión holandesa la mostraban tomándose la cara horrorizada instantes después del frustrado atentado.
El ataque fue descripto por la prensa holandesa ayer como “el fin de una ilusión nacional” que los Países Bajos pudieron mantener con su relajado estilo de vida y política en un mundo moderno y peligroso. Tates acababa de perder su empleo y su departamento, pero no tenía antecedentes previos ni de violencia ni de perturbaciones mentales y no tenía una afiliación política conocida.
Debía mudarse de su departamento ayer.
Su ex dueño de casa en la pequeña ciudad de Velp, cerca de Arnhem, donde vivió antes de mudarse a Huissen en 2007, lo describe como un “tipo tranquilo y agradable”. Los vecinos dijeron que era un solitario inofensivo que le gustaba andar rugiendo por las calles en su Suzuki preparado. La policía dijo que no se encontraron ni explosivos ni armas en su departamento.
Tates aceleró su auto a través de las barreras policiales y de los espectadores en un intento por alcanzar el ómnibus real el jueves, el día del feriado nacional de la reina en los Países Bajos. Cuatro hombres y dos mujeres resultaron muertos, cuatro inmediatamente y dos más tarde en el hospital. Otras diez personas resultaron heridas, incluyendo tres niños de nueve, 15 y 16 años. Entre los heridos había músicos de la banda militar de las Antillas Holandesas. Una de las víctimas, llamado Rold Nijenhuis, de 55 años, era un policía militar que había conducido la banda al desfile.
Los investigadores creen que Tates quedó tan malherido al chocar a los espectadores que no pudo embestir al ómnibus real como era su intención. En cambio, su estropeado auto perdió el control, pasando a cinco metros del grupo real y estrellándose finalmente contra un monumento de piedra. En el auto se encontró un mapa de la ruta que seguiría la reina, posiblemente copiado de un diario.
“Es muy difícil, ahora que ya no tenemos al sospechoso, reconstruir lo que estaba detrás de esto”, dijo ayer Fred de Graaf, el alcalde de Apeldoorn. “Quedará un elemento de incertidumbre porque ya no podemos interrogar al sospechoso, la última pieza del rompecabezas seguirá siendo una incógnita”.
El inexplicable ataque a la popular familia real holandesa conmovió al país que se precia de su tolerancia y su relajada forma de vida. La realeza holandesa tradicionalmente ha sido abierta a contactos frecuentes y cómodos con sus súbditos.
El palacio real insistió que los compromisos de la reina para el lunes próximo, para conmemorar el aniversario de la Segunda Guerra Mundial, seguirían adelante. Pero ayer, no todos estaban seguros de que la normalidad volviera tan fácilmente. “Una ilusión nacional murió en Apeldoorn”, dijo el diario Volkskrante.
“Nunca los veremos así nuevamente, una reina y su familia, libres y accesibles. La colección de curiosidades que existe solamente en la categoría ‘solo en los Países Bajos’ tiene una atracción menos. Los extranjeros que estaban sorprendidos por los ministros que van en bicicleta a sus oficinas, un primer ministro que come arenques solo en un puesto cercano al Parlamento, se acabó”.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
De The Independent de Gran Bretaña.
Especial para Página/12.
El atacante, a quien solamente identifican como “Karst T.”, supuestamente confesó a la policía que su objetivo había sido la familia real, aunque no reveló sus motivos. Pero dicen que el tal “Karst T.” cometió el hecho “… luego de que perdiera su empleo y fuera desalojado de su casa”, pero esta aclaración, escrita casi al margen del resumen informativo, pareciera no importar mucho a la hora de explicarse el acontecimiento.
¿Cómo explicarse entonces que un hombre “de 38 años”, que “no tenía antecedentes penales ni problemas psiquiátricos”, “soltero” "simpático", "tranquilo aunque introvertido", "tímido" y que habría actuado “en solitario” fue capaz de cometer tal hecho?
Tenemos la más absoluta seguridad de que la investigación, pues al efecto se designó una comisión especial a cargo del trabajo que estaría integrada -y en eso los holandeses no escatiman gastos- por 250 policías, especialistas en crímenes, psicólogos y forenses.
Ustedes me van a perdonar, pero no creo nada de lo que los holandeses que gobiernan a Holanda están diciendo.
Precisamente cuando esa “popular familia real” está más que desgastada, necesita de algo espectacular para que los dóciles holandeses de hoy, que ayer fueron fieros saqueadores, asesinos sin piedad y que fundaron un imperio que le daba la vuelta al mundo, puedan seguir gobernando a ese país.
El guión está finamente elaborado y hasta el atacante suicida murió, con lo que se pone en evidencia, una vez más el apotegma:
“muerto el perro se acaba la rabia”.
Para ponerle un broche de oro a la historia, tan burda y tan mal contada, les cito esto:
“Pero los holandeses tienen hoy la certeza de que, en el ataque, podría haber estallado un devastador coche bomba junto a la familia real. Un fantasma negro borró todos los sueños […] se ha roto una ilusión nacional.
La ilusión de la inmunidad […] en el Día de la Reina", según el diario “De Volkskrant”.
O sea, que no había explosivos ni nada parecido pero se atreven a especular diciendo que, para poner dramatismo y aterrorizar a los lectores, “podría haber estallado” algo, y entonces “la popular familia real”, “podría haber” saltado por los aires, en una escena que nos recuerda la Bagdad de hoy, donde los holandeses se atrevieron a enviar tropas para secundar la aventura genocida de Bush.
Pero para que “la popular familia real” tenga algún indicio de lo que podría pasar en el futuro, les digo que el que identifican sólo como “Karst T.”, no está solo, no es un atacante “solitario” y para que me crean lo que digo, citaré un reporte que aparece en la página Web de Radio Nederland [1] :
“Debido a la crisis económica mundial, que también está afectando a Holanda, entre 100 mil y 140 mil propietarios de viviendas se verán en graves problemas al no poder pagar sus hipotecas.
Así consta en un estudio publicado por el banco ING, uno de los principales bancos hipotecarios holandeses.
El principal causante de los problemas con las hipotecas holandesas es el creciente desempleo.
Según la Oficina Nacional de Estadísticas, en el 2010, el desempleo en Holanda subirá al 8,5% de la población laboral.
El banco ING considera que de no tomar medidas, en los próximos 24 meses, un 5% de sus clientes no podrá pagar mensualmente su hipoteca, cifra equivalente a unas 140 mil familias.
Ese porcentaje es tres veces superior al del año pasado.
El ING administra el 16% de las hipotecas holandesas.”
Una simple regla de tres nos indica que si el “ING administra el 16% de las hipotecas holandesas”, en Holanda podrían verse afectados cerca de 875.000 ciudadanos, en un país de sólo 16 millones de habitantes hacinados en 41.530 Km2 [2], que convierte a Holanda en uno de los países con mayor densidad poblacional en el mundo. A esto le sumamos la creciente inmigración de ciudadanos provenientes de sus antiguas colonias.
Interesante polvorín, que como es previsible, puede estallar.
Notas
[1] Radio Nederland: enlace.
[2] Esta superficie es ligeramente inferior a la del estado Anzoátegui, que es de 43.300 km2; que representa el 4.7% del territorio de Venezuela.
Omar Montilla
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