Una organización alemana de política exterior ha participado de forma decisiva en el actual movimiento antichino promovido por los escisionistas tibetanos, afirmó un corresponsal canadiense en su investigación y el informe de una reunión preparatoria para provocar el incidente de LhasaUna organización alemana de política exterior ha participado de forma decisiva en el actual movimiento antichino promovido por los escisionistas tibetanos, afirmó un corresponsal canadiense en su investigación y el informe de una reunión preparatoria para provocar el incidente de Lhasa.
Esto lo informó el portal Deutsche-aussen politik, de Alemania, en una nota bajo el título de “el movimiento de relevo de la antorcha”, publicada el 8 de abril.
Según el informe del corresponsal canadiense, este movimiento antichino se realizó bajo la manipulación de un cuartel general con sede en Washington. En una reunión convocada por la Fundación Friedrich Naumann en mayo de 2007, esta organización fue encargada para organizar “actividades de protesta” a escala mundial.
Según el plan de las “actividades de protesta” elaborado con la ayuda del Departamento de Estado de los Estados Unidos y el autodenominado “gobierno tibetano en exilio”, se tomarán acciones con influencia pública durante el relevo de la antorcha olímpica y se llevará al auge las actividades de “protesta” en el periodo de los Juegos Olímpicos de Beijing en agosto de 2008.
Este movimiento antichino, que se había emprendido realmente en verano de 2007, ha dado resultados en las revueltas ocurridas recientemente en la zona oeste de China, iniciadas por un grupo de matones con crueles ataques sorpresivos mortales contra habitantes no tibetanos.
De acuerdo con el corresponsal canadiense, el punto de partida del actual movimiento tibetano antichino, que recurrió a la violencia para interrumpir el relevo de la antorcha olímpica en París, ha sido una reunión de la Fundación de Friedrich Naumann, o sea, el “V Congreso Internacional de Apoyo a los Tibetanos” celebrado del 11 al 14 de mayo de 2007 en Bruselas.
Esta reunión, igual que las cuatro celebradas anteriormente, “está destinada a coordinar el trabajo de la organización de apoyo internacional al Tíbet y fortalecer el enlace de esta organización con el “gobierno tibetano en exilio”, según revelaron fuentes de la mencionada fundación con fondos suministrados en parte considerable por el estado, que comenzó los preparativos para la reunión en marzo de 2005 y actuaba en coordinación con Dalai Lama en Dharamsala (la India). Unos 300 personas provenientes de 56 países participaron en la reunón de Bruselas, y los representantes enviados por 36 unidades tibetana y 145 organizaciones de apoyo al Tíbet también asistieron a la reunión.
La reunón se clausuró llegando a un acuerdo sobre un “plan de acciones”, considerado como “el mapa de ruta para el movimiento tibetano en los años venideros”, que se concierne a cuatro temas, a saber, “prestar apoyo a las negociaciones políticas”, “los derechos humanos”, “el medio ambiente y desarrollo” y “los Juegos Olímpicos 2008 de Beijing”.
Los JJOO de Beijing es la “mejor oportunidad” para propagar abiertamente el “movimiento tibetano”, afirmó Rolf Bemdt, resposable de la Fundación Friedrich Naumann. Los participantes de la reunión llegaron a un acuerdo en el sentido de que en los próximos 15 meses, dirigirán la punta de lanza principalmente a las olimpiadas. Contrataron a un empleado para que manipularan las acciones tibetanas desde el cuartel general con sede en Washington.
La reunión de Bruselas organizada por la Fundación Friedrich Naumann reviste de un significado extraordinario debido a la participación de numerosas personas, incluidos prestigiosos políticos, que es muy importante para la elaboración de la resolución. Entre los escisionistas figuran el “primer ministro” y representante del “gobierno tibetano en exilio”, y un político afamado proveniente del estado de Himachal de la India.
La participación en la reunión de Bruselas de Paula Dobriansky, subsecretaria de Estado y coordinadora especial de los Estados Unidos en los asuntos tibetanos atraía la atención de la opinión pública. Es considerada integrante del grupo núcleo de los neoconservadores en el gobierno de Bush y partidaria de la línea dura y capaz de hacer realidad el objeto establecido.
El cuartel general del movimiento tibetano en Washington llevó a cabo una serie de actividades “con éxito”. Ya en agosto de 2007, una integrante de la organización organizó una actividad en la zona de la Gran Muralla de China con numerosos turistas. Mantiene estrechos contactos con el “gobierno tibetano en exilio”. En marzo de 2008 otro miembro de la organización dirigió la actividad para sabotear la ceremonia de encendido de la llama olímpica para las olimpiadas de Beijing. El cuartel general del movimiento, que también ha organizado otras actividades de sabotaje del relevo de la antorcha olímpica, planea llevar al auge sus actividades de sabotaje en agosto durante el periodo de los Juegos Olímpicos de Beijing. “Estamos dispuestos a realizar actividades no violentas todos los días en el centro de Beijing”, dijo un activista del movimiento.
El movimiento tibetano antichino, establecido bajo la manipulación de una organización adscrita a la Fundación Friedrich Naumann y un alto funcionario del departamento de Estado de los Estados Unidos, ha ejercido su completa influencia en las revueltas ocurridas en la zona occidental china y en el relevo de la antorcha olímpica.
Mientras que algunos medios occidentales daban noticias tergiversando intencionadamente los esfuerzos del gobierno chino para mantener el orden público en las ciudades chinas objeto del sabotaje perpetrado por el movimiento tibetano, los corresponsales testigos realizaron informaciones diferentes sobre los sucesos. James Miles, corresponsal de la revista de Gran Bretaña The Economist que se encontraba en Lhasa durante las revueltas, vio con sus propios ojos cómo los matones tibetanos perpetraban ataques mortales cotra habitantes no tibetanos en la ciudad. “Numerosas tiendas fueron saqueadas, destruidas o incendiadas a excepción de aquellas con señales marcadas en las fachadas. Sólo en un edificio destruido por el incendio se descubría a cinco dependietes muertas quemadas”, informó el corresponsa inglés.
Además, los turistas occidentales que estaban presentes en Lhasa en aquel entonces tambien vieron cómo los habitantes no tibetanos fueron cruelmente atacados. Al relatar las atrocidades de algunos matones tibetanos de atacar a un traseunte en motocleta, un turista canaciense dijo que lo pedreaban “sin piedad”. “Lo tumbaron al suelo, lo daban golpes con piedras a la cabeza hasta que la victima perdió el conocimiento. Creo que lo mataron torturado”, explicó.
En su entrevista concedida a CNN, Mills afirmó que las fuerzas de seguridad pública chinas mostraban gran moderación al enfrentarse a los matones. Sin embargo, algunos medios alemanes usaban las escenas de los disturbios solo como fondos para mostrar “la cruel represión china”. En este caso, es notable que los hechos y la verdad fueron puestos en segundo lugar. Algunas estaciones de televisión y rotativos han reconocido que hicieron modificaciones malintencionadas a algunas escenas: al presentar la escena que muesta a policías nepaleses auyentando con garrotes a manifestantes de su país, la interpretaban como archivos visuales de la represión policial china. La interpretación de la foto mostrando a policías chinos rescatando a un niño la han tergiversado denominando como una “detención a la fuerza”. E incluso hicieron modificaciones y correcciones malintencionadas a la información de Mills para acusar a China de reprimir las manifestaciones pacíficas de los habitantes locales.
Publicado por
Pause
contiene 0
comentarios.
Etiquetas:
medios, mentiras, multitud, politica, violencia.
